Los nutricionistas aclaran si es mejor tomar las semillas de chía en polvo o enteras

Las semillas de chía es un ingrediente cada vez más apreciado por su alto contenido en fibra, omega 3 y sus antioxidantes, entre otros nutrientes. La duda surge sobre la mejor forma de prepararla y consumirla. ¿Molida o entera? Una nutricionista nos lo aclara.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Chía

La chía se puede utilizar con las semillas enteras o trituradas.

La chía es la semilla de una planta muy extendida en México y Guatemala, la Salvia hispánica. A través de la tradición de los mayas y los aztecas ha llegado hasta nosotros y hoy es considerada uno de los superalimentos, por sus numerosas propiedades nutricionales.

Diversas investigaciones científicas han mostrado que estas pequeñas semillas pueden ser un poderoso aliado para mantener el peso a raya, la salud cardiovascular, regular el azúcar en sangre, evitar el estreñimiento y tener un aporte sostenible de energía.

La duda es cómo consumirla adecuadamente. Las semillas de chía no son fáciles de comer ya que tienen una cáscara muy resistente. “Por eso, según entran en tu cuerpo vas a salir”, ha explicado la nutricionista Maca Bustamante, una prestigiosa dietista peruana, conocida en redes sociales como Maca Wellness.

¿La chía es mejor molida o entera?

El que las semillas sean duras no es un inconveniente para consumirlas. Basta que las sumerjas en agua para hacerlas perfectamente digeribles. Otra opción es triturarlas.

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¿Cuál es la opción más recomendable? Las dos son válidas. Solo dependen de tus necesidades. “Si las semillas se consumen enteras es posible que el cuerpo no absorba por completo sus nutrientes”, apunta la nutricionista en un reciente vídeo compartido en redes sociales.

Sin embargo, al hidratarlas, con agua u otro líquido, como leche, vas a conseguir una fibra que se llama mucílago, una especie de gel con dos beneficios importantes:

  • Actúa como un prebiótico. Es un alimento para tu microbiota intestinal. Ayuda a nuestras bacterias beneficiosas a crecer y mantenerse saludables.
  • Es más saciante, por lo que es una forma excelente de incluirla en nuestra dieta y evitar comer mucho. También ayuda a regular los niveles de azúcar en sangre.

Los beneficios de la harina de chía

Si lo que buscas es aprovechar al máximo todos sus nutrientes, es mejor que pases las semillas por el molinillo o la licuadora y hacer chía molida o harina de chía.

“Al estar triturada, la cáscara ya no es obstáculo para aprovechar mejor los nutrientes”, confirma la nutricionista. Esos nutrientes son sobre todo:

  • Ácidos grasos omega 3. Seguramente es el elemento más destacado junto con la fibra y la principal razón de su fama. Estas grasas saludables benefician al corazón y también la salud cerebral. Reducen la inflamación y el colesterol, y con ello el riesgo de que la sangre se obstruya en las arterias.
  • Antioxidantes, que combaten el daño celular causado por los radicales libres, unos elementos químicos que aceleran el envejecimiento prematuro. Su presencia reduce el riesgo de enfermedades crónicas y de cáncer.
  • Minerales esenciales como el calcio, magnesio y fósforo, que fortalecen los huesos y músculos.
  • Proteínas que contribuyen a la reparación de los tejidos y al desarrollo muscular.

Cómo tomar las semillas de chía

La nutricionista Bustamante aporta algunas ideas de cómo podemos consumir de maneras deliciosas las semillas. Al hidratarlas para que chupen el agua y formen ese gel, es muy fácil incluirlas en batidos, yogures o postres.

Si prefieres algo más salado, también puedes añadirlas a purés o una crema de calabaza, que es la elección preferida de la experta.

Molida puede incorporarse a todo tipo de recetas: panes, galletas, bizcochos. Les dará un toque más nutritivo y saludable que otros tipos de harinas.

Una de las opciones más consumidas es en el desayuno, combinada con avena. Para esta elaboración necesitas avena de copos grandes, no la avena instantánea.

Cueces la avena en un poco de leche. Cuando haya absorbido parte de la leche, añades las semillas para que ellas también se hidraten. Se mezclan bien formando una masa integrada y con la consistencia al gusto.