Dos investigaciones confirman que el párkinson se puede tratar con células madre

El párkinson, una de las principales enfermedades degenerativas, causada por falta de dopamina, tiene una nueva y esperanzadora vía de tratamiento. Dos estudios paralelos han confirmado que son seguras las terapias con células madre para que fabriquen dopamina. Evitaría los serios efectos secundarios del medicamento actual.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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laboratorio de células

Un trasplante de células madre puede ser la forma de tratar el párkinson sin tantos efectos secundarios.

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La enfermedad de Parkinson es un trastorno neurodegenerativo que cada año aumenta en número de casos en todo el mundo. Se caracteriza por la pérdida de un tipo específico