Los 6 ingredientes que tienes que evitar en el champú para no alterar tus hormonas

Algunos de los ingredientes que contienen los champús pueden resultar peligrosos para nuestro pelo, nuestra salud o el medioambiente. Te damos las claves para identificarlos.

Diana Llorens
Diana Llorens

Redactora especializada en salud, nutrición y bienestar

Actualizado a

cabello

Para lucir un cabello sano y bonito es importante revisar la lista de ingredientes de los champús. 

RBA

Una melena sana y bonita no solo refleja nuestros hábitos, nuestra alimentación y nuestra salud, es también una muestra de que los productos que usamos para cuidarla son los adecuados. Y es que hay sustancias que están presentes en muchos productos para el cuidado capilar que en lugar de cuidar el cabello lo perjudican.

Pueden resecarlo, irritar el cuero cabelludo e incluso perjudicar a nuestra salud y la del medio ambiente. Es por todo ello que conviene conocerlos y revisar bien la lista de ingredientes en la etiqueta del champú para poder evitarlos.

Sulfatos

Los sulfatos (como el lauril sulfato de amonio y el lauril sulfato de sodio) tienen un gran poder detergente y crean mucha espuma, que es precisamente lo que muchas personas buscan para lavarse el pelo. Es por ello que están presentes en muchos champús.

Sin embargo, su efecto en tan potente que pueden eliminar del cabello de sus aceites naturales y dejarlo seco, quebradizo y encrespado.

Pero su efecto no solo perjudica al cabello, también puede irritar e inflamar la piel y empeorar problemas cutáneos como el eccema, la rosácea y la dermatitis.

Además, resultan muy perjudiciales para el medio ambiente y pueden dañar los frágiles ecosistemas acuáticos.

Parabenos

Cabello seco

iStock by Getty Images

Los parabenos son sustancias con propiedades antibacterianas y antifúngicas que se usan como conservantes para prolongar su vida útil de los champús y otros productos de belleza.

Sin embargo, se absorben rápidamente a través de la piel y hay estudios que indican que pueden alterar el equilibrio hormonal. También se cree que su uso puede afectar el crecimiento del tejido celular de las mamas y se han asociado a un mayor riesgo de cáncer de mama, aunque son necesarios más estudios que lo confirmen.

Además, pueden provocar problemas en la piel como irritación, enrojecimiento, descamación o urticaria, e incluso desencadenar una dermatitis alérgica de contacto.

Aunque las preocupaciones acerca de su seguridad han hecho que cada vez se usen menos, y son muchos los champús que llevan la etiqueta de “sin parabenos”, aún están presentes en algunos productos. Los parabenos más comunes y que puedes buscar en la etiqueta son el butilparabeno, el etilparabeno y el metilparabeno.

Igual que sucede con los sulfatos, pueden dañar los ecosistemas y se ha visto que, incluso en niveles muy bajos, pueden matar los corales.

Formaldehído

Esta sustancia antimicrobiana que se usa como conservante está presente en muchos productos del hogar como muebles y pinturas, y también solía usarse en algunos champús, en especial los que no requieren enjuagado.

Sin embargo, el formaldehído puede causar cáncer. Así lo considera la Agencia Internacional de Investigaciones sobre el Cáncer,​ un organismo que forma parte de la Organización Mundial de la Salud (OMS), que en base a diversos estudios que asociaban su uso prolongado a un mayor riesgo de cánceres de sangre como la leucemia y el linfoma, lo clasificó dentro del grupo 1, lo que significa que es cancerígeno para los seres humanos.

Es por ello que su uso en la Unión Europea está muy restringido en los productos cosméticos y ya prácticamente no se usa en los champús. Aun así, conviene asegurarse de que los champús (y otros productos para el cabello) no contengan formaldehído ni otras variaciones como formalina, metilenglicol o conservantes que liberen formaldehído como DMDM ​​hidantoína o quaternium-15.

También puede provocar alergias de contacto o dermatitis y empeorar problemas de la piel como el eczema.

Ftalatos

Tipos caída pelo

iStock by Getty Images

Los ftalatos son unos compuestos químicos artificiales que están presentes en muchos plásticos porque les añaden flexibilidad y también pueden estar las fragancias que se incorporan a los champús, acondicionadores y otros productos para el cuidado capilar.

Conviene evitarlos porque se absorben a través de la piel y pueden imitar nuestras hormonas y provocar una alteración endocrina, que puede causar trastornos reproductivos e incluso algunos cánceres. Se han relacionado también con el asma y otros problemas respiratorios y con problemas de nacimiento en los bebés.

Por otro lado, pueden causar irritación en la piel y el cuero cabelludo, especialmente en personas con piel sensible.

Además, al no ser biodegradables, la presencia de ftalatos en el agua perjudica a los ecosistemas acuáticos e, igual que sucede en los humanos, puede afectar la reproducción en los animales.

Algunos de los nombres por los que se puede encontrar en la etiqueta son (2-etilhexil)ftalato (DEHP), Butilbencilftalato (BBP), Dibutilftalato (DBP) o Di-isobutilftalato (DIBP).

Triclosán

El triclosán es una sustancia antimicrobiana que se utiliza en algunos champús y productos de cuidado personal (como las pastas de dientes) para reducir o evitar la contaminación bacteriana.

Se sabe que es un disruptor endocrino y que puede provocar problemas en nuestras defensas, cambios de peso, alteraciones en nuestro estado de ánimo e incluso se ha asociado a la infertilidad y el cáncer. También puede perjudicar al medioambiente.

El Comité Científico de Productos de Consumo de la Unión Europea recomienda que el triclosán se utilice en una concentración del 0,3% en productos cosméticos.

Hexaclorofeno

El hexaclorofeno es una sustancia antiséptica y antibacteriana que puede causar irritación y enrojecimiento en la piel y los ojos cuando se usa en productos de cuidado personal como el champú.

También es perjudicial si se ingiere y puede provocar náuseas, vómitos, diarrea y calambres abdominales. Además, hay estudios que afirman que puede absorberse por el cuerpo y afectar al sistema nervioso.

En la Unión Europea hay muchas restricciones sobre su uso en los productos cosméticos, pero conviene revisar la etiqueta, especialmente si viajas a otros países.