Cómo afrontar el trabajo durante y después de un cáncer: una experta nos da las claves

Tras un diagnóstico de cáncer, se abre todo un mar de dudas en muchos aspectos, sobre todo en cuanto al tratamiento y la recuperación. Pero también surgen miedos e inquietudes sobre el paréntesis que supone a nivel laboral enfrentase a esta enfermedad.

Nuria Blasco

Periodista

Actualizado a

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Cuando a una persona le diagnostican un cáncer, además de todos los miedos e inquietudes sobre su salud, hay toda una parte de dudas sobre la parte logística de su vida diaria, y una de las más importantes es la vida laboral.

En ese momento, su vida se centra en los aspectos médicos, las visitas al hospital, las pruebas, las exploraciones y el tratamiento.

Entonces, ¿es recomendable cogerse la baja médica para dedicarse a su recuperación? ¿O continuar con la rutina diaria puede ayudar a enfrentarse mejor a la enfermedad?¿Si se opta por la baja médica, disminuyen los ingresos económicos? ¿La empresa debe mantenerle el puesto de trabajo?

La trabajadora social Eva Frechilla es asesora en Recursos Sociales del Centro Kālida Sant Pau de Barcelona. Ella forma parte del equipo de profesionales asistenciales que ofrecen soporte práctico, emocional y social para cualquier persona que conviva con el cáncer, ya sean pacientes, familiares o cuidadores, de forma gratuita y sin derivación médica.

Eva nos explica las diferentes opciones que tenemos a nivel laboral cuando nos enfrentamos a un cáncer, tanto durante el tratamiento, como en el momento de la reincorporación al trabajo.

QUÉ HACER TRAS EL DIAGNÓSTICO

Enterarnos de que tenemos un cáncer es un duro golpe a nivel personal y familiar. Y tras la noticia, toca plantearse cómo decirlo en el trabajo. ¿Cómo es mejor dar este paso?

No es obligatorio explicar en el trabajo que te han diagnosticado un cáncer. Cuando alguien coge una baja laboral, en el parte de la empresa solo pondrá que es una enfermedad común, así que es decisión de la persona el explicar más acerca de su enfermedad o no.

Lo que sí les recomendamos, siempre que lo deseen, es que en el momento en que te coges una baja, por protocolo, la mutua de la empresa te irá llamando para hacerte un seguimiento, reconocimientos, etc. Entonces, si les explicas cuál es tu enfermedad, tu proceso, en qué momento estás, etc., no te estarán llamando constantemente porque saben que es un proceso bastante largo así que puede ser bueno hacerlo para evitar esa parte.

¿qué es lo primero que se debería hacer?

Se pueden plantear diversas opciones. La primera de ellas es trabajar durante el tratamiento si te encuentras bien y puedes hacerlo físicamente, es decir, que tu tipo de trabajo te lo permita.
Solicitar la Incapacidad Laboral Temporal, es decir, pedir la baja médica.
Tramitar una Incapacidad Laboral Permanente (que sería revisable).
Depende de la edad, plantear una jubilación anticipada.

¿es habitual coger la baja médica enseguida?

La gran mayoría de las personas sí se coge la baja (incapacidad laboral temporal). Algunas ya lo hacen en cuanto les diagnostican el cáncer y otras se esperan a iniciar el tratamiento o cuando les hacen la primera intervención. Mientras van trabajando a la vez que se cogen horas para ir al médico o pruebas, ya que por convenio las empresa suelen dar unas horas para visitas médicas.

Sin embargo, depende del trabajo que se desempeñe, hay personas que durante la enfermedad puede seguir haciendo su trabajo y además les puede ir bien para estar distraídos o ocupados, etc.. siempre y cuando la empresa les permita ir a las visitas médicas, tratamientos o incluso si se encuentran mal, trabajar desde casa…

Y hay personas que, desde el momento del diagnóstico –depende del tipo de cáncer y del trabajo que desempeñen– no pueden desarrollar su trabajo o los médicos no se lo aconsejan.

¿es bueno explicarlo a los compañeros?

Normalmente, cuando se trata de trabajos con pocos compañeros, la gente sí lo suele explicar.

Otra de las cosas que nosotros también creemos que es recomendable es tener a una persona de referencia, un compañero o un superior, al que le puedas ir comunicando cómo estás, cómo va el proceso, para que él o ella se lo comunique al resto del equipo.

Mujer trabajo

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Esto es, sobre todo, para que cuando te reincorpores no pregunte todo el mundo qué te ha pasado, cómo ha ido, etc. Así te ahorras esta angustia de repetir todo lo que has vivido porque ya lo saben y no tienes que volver a explicarlo todo.

También está bien que cuando nos pasa un acontecimiento estresante de este tipo, aprendamos a poner límites que no habríamos puesto antes. Si no te apetece ir a comer con todos los compañeros, o no te apetece explicar determinadas cosas… pues no deberías hacerlo. En estos momentos hay que pensar en uno mismo y en nuestras necesidades.

¿Qué es lo que suele preocupar más a los enfermos de cáncer?

