Tomar un caldo de huesos caliente resulta muy reconfortante, en especial durante los fríos meses de invierno. Pero ¿de verdad tiene tantos beneficios como se le atribuyen en TikTok y otras redes sociales
Alivio del dolor articular, reducción de las molestias digestivas, conseguir una piel más suave… serían solo algunas de las bondades de este elixir dorado que, a tenor de lo que se explica, es capaz de mejorar la salud. ¿Qué hay de cierto?
¿Qué es el caldo de huesos?
El caldo de huesos se hace hirviendo a fuego lento los huesos durante varias horas (aunque también puede hacerse en la olla exprés). Suelen usarse huesos de res, cerdo o pollo, en especial aquellos que tienen articulaciones y tejido conectivo adherido. También pueden añadirse verduras para mejorar su sabor y propiedades nutricionales.
Es similar a otros tipos de caldos, solo se distingue por el uso de huesos carnosos de las articulaciones y un tiempo de cocción más largo, lo que ayuda a extraer más proteínas de los huesos y el tejido conectivo.
La mayor parte de la proteína del caldo de huesos proviene del colágeno, que fortalece y hace más flexibles los tejidos de los animales. Estas proteínas del colágeno cuando se enfrían forman una gelatina, lo que le da al caldo su textura característica.
Igual que los otros tipos de caldo, puede tomarse solo o utilizarse como base para preparar sopas, guisos u otras recetas.
¿Qué nutrientes aporta el caldo de huesos?
Aunque la composición nutricional del caldo de huesos varía según sus ingredientes, generalmente aporta proteínas, aminoácidos y minerales (calcio, magnesio, potasio, sodio, fósforo, hierro y zinc), además de otros compuestos como la glucosamina y la condroitina.
Los huesos y el tejido conectivo de los animales son ricos en colágeno, que es lo que suele destacarse en el caldo y que se descompone en gelatina durante la cocción, proporcionando aminoácidos como la glicina, la prolina o la hidroxiprolina.
Hay que tener claro que, al consumir el caldo, no absorbemos directamente el colágeno de los huesos, pero nuestro cuerpo sí que puede usar sus componentes (los aminoácidos) para producir colágeno nuevo.
Qué beneficios se le atribuyen al caldo de huesos
Gracias a su composición nutricional, y en especial al colágeno de los huesos, al caldo de huesos se le atribuyen diversos beneficios:
Fortalecer y reparar las articulaciones
Los aminoácidos del caldo de huesos pueden ayudar a nuestros tendones, ligamentos y cartílagos a fabricar su propio colágeno, lo que podría beneficiar la salud de las articulaciones.
No obstante, tal y como indica un estudio de 2019 publicado en la revista International Journal of Sport Nutrition and Exercise Metabolism en el que se analizó la composición de distintos tipos de caldo de huesos, las concentraciones de aminoácidos varían entre ellas y son menores a las de los suplementos de colágeno.
Reducir la inflamación intestinal
El caldo de huesos contiene glutamina, un aminoácido que se ha asociado a la reducción de la inflamación intestinal y la protección de la barrera entre el interior de los intestinos y el resto del cuerpo (la permeabilidad intestinal).
En un estudio de 2021 llevado a cabo por investigadores de la Universidad Autónoma de Nuevo León, en México, se observó que los ratones que tomaron una pequeña cantidad de caldo de huesos durante 10 días fueron menos susceptibles al daño intestinal y la inflamación que los que bebieron agua. Para corroborar los resultados, no obstante, habría que determinar si tiene el mismo efecto en humanos.
Mejorar la textura de la piel
El colágeno es uno de los componentes más esenciales la piel. Esta sustancia, que nuestro cuerpo produce de forma natural, es responsable de la resistencia y elasticidad de la piel y otros tejidos. A medida que envejecemos, producimos menos colágeno, y es por ello que aparecen las arrugas y la piel está más flácida.
Algunos estudios sugieren que los suplementos de colágeno pueden contribuir a la salud de la piel, aunque todavía no está del todo confirmado, pero no hay ninguno hasta el momento que haya avalado este efecto a partir del consumo de caldo de hueso.
Retrasar la osteoporosis
El caldo de huesos contiene minerales fundamentales para unos huesos sanos, como el fósforo o el calcio. También contiene sulfato de condroitina, un componente del cartílago, y ácido hialurónico, una molécula que se encuentra de forma natural en nuestra piel, articulaciones, músculos.
De hecho, un estudio japonés llevado a cabo en 2024 y publicado en Journal of Food Science ha constatado en estudios de laboratorio que el ácido hialurónico y la condroitina del caldo de huesos de pollo y verduras pueden ralentizar la progresión de la osteoporosis, aunque faltan estudios en humanos para confirmarlo.
Receta del caldo de huesos
Más allá de los potenciales beneficios del caldo de huesos para la salud, lo que sí está claro es que aporta nutrientes interesantes y es muy reconfortante, así que ¿por qué no prepararlo en casa?
Aquí tienes una deliciosa receta para preparar tu caldo de huesos casero en la olla exprés de la dietista y mentora nutricional Paola Procell, autora del libro Tu salud empieza en la cocina.
Ingredientes:
- 1 kg de huesos (ternera, pollo, patas de gallo, cerdo, codillo…)
- 3-4 litros de agua filtrada
- 2 cucharadas soperas de vinagre de manzana sin pasteurizar
- 1 cebolla
- 5-6 dientes de ajo
- 1 cucharita de sal marina
- Laurel
Preparación:
- Pon los huesos y la cebolla en una bandeja apta para horno y ásalos a 220 °C durante unos 30 minutos.
- Coloca los huesos y la cebolla asados en la olla exprés y cúbrelos con agua. Añade también el ajo, el laurel, la sal y el vinagre de manzana.
- Enciende el fuego y cuando la válvula hago presión cocina entre 2 y 4 horas a fuego bajo con la presión alta.
- Cuando esté hecho, retira los huesos y cuela el caldo en una malla fina.
Déjalo enfriar en la nevera que se separe la grasa sobrante y la puedas quitar con una cuchara. Después ya puedes calentar la cantidad que vayas a tomar y recuerda que puedes congelar lo que te sobre para utilizarlo otro día.