Pese a lo frecuente que es, la depresión sigue siendo una enfermedad incomprendida. Según Narcís Cardoner, director del Servicio de Psiquiatría del Hospital de Sant Pau (Barcelona), “la depresión, como la mayoría de trastornos mentales, sigue estando estigmatizada y tratada de forma injusta. Es llamativo que, a pesar de lo común que es, de que cada vez se conoce más y se trata mejor, muchas personas tengan que seguir enfrentándose a los prejuicios y a la falta de comprensión por sentirse deprimido”.
Esa falta de apoyo social es una de las causas de que, junto a la tristeza, habitualmente aparezca el sentimiento de culpa. Para el Dr. Cardoner, "es fundamental frenarlo porque actúa como un amplificador de los síntomas y es un obstáculo para buscar ayuda y conseguir la recuperación. Las personas que se sienten culpables por su depresión a menudo creen que no merecen ningún apoyo o que deberían poder superarlo por sí solos y eso puede retrasar o impedir el inicio de un tratamiento. Todo ello, además, puede aumentar los pensamientos negativos y también la sensación de desesperanza".
La depresión y su efecto dominó en toda la salud
Acudir al médico cuanto antes es básico para que la situación no se cronifique y también porque, si no se trata, toda la salud puede resentirse porque una depresión puede abocar a otras dolencias.
Según el Dr. Cardoner, “se estima que padecer depresión puede incrementar 2,5 veces el riesgo de tener una enfermedad física porque puede afectar al sistema inmunológico, aumentar la inflamación interna y alterar procesos biológicos que predisponen a enfermedades cardiovasculares, metabólicas y trastornos gastrointestinales”.
Los mayores de 65 años la sufren menos
La depresión afecta más a personas entre 18 y 65 años. Para el jefe de Psiquiatría del Hospital de Sant Pau, “en esos años uno se encuentra en un periodo vital muy relevante y se enfrenta a la mayor parte de planes y retos de vida; en lo académico, laboral o familiar”.
Más adelante, la persona suele haber desarrollado diversos mecanismos que le ayudan a evitar los estados depresivos. Con la jubilación, desaparecen ciertas presiones y factores de estrés relacionados con la vida laboral, y eso –por sí mismo– ya contribuye a reducir el riesgo de depresión. Además, los mayores de 65 años han acumulado experiencias y hábitos de vida que les permiten afrontar con eficacia, resiliencia y sabiduría las situaciones difíciles de la vida.
En muchos casos también han sabidomantener redes sociales y familiares sólidas que les brindan apoyo emocional. “Pero no podemos olvidar –puntualiza el doctor Narcís Cardoner– que un porcentaje significativo de personas mayores de 65 años siguen experimentando cuadros depresivos. Y que a esas edades también puede aparecer un primer episodio, ya que es el momento en que pueden haberse perdido seres queridos, sentir más soledad o notar deterioro físico, cognitivo y funcional”.
Las mujeres son más vulnerables a la depresión
La depresión es una dolencia que persigue a las mujeres.Las fluctuaciones hormonales que ocurren durante el ciclo menstrual, el embarazo, el posparto y la perimenopausia pueden afectar al funcionamiento cerebral, alterando los niveles de neurotransmisores cerebrales.
A esos factores biológicos hay que añadir los sociales: másresponsabilidades de cuidado; discriminación de género; expectativas sociales… Todo eso puede hacerlas más vulnerables a la depresión.
diferencias entre ansiedad y depresión
Son trastornos distintos, aunque pueden solaparse e incluso uno conducir al otro. Por eso, conviene conocer qué caracteriza a cada uno y diferenciarlos:
- Con la ansiedad, más síntomas físicos.En ella predominan las palpitaciones, la sudoración, los temblores, la tensión muscular y los problemas gastrointestinales sin que haya una causa clara que los ocasione. Es habitual también notar preocupación constante, miedo al futuro y una sensación de amenaza o peligro inminente que lleva a evitar situaciones que provocan inquietud.
- En la depresión, más síntomas emocionales.En este caso es la tristeza persistente, la desesperanza y la pérdida de interés o placer con cualquier actividad, sea del tipo que sea, lo que predomina. Pueden aparecer sentimientos de inutilidad o culpa excesiva, además de que se percibe mucho cansancio físico, insomnio o todo lo contrario, exceso de sueño (hipersomnia), cambios en el apetito y necesidad de aislamiento social.
Qué es la depresión sonriente
”Los especialistas la llevamos viendo, desde hace tiempo, en nuestra práctica clínica habitual”, nos dice el Dr. Cardoner. “La depresión sonriente –añade– se produce cuando los síntomas se ocultan tras una fachada de aparente felicidad o normalidad. No se trata de un tipo distinto de depresión, sino de una forma de no manifestar abiertamente los síntomas depresivos”. Para el especialista, eso puede complicar mucho la detección y el diagnóstico y retrasar el acceso al tratamiento adecuado.
Y es que parece que en nuestra sociedad se ha instalado la presión de tener que ser feliz. Para el doctor Cardoner, “el esfuerzo constante por mantener una apariencia alegre puede generar un estrés adicional en estas personas. Y esa presión interna no solo aumenta la carga emocional, sino que también puede aumentar los síntomas depresivos, generando un círculo vicioso que en muchos casos puede dificultar la recuperación”. Por eso, todos los especialistas insisten en dar visibilidad a la salud mental y poder identificar, de forma temprana, estas otras formas –menos claras– que tiene la depresión de presentarse.
Claves para superar la depresión
Más allá del tratamiento médico, el apoyo de familiares y amigos es clave. La presencia de alguien cercanopuede ser reconfortante, ya sea solo para acompañar o para ayudar en tareas cotidianas o ir al médico. Eso reduce muchísimo la sensación de desesperanza y soledad.
A partir de ahí, el acompañamiento y la escucha activa son las mejores herramientas para apoyar a alguien que atraviesa una tristeza profunda o una depresión. Esa manera de escuchar activamente, prestando atención, mostrando empatía, sin juzgar ni responder a cada frase aporta sensación de seguridad. Asimismo, es fundamental que la persona de apoyo cuide su propio bienestar.
¿Hay frases o comentarios que no ayudan a superar esa tristeza? Efectivamente, hay que cuidar mucho el lenguaje. "Esas afirmaciones y consejos comunes se hacen, la mayoría de las veces, con la intención de ayudar. Pero decirles 'Tienes que poner de tu parte o poner voluntad', 'Tú puedes', 'Eres el único que puede salir de esto' no hace más que incrementar el autorreproche y la culpa", afirma el Dr. Cardoner.
Tener prisas por superarlo puede tener un efecto negativo. "Es esencial recordar –remarca este psiquiatra– que la recuperación es un proceso que merece paciencia y comprensión. Tan importante como no culpabilizar es promover una actitud de responsabilidad hacia la propia salud. Es decir, primero saber pedir ayuda e incentivar el autocuidado y, de forma progresiva, adoptar todos los recursos que puedan ser útiles para recuperarnos".