A una gran mayoría de personas les conviene mantener a raya el colesterol. Por eso la necesidad de hacer análisis de sangre periódicos y, entre otras cosas, comprobar los niveles de colesterol.
El colesterol está relacionado directamente con la salud cardiovascular. Hay muchos estudios que asocian un colesterol alto con mayor riesgo. Se sabe que las placas que forma el colesterol son culpables de que ocurran ictus e infartos.
Sin embargo, no hay consenso científico sobre el daño que puede hacer el colesterol. Y uno de los motivos es el estudio de 2018 del doctor Uffe Ravnskov. Este investigador sueco concluyó que no había relación entre el nivel de colesterol y el riesgo de muerte en personas sin antecedentes cardiovasculares.
Al contrario, las personas mayores que tenían el colesterol LDL (el “malo”) alto vivían más años. Varios estudios posteriores lo han confirmado.
El colesterol no siempre es malo
“Es importante aclarar que esto no significa que tener el colesterol alto sea bueno. En personas jóvenes o de mediana edad, un LDL elevado sí incrementa el riesgo de enfermedades cardíacas y mortalidad”, ha explicado la investigadora Estefanía Díaz del Cerro, de la Universidad Complutense de Madrid.
Esta investigadora ha descrito lo que se ha dado en conocer como la “paradoja del colesterol”. Por qué ayuda a la longevidad. Para entenderlo, primero hay que recordar que el colesterol es una grasa necesaria que está en todas las células. Es necesaria para mantener su estructura. Sin colesterol no podríamos vivir.
Como el colesterol no se disuelve, viaja por la sangre unido a proteínas, formando lipoproteínas (lipo significa grasa). Unas son más grandotas, las LDL y por tanto es más fácil que se atasquen en los conductos. Por eso se las considera malas.
Frente a ellas el colesterol HDL (siglas que significan colesterol de alta densidad) son como pelotitas más densas y pequeñas y pasan mejor por los huecos. Tienen menos riesgo. Por eso la recomendación genérica es tener niveles “razonables” de colesterol HDL y cuanto menos LDL, mejor.
Por qué el colesterol da longevidad
Las explicaciones de por qué entonces hay gente mayor que vive más gracias a tener un colesterol malo alto no están demostradas del todo. Hay dos teorías:
- Ayuda a defendernos. “La más aceptada es que el LDL podría desempeñar una papel protector en el sistema inmunológico”, decía la profesora Díaz del Cerro, en un artículo en la revista científica The Conversation.
La lipoproteína que forma el colesterol neutraliza virus y bacterias uniéndose a ellas. Eso es una ventaja para la gente mayor, que tiene las defensas bajas y envejecidas.
- El colesterol es un falso culpable. Esta otra teoría sostiene que los principales factores de riesgo cardiovascular son la presión alta, la diabetes o el tabaco. El colesterol alto está asociado a todos ellos y por eso se le culpa en primer lugar.
“En conclusión, el colesterol alto sí está relacionado con enfermedades cardíacas, pero la situación es más compleja en adulto mayores: el tratamiento debe ser personalizado y equilibrado a medida que envejecemos”, añadía esta experta.
Qué se considera colesterol alto
El tema del tratamiento es otro de los aspectos a debatir. No todos los médicos creen que las tablas que se dan ahora sean correctas. Creen que la presión de la industria farmacéutica ha hecho bajar el nivel “saludable” de colesterol.
Eso es porque, para bajarlo, hay un medicamento eficaz: las estatinas. Y este medicamento aporta mucho dinero, dado que el colesterol alto es una patología muy extendida.
No hay tantos estudios sólidos e independientes que aseguren que bajando el colesterol, bajas el riesgo. Hablando siempre de personas sin antecedentes de problemas cardíacos. En este último grupo sí hay evidencias científicas claras de los beneficios del medicamento.
Además, no es un tratamiento inocuo. Hay efectos secundarios como problemas hepáticos, dolores musculares y riesgo de diabetes. Por tanto, no se puede administrar alegremente.
¿Y qué se considera colesterol alto hoy? Pues tampoco hay consenso mundial. En España se recomienda no pasar de los 200 miligramos por decilitro (mg/dL). El LDL, el malo, no pasar de 115 mg/dL. Y el HDL, el bueno, ser más de 40 mg/dL en población masculina y 50 mg/dL en mujeres. Ellas tienen más por la influencia de hormona sexual femenina, el estrógeno.