Desde el primer día de nuestra vida, todo lo que comemos influye en nuestra salud, tanto física como mental. Todos y cada uno de los alimentos que ingerimos afectan al funcionamiento del organismo, para bien y para mal. Además, con el paso del tiempo creamos hábitos que van tomando arraigo a medida que crecemos. Así, contamos con ciertos patrones alimentarios que rigen nuestras dietas y que acaban configurando creencias nutricionales difíciles de cambiar.
En este sentido, mitos como que el desayuno es la comida más importante del día, que hay que comer 5 veces a lo largo de la jornada, o que la fruta y los carbohidratos no conviene comerlos por la noche, son pautas que sigue la mayoría de la sociedad. Sin embargo, estas generalidades, más allá de si tienen o no fundamento científico, no deberían ser aplicadas siempre y en todos los casos.
Y es que, a pesar de que es cierto que hay ciertas premisas que se pueden aplicar sin matices, también lo es que cada persona (y por tanto, cada organismo) demanda una dieta ajustada a sus características específicas.
Una dieta para cada edad
Partiendo de la idea de una dieta basada en alimentos frescos y mínimamente procesados, es una dieta saludable para cualquier persona, la doctora Federica Amati, científica, nutricionista, y autora de la Guía completa de nutrición (Libros Cúpula, 2025), asegura en su recién publicado libro, que la personalización de la dieta es clave para el cuidado de la salud. Tanto es así, que ni siquiera el azúcarpuede considerarse un alimento dañino per se, "ya que, sus efectos son distintos en cada individuo, e incluso en la misma persona en una u otra época de la vida".
Y es que, el quid de la cuestión en la relación entre salud y nutrición, tal y como la experta apunta en las primeras páginas de la Guía, reside en el momento de la vida que estamos viviendo. "El curso de la vida es una maratón, no una carrera de corta distancia, y lo que necesitamos para estar bien y vivir con salud cambiará dependiendo del kilómetro que estemos recorriendo".
decisiones alimentarias
La doctora no puede ser más clara en este asunto. "Somos seres únicos con necesidades específicas y respuestas particulares a la nutrición, ubicados en un momento concreto de la vida: en materia de salud y nutrición, no existen recetas universales".
Por esta razón, la doctora Amati aboga por la necesidad de contar con las herramientas básicas para que cada uno tome sus propias decisiones nutricionales. Y esto es lo que hace a través de su Guía completa de nutrición: dotar a los lectores de los recursos necesarios para tomar las mejores decisiones en función de las características de cada uno y de sus circunstancias particulares.
Además, nos recuerda que cada una de esas decisiones que tomamos constituyen los cimientos de la salud que está por venir. "Entre los 50 y los 70 años, las personas viven un momento crucial en cuestión de salud. Durante estas décadas, los efectos acumulados de las decisiones relativas al estilo de vida que hemos tomado en los años previos empiezan a manifestarse y moldean la salud y la longevidad futuras".
cada etapa una dieta
La supervivencia de los seres humanos, según la doctora, se sustenta sobre cinco pilares fundamentales: la respiración, el sueño, la nutrición, el movimiento y la socialización. Estos son los cinco aspectos que hay que tener presentes para tener una vida larga y de calidad.
Ahora bien, por lo que se refiere a la alimentación, la experta segmenta su influencia en tres etapas vitales: la infancia y adolescencia, la madurez, y la vejez. En cada uno de esos periodos nuestro cuerpo y su funcionamiento cambia y, cada transformación, es el origen de una necesidad nutricional concreta y distinta.
Infancia y adolescencia, etapas clave
Los primeros años del desarrollo humano se caracterizan por el rápido crecimiento, que salta a la vista durante los dos primeros años. Durante este período, la alimentación es la piedra angular de la vida. Además, al llegar a la adolescencia, nos volvemos muy influenciables, lo que que convierte a los jóvenes en "presa fácil" para las empresas de alimentación, que suelen empujar a los adolescentes a opciones alimentarias poco saludables.
En definitiva, en esta etapa de la vida, "es de vital importancia que volvamos a nutrir a nuestros jóvenes con alimentos frescos y saludables", afirma la doctora quien además, destaca que "la alimentación es uno de los aspectos que podemos controlar". Algo fundamental, ya que, "las tendencias dietéticas actuales entre los jóvenes merecen una reevaluación, sobre todo si tenemos en cuenta lo mucho que influyen en su bienestar mental y físico".
madurez, los años "top"
Tal y como explica la doctora, "entre los 25 y los 35 años, los hombres y las mujeres alcanzan su máxima capacidad física. Este período constituye la década en que somos más rápidos, más fuertes, más delgados, más resilientes, más fértiles, y en general, más capaces de llevar a cabo proezas físicas".
Ante un período tan "exigente" como este, la cuestión es ¿cómo estar a la altura desde el punto de vista nutricional en esta etapa de la vida? Entre los numerosos consejos que aporta Amati en su Guía, en lo que atañe a la alimentación recomienda "llevar una dieta equilibrada, rica en fruta y verdura, proteínas magras, grasas saludables y cereales integrales". Además, recalca la conveniencia de "limitar el consumo de ultraprocesados y azúcares añadidos, e incrementar la fibra".
envejecer con salud
Aunque todos envejecemos, cada uno lo hace con una velocidad e intensidad distinta. Las diferencias dependen de muchos factores, entre ellos, el estilo de vida, la actividad física, la genética, y por su puesto la alimentación. En lo que se refiere a la dieta, la doctora Amati aconseja "alejarse de las carnes rojas y alimentos procesados y optar por comidas centradas en los alimentos vegetales para allanar el camino hacia la salud cognitiva".