¿Lavarse las manos evita contagios? Un estudio revela los patógenos que esconden grifos y desagües si el baño no está impoluto

No basta con lavarse las manos para que estemos seguros de que están limpias. Unos científicos han comprobado que el lavabo puede ser un foco de infección mayor de lo que creíamos.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Lavar manos

Los lavabos no están tan impolutos como creemos.

ISTOCK

La percepción del riesgo de contagiarnos con microorganismo patógenos no siempre es correcta. En las encuestas uno de los lugares que primero se cita como peligroso es la taza del váter. Y cuando se ha analizado, resulta que no hay tantos microbios como creemos.

Otro ejemplo habitual es pensar en los mangos de la puerta del lavabo. También se ha visto que son superficies lisas y donde los patógenos no se quedan fácilmente. El lugar donde menos te imaginas es donde podría estar el peligro: en el lavamanos.

En concreto, la zona del desagüe y la parte del grifo por donde sale el agua son un posible foco de contaminación de microbios peligrosos, que pueden provocar infecciones como la legionela, una neumonía o complicaciones en pequeñas heridas que podamos tener en las manos.

El riesgo de los lavamanos de casa

Un estudio llevado a cabo por la Universidad de Flinders, en Alberta (Australia), ha estado analizando las picas y grifos de diversos lavabos, algunos en hospitales y otros en viviendas particulares.

Ha constatado que no son zonas tan limpias de patógenos como creíamos. El hecho de que corra el agua da una falsa sensación de que no pueden estar sucios. Es un error.

En el desagüe se forma un pequeño microhábitat denominado biofilm. Una sustancia gelatinosa donde pueden anidar comunidades bacterianas, algunos patógenos que viven en zonas húmedas. E incluso se han encontrado otros que no son habituales en el agua.

En menor medida, también se ha comprobado que este biofilm se forma en el grifo, alrededor de la salida del agua.

Nuestro estudio ha encontrado muchos más patógenos en los lavabos particulares que en los de los hospitales, tanto en cantidad como variedad de microbios”, ha explicado la bióloga Claire Hayward, directora de la investigación.

Por qué no queda limpio el lavabo

Los investigadores han dado algunas posibles explicaciones ante la presencia de estos microbios en nuestro lavabos. No significa que no los limpiemos, sino que no lo hacemos adecuadamente.

El hecho de que hayan aparecido cantidades menos apreciables de biofilms en los lavabos de los hospitales indicaría que en estos lugares se es más consciente de los riesgos por profesionales de la limpieza que han sido estrenados especialmente para reducir al máximo los riesgos.

En casa pasa lo contrario. La tranquilidad de un entorno y unos usuarios conocidos puede hacer que no limpiemos tan a fondo. Por ejemplo:

  • Pensamos que por el desagüe ya va circulando el agua y con ella se van todo los microbios. No es así. Hay que limpiar con atención la rejilla. Hay microorganismos que necesitan una ayuda extra para desprenderse. Solo rascando retiraremos el biofilm.
  • Lavamos con menos frecuencia. Una vez a la semana podemos pensar que es suficiente. En los hospitales se hace a diario. Idealmente dos veces al día.
  • La misma esponja con la que limpiamos el grifo puede ser transmisora de contaminantes que se quedan en el tubo. La esponja o bayeta se ha de higienizar bien después de cada uso (abundante agua y detergente), no dejarla húmeda mucho tiempo y se ha de cambiar con frecuencia.
  • Al lavarnos las manos, los microorganismos que desprendemos pueden quedarse en el desagüe o salpicar las paredes del lavamanos. Después de lavarnos, no está de más tirar agua alrededor de la pica para que acaben de marcharse. Y no olvides que, incluso así, los microbios pueden seguir en el desagüe que luego sin querer podemos tocar con las manos.
  • Limpiar el lavabo sin guantes y luego de limpiarlo no lavarnos las manos, pensando que ya han recibido suficiente agua y detergente mientras limpiábamos, puede llevar a un contagio.

Qué infecciones podemos coger

Si tenemos alguna herida abierta en las manos, puede infectarse cuando creemos que la estamos limpiando.

Pero principalmente hemos encontrado numerosas muestras de legionela en los baños privados”, apuntaba la bióloga Hayward. La legionela es una bacteria que es fácil que crezca en zonas de aguas. Provoca problemas gástricos, como vómitos y diarreas. Puede tener complicaciones graves.

En verano es una época especialmente delicada, pero este tipo de infecciones pueden ocurrir en cualquier época. Los autores recordaban que hubo un foco de infección muy grande en un suministrador de agua fresca en una oficina.

Las personas con alguna enfermedad contagiosa que estén recibiendo atención en casa, junto a sus familiares, deben ser informadas de que eso supone un mayor riesgo de que la infección pase al lavabo. Los familiares han de extremar la limpieza en esos momentos de las zonas donde se forma el biofilm.

Por último, los autores recuerdan que un caldo de cultivo de gérmenes como puede ser un lavabo que no quede impoluto da pie a que algunas bacterias puedan crear resistencia y aumente su peligrosidad si contagian.