Hábitos que no son tan inocentes: riesgos para la salud de morderse las uñas y apretar los granos

Acciones que de entrada parecen no tener mucha importancia como morderse las uñas o apretar los granitos pueden comportar riesgos para la salud. Te explicamos cuáles son y qué hacer para solucionarlo.

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Mujer mordiéndose las uñas

Son costumbres que pueden dañar la piel y tener consecuencias para nuestra salud.

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A menudo, morderse las uñas o apretarse los granos son acciones impulsadas por tics o por la impaciencia, pero en cualquier caso son gestos aparentemente triviales que pueden acabar desencadenando problemas importantes para la salud. 

En el caso de morderse las uñas, además de un problema estético,  puede tener consecuencias no deseadas: infecciones en forma de panadizo (las bacterias entran por la herida), sangrados, hongos y verrugas (la misma “puerta abierta” deja pasar a otros microorganismos), uñas encarnadas, microtraumatismos que alteran su anatomía... Incluso, en los casos más extremos, puede llegar a causar problemas en la posición de los dientes. 

Estrategias para dejarlo

Aunque es un hábito que no es fácil de quitar, siempre puedes poner en marcha varias estrategias para dejar esta mala costumbre:

  • Los esmaltes y productos específicos que hacen que morderlas sea desagradable pueden ayudar, pero no siempre funcionan.
  • Es recomendable llevar las uñas cortas y mantener las manos ocupadas.
  • Ponerse una tirita o usar uñas postizas (son más duras que las nuestras) también puede ser útil.
  • Hidratar las cutículas y el contorno de las uñas para que no se resequen y aparezcan pieles puede evitarnos la tentación de tirar de ellas o mordisquearlas.

No aprietes los granos: evita cicatrices e infecciones 

El acné suele ser más frecuente en adolescentes y adultos jóvenes y tiene mucha dependencia de los cambios hormonales, pero se pueden tener granos a cualquier edad. 

Se producen por la obstrucción de los folículos con restos de sebo y células de piel muertas. Al obstruirse, aparecen las espinillas, resultado de un acúmulo de bacterias, pus y restos, que no son capaces de salir, inflamándose e incluso infectándose.

Apretarlos para vaciarlos puede dejar cicatrices porque estamos rompiendo la piel; es mejor esperar a que la lesión se resuelva por sí sola o tratarla con productos específicos.

Es muy importante no manipular los que aparecen en el triángulo que va de las aletas de la nariz a la mandíbula: es una zona con muchos vasos sanguíneos y una infección se propagaría con más facilidad. 

Las costras tienen su función

En cuanto se produce una herida, en la piel y en los vasos sanguíneos se dan una serie de reacciones químicas y biológicas que provocan un pequeño coágulo para limitar el sangrado que se secará y endurecerá, aparecen glóbulos blancos para evitar infecciones y, posteriormente, comienza la creación de nuevo tejido. Es decir, las costras protegen una herida mientras la piel se cura. 

Todo el proceso de cicatrización dura unas 3 semanas y, en realidad, no concluye hasta que se produce la remodelación total de la piel, lo que puede llevar casi un año. Arrancarla es interferir en ese proceso, que se reiniciará, y aumentar el riesgo de que quede una cicatriz o se infecte. 

Evita tocarlas. Si son molestas, aplica una crema hidratante o un poco de vaselina, pero siempre con las manos limpias para prevenir infecciones.