Infarto cerebral en niños y bebés: qué es, causas, pronóstico y tratamiento

Al hablar de infartos cerebrales pensamos casi siempre en adultos. Pero los bebés y niños también tienen este tipo de accidentes cerebrovasculares. Vamos a explicar las causas, cómo detectarlos y cómo se tratan.

Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Mama y bebé

Los bebés tienen riesgo de accidentes cerebrovasculares por la fragilidad de sus vasos sanguíneos

iStock

Las células cerebrales son las más delicadas del cuerpo. Son las que menos tiempo pueden sobrevivir sin oxígeno. Por eso cuando se produce una obstrucción de la sangre en las arterias que impide la llegada de oxígeno es vital actuar rápido y con eficacia para minimizar los daños.

El bloqueo de vaso sanguíneo en el cerebro es lo que se llama accidente cerebrovascular o, más comúnmente, infarto cerebral. Lo relacionamos sobre todo con gente adulta. No es tan común que ocurra en los primeros años de vida, aunque se dan con relativa frecuencia en bebés y niños por razones que ahora explicaremos.

 La incidencia oscila entre 1,8 y 4 casos por cada 100.000, similar a la de los tumores cerebrales infantiles. Si no trata enseguida puede dejar secuelas significativas en más del 60% de los casos, lo que resalta la importancia de conocerlo bien.

¿Hay diferencia entre ictus e infarto cerebral?

Primero de todo vamos a aclarar varios términos médicos que están muy relacionados y que a veces se usan como sinónimos, pero no lo son.

  • Accidente cardiovascular es un término amplio que explica cualquier problema en la circulación de la sangre en los vasos sanguíneos.
  • Accidente cerebrovascular o ictus es cuando afecta específicamente a la circulación de la sangre en el cerebro. Esta interrupción puede ser básicamente de dos tipos:
  1. Infarto cerebral o ictus isquémico: es cuando la interrupción se produce por un bloqueo en los vasos, quedan obstruidos. Isquémico es el adjetivo médico para definir que el flujo sanguíneo se reduce o se detiene. Si el bloqueo es en los vasos de regreso de la sangre al corazón, las venas, se llama trombosis venosa.
  2. Hemorragia cerebral o ictus hemorrágico: se produce cuando se rasga el vaso sanguíneo y la sangre se desparrama y no llega a la zona del cerebro a la que se dirigía.

Por qué se produce infarto cerebral en niños

Por tanto, el infarto cerebral ocurre cuando se interrumpe el flujo sanguíneo a una parte del cerebro, privando a las células nerviosas de oxígeno y nutrientes esenciales, lo que conduce a que estas células (las neuronas, por ejemplo) mueran. En menores, esta interrupción puede deberse a diversas causas.

  • Los bebés tienen una sangre que coagula con más rapidez que los niños. Un coágulo puede taponar.
  • Los niños pueden sufrir un golpe en la cabeza o el cuello que dañe los vasos sanguíneos.
  • Los niños que nacen con problemas cardiacos también tienen más riesgo. Al funcionar mal el corazón es más fácil que la sangre no circule bien y forme coágulos.
  • Las hemorragias cerebrales tampoco son inusuales porque los vasos sanguíneos son aún muy frágiles. Y algunas enfermedades como la hemofilia pueden facilitarlas.

Cómo identificar el infarto cerebral

La identificación temprana del infarto cerebral en niños es crucial para minimizar secuelas. “Debido a que no se espera un accidente cerebrovascular en un niño, el diagnóstico puede retrasarse”, advierte el neurólogo pediátrico Arturo Garza.

Los síntomas pueden variar según la edad:

Recién nacidos:

  • Pueden presentar convulsiones sutiles.
  • Letargo (tan intenso que no se despierta ni para comer) o dificultades en la alimentación.
  • También problemas para mover una de las extremidades.

Niños mayores:

  • Pueden exhibir debilidad en un lado de la cara o del cuerpo.
  • Dificultades para hablar (arrastrando las palabras o como borrachos).
  • Pérdida de coordinación o convulsiones.
  • Dolor de cabeza muy fuerte y repentino. El dolor de cabeza es común, este es diferente de cualquier otro dolor de cabeza que haya podido experimentar antes. Probablemente con vómitos.
  • Vértigos. Sensación de que todo gira o que la habitación se mueve. Es otra reacción que hay que analizar bien, porque es más común en un simple problema de oído.

Cómo se diagnostica el infarto cerebral

Ni que decir tiene que la primera reacción cuando creemos que el niño o bebé sufre un accidente cerebrovascular es llamar inmediatamente al 112. En España hay un protocolo específico para los casos de ictus, de manera que se priorizan y se dirigen hacia centro médicos específicos y especializados en estos casos.

Una vez en el hospital se realizarán las siguientes pruebas:

  • Evaluación clínica: historia médica detallada y examen neurológico.
  • Neuroimagen: la resonancia magnética es la herramienta de elección para confirmar el diagnóstico y determinar la extensión del daño cerebral.
  • Otras pruebas: análisis de sangre para identificar trastornos de coagulación, estudios cardíacos para detectar malformaciones y angiografías para evaluar los vasos cerebrales.

Cuál es el pronóstico y tratamiento

El pronóstico del infarto cerebral en niños depende de factores como la extensión del daño, la rapidez en el inicio del tratamiento y la causa subyacente.

El tratamiento se centra en:

  • Fase aguda: estabilización del paciente, manejo de síntomas y prevención de complicaciones. Se puede dar aspirina o anticoagulantes para evitar que empeore o se repita.
  • Rehabilitación: terapias físicas, ocupacionales y del habla para mejorar las funciones afectadas. Un enfoque integral que incluya la intervención de distintos especialistas es esencial para abordar las secuelas y mejorar la calidad de vida del niño.
  • Prevención: Identificar los factores de riesgo para evitar que se vuelva a producir un ictus.

No hay que desesperar porque muchos niños pueden continuar mejorando durante 6 o incluso al año después del accidente cerebrovascular. 

Qué secuelas puede tener

El primer factor ha tener en cuenta es la importancia del vaso capilar afectado. No es lo mismo uno pequeño que riega una zona limitada que uno de los vasos principales

El tiempo es otro factor determinante en las secuelas que deja el infarto cerebral. Una intervención temprana puede limitar el daño cerebral y mejorar la recuperación.

Un niño a menudo se recupera más fácilmente que un adulto porque el cerebro de un niño todavía se está desarrollando”, apunta el doctor Garza. Sin embargo, retrasos en el diagnóstico y tratamiento pueden resultar en secuelas permanentes, como:

  • Déficits motores: hemiplejia o parálisis del lado del cuerpo donde se produjo el infarto cerebral, con mayor afectación del miembro superior, especialmente la mano.
  • Trastornos del lenguaje: dificultades en la comprensión y expresión verbal.
  • Problemas cognitivos: déficits en la atención, memoria y funciones ejecutivas.
  • Epilepsia: aparición de crisis epilépticas post-infarto.