El método ‘10-10-10’ para tomar mejores decisiones y reducir el estrés

La sensación de no elegir correctamente puede generar agotamiento mental, pero estructurar el proceso de toma de decisiones como propone la experta Suzy Welch reduce la angustia y la presión.

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Héctor Farrés

Redactor especializado en salud y bienestar

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El cerebro humano odia la incertidumbre

Un marcador indica con años de antelación que una persona está en riesgo de depresión.

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No hay nada más agotador que vivir con la sensación de estar siempre tomando malas decisiones. Dudar de todo, arrepentirse después y repetir el ciclo una y otra vez genera un nivel de estrés que desgasta más que cualquier problema real.

Esa incertidumbre constante no solo afecta el estado de ánimo, sino que también dificulta la capacidad de actuar con claridad. Por suerte, existen estrategias que ayudan a poner las cosas en perspectiva y a reducir la angustia de elegir, como el método 10-10-10.

¿De dónde viene este método?

Suzy Welch, periodista y autora especializada en liderazgo, presentó esta técnica en su libro 10-10-10: A Life-Transforming Idea en 2009. Su propuesta surgió de la necesidad de contar con un sistema para tomar decisiones que fuese práctico y aplicable a cualquier ámbito de la vida.

La idea era sencilla: antes de actuar, detenerse un momento a pensar en tres escalas de tiempo distintas para intentar decidir con una mente menos contaminada con pensamientos.

  • 10 minutos: ¿cómo afectará esta decisión en el corto plazo?
  • 10 meses: ¿tendrá un impacto real en la vida dentro de casi un año?
  • 10 años: ¿será algo relevante o solo un detalle sin importancia a largo plazo?

Welch explicó que este método permite "encontrar claridad cuando todo lo demás parece confuso". El principio detrás del método es que muchas veces las personas reaccionan basándose únicamente en las emociones inmediatas o en la presión del entorno. Al proyectar los efectos de una decisión a futuro, es más fácil identificar si lo que parece un problema enorme en el presente realmente tendrá relevancia dentro de unos meses o años.

Un aliado contra el estrés

Uno de los mayores beneficios del método 10-10-10 es su capacidad para reducir la ansiedad que genera la toma de decisiones. Gran parte del estrés proviene de la sensación de estar atrapado en la incertidumbre, sin saber qué camino elegir. Aplicar esta estrategia permite descomponer el problema en partes más manejables, lo que hace que la decisión final parezca menos abrumadora.

Además, al visualizar las consecuencias a largo plazo, se gana una sensación de control sobre la propia vida. Muchas veces, lo que parece una elección trascendental pierde peso cuando se observa con la distancia suficiente. En otras ocasiones, al contrario, una decisión que parece pequeña adquiere una importancia considerable cuando se considera su impacto futuro.

Este método no promete decisiones perfectas, pero sí un punto de vista más tranquilo y estructurado. A fin de cuentas, no se trata de acertar siempre, sino de aprender a decidir sin que el proceso se convierta en una fuente inagotable de preocupación.

¿Por qué las malas decisiones generan estrés?

Tomar una mala decisión no solo puede traer consecuencias negativas por haberse equivocado, sino que también activa un mecanismo de estrés en el cerebro. La incertidumbre sobre los efectos de una elección genera ansiedad, ya que la mente tiende a anticipar escenarios problemáticos. Este tipo de preocupación puede afectar el sueño, la concentración e incluso la salud física.

El miedo a equivocarse puede generar una presión innecesaria

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Además, el miedo al error puede llevar a un estado de parálisis mental en el que cualquier decisión parece una amenaza. Este fenómeno, conocido como fatiga de decisión, ocurre cuando el cerebro se ve sobrecargado por la necesidad constante de elegir entre múltiples opciones. Cuanto más agotadora es la toma de decisiones, más difícil se vuelve afrontar las siguientes con claridad.

Por otro lado, el arrepentimiento juega un papel importante en el estrés. Cuando una elección no tiene el resultado esperado, es común repasar mentalmente todas las alternativas posibles, lo que genera una sensación de frustración y pérdida de control. En estos casos, técnicas como el 10-10-10 pueden ser útiles para minimizar ese impacto negativo.

Lo bueno y lo no tan bueno

Entre las ventajas de esta técnica, la más evidente es la claridad que aporta. Tomar decisiones bajo presión es complicado, y el 10-10-10 permite alejarse un poco del caos y pensar con más objetividad. Al dividir el impacto de una decisión en tres momentos distintos, se obtiene una visión más amplia y equilibrada de las consecuencias.

Otra gran ventaja es que reduce el arrepentimiento. Al analizar una elección con esta perspectiva, es menos probable tomar decisiones impulsivas que más adelante generen frustración. También es útil para distinguir entre lo urgente y lo importante, evitando que pequeñas preocupaciones se conviertan en fuentes innecesarias de estrés.

Gran parte del estrés proviene de la sensación de estar atrapado en la incertidumbre, sin saber qué camino elegir

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Por otro lado, este método no es infalible. En algunos casos, puede llevar al exceso de análisis, lo que a su vez puede paralizar la capacidad de actuar con rapidez. Además, hay decisiones que tienen un fuerte componente emocional, y tratar de evaluarlas solo desde la lógica puede ser insuficiente.

Pensar en cómo afectará una decisión en 10 minutos, en 10 meses y en 10 años suena más sencillo de lo que realmente es. Sin embargo, este planteamiento puede cambiar por completo la manera en que se afrontan los dilemas diarios.

No se trata de adivinar el futuro ni de acabar complicando aún más el proceso de tomar decisiones, sino de poner las cosas en perspectiva y evitar que las emociones del momento nublen el juicio.