El boniato tiene fama de ser un alimento hipercalórico y lo cierto es que sus nutrientes más destacados son los hidratos de carbono, compuestos por igual por almidones complejos y azúcares simples. Son más abundantes cuanto más maduro está.
Su color anaranjado revela que el boniato es rico en provitamina A, en forma de betacaroteno. 200 gramos de boniato cubren dos veces las necesidades diarias de esta vitamina, esencial para la piel, la salud visual y el desarrollo óseo.
También destaca su contenido en vitaminas C, B6, B5, B1 y B2. Y, en cuanto a minerales, sobresale su aporte de manganeso, potasio, cobre y hierro.
A continuación te mostramos algunas ideas para beneficiarte de todos los beneficios del boniato y disfrutar de su sabor y textura en la cocina.
cómo conservar el boniato en casa
En el mercado, elige los ejemplares de aspecto firme, porque es un producto muy frágil. Una vez en casa, se deben almacenar en un lugar fresco, seco, oscuro y bien ventilado, donde pueden conservarse hasta diez días.
Si la temperatura es alta, el boniato puede germinar o fermentar. Para evitarlo, es aconsejable cocinar y mantener el tubérculo en la nevera durante una semana, pero nunca guardarlo crudo en el frigorífico.