Tener que decirlo en el trabajo, el miedo a perder el trabajo, miedo a que los ingresos sean más bajos… Explicarlo en el trabajo no es algo que les preocupe demasiado, porque pueden decidir decirlo o no, contárselo solo a una persona o a todos, depende de cada persona y de la relación que tenga en el trabajo con sus superiores y/o compañeros.

En cuanto a la parte económica, los enfermos de cáncer suelen coger una baja por incapacidad temporal (el máximo son 18 meses, después la empresa te da de baja de la Seguridad Social), y como norma el primer año de la baja se suele cobrar lo mismo. A partir de los 12 meses es cuando hay una disminución de los ingresos.

A partir de aquí sí que puede suponer una preocupación extra, porque a la vez que cobramos menos, suele haber un aumento de gastos devenidos de la enfermedad como puede ser ir con frecuencia al hospital, gastos extras de medicamentos, prótesis capilar…

¿COGERSE LA BAJA O SEGUIR TRABAJANDO?

¿Qué suele ser mejor o que se suele recomendar: seguir trabajando para estar distraído y tener una vida lo más ‘normal’ posible, o es mejor no trabajar y centrarte en el tratamiento y recuperación?

Lo que nosotros solemos decir que cuando te diagnostican un cáncer hay que volcarse en uno mismo. Es como un paréntesis en tu vida en el que toca cuidarnos y pensar en la recuperación. Nos tenemos que dedicar a nosotros y cuando estemos bien, ya volveremos al trabajo.

Otra cosa es que la persona se encuentre bien y que esté convencido de que le va mejor estar activo, entonces está bien que continúe trabajando. Eso depende de la persona y del trabajo que desarrolle.

Lo que sí creemos que es importante es no perder el contacto con la empresa, porque así cuando volvamos será más fácil.

¿A qué están obligadas las empresas? 

La empresa está obligada en todo momento a cumplir la legislación laboral. Con las leyes actuales es posible extinguir contratos en cualquier momento, incluso durante una baja médica, aunque nunca podrá ser la razón de la extinción del contrato. De todos modos, el despido siempre se puede recurrir en los tribunales de lo social y ser considerado improcedente o nulo.

Lo que sí se puede solicitar, en cuanto una persona se reincorpora y tiene alguna secuela o incapacidad, y se justifica, que desde riesgos laborales adapten el lugar de trabajo a tu nueva situación.

EL MOMENTO DE LA REINCORPORACIÓN

Cuando se sufre un cáncer el alta médica no se considera hasta pasados los cinco años.

Por nuestra parte lo que sí recomendamos cuando una persona quiere reincorporarse al trabajo, si se encuentra bien, que lo haga antes de cumplir un año de la baja.

Esto es porque después del año, además de que ya hay una reducción de ingresos, la baja se pasa al Tribunal médico de la Seguridad Social para que evalúen si a esta persona se le pueden dar el alta o se le tramita una incapacidad permanente. Esto puede alargarse bastante porque hay que mandarles un informe, que ellos lo evalúen, etc.

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En cambio, si se hace antes del año es mucho más sencillo ya que solo hay que ir al médico de familia para que él mismo te tramite el alta.

Por otro lado, si el paciente no se encuentra bien todavía, ya sea física o anímicamente, o le han quedado secuelas que le no le permitan desarrollar su trabajo, puede alargar la baja hasta los 18 meses y después pedir si es necesario una incapacidad permanente. En este caso se debería justificar por qué la estas pidiendo, con informes de las secuelas que ha producido la enfermedad o los tratamientos y explicar el por qué no puede desarrollar su trabajo.

Cuando te dan una incapacidad permanente y la te revisan y te dan el alta antes de los dos años, la empresa tiene la obligación de readmitirte.

¿Reincorporación plena o gradual?

Debería ser gradual pero no es un derecho. Nosotros recomendamos que cuando se reincorporen, los pacientes utilicen los días de vacaciones que han generado durante la baja para cogerse días o horas (por ejemplo que algún viernes no lo trabaje, o cogerse dos tardes a la semana, o hacer menos horas…) siempre que la empresa se lo permita, por supuesto.

Así es un poco más llevadero volver después de pasar una enfermedad y haber estado tanto tiempo alejado de la vida laboral.

De hecho, los funcionarios sí que tienen esta ventaja, ya que cuando vienen de un proceso así, pueden incorporarse poco a poco.

¿Suele ser positiva la vuelta al trabajo?

Depende de cada persona pero normalmente sí que es positivo porque vuelves a tu rutina normal, a tu vida antes del cáncer.

Aunque también puede dar cierto miedo porque dejas el hospital, a los médicos, ya no estás tan controlado…

¿Y hay a quienes los efectos emocionales de la enfermedad y del tratamiento hagan que les cueste reanudar su vida laboral?

Sí que hay pacientes que emocionalmente, tras el cáncer, notan un antes y un después a todos los niveles, también en el laboral. Hay personas que ven que el trabajo estaban desempeñando no es lo que en realidad querrían hacer.

Otras ven que estaban haciendo demasiadas cosas, que se estaban estresando y que tienen que empezar a poner límites… Sienten que tienen que pensar más en ellas, cuidarse, cambian sus prioridades…

Incluso hay personas que deciden cambiar, dejar el trabajo que estaban haciendo y hacer un giro a nivel laboral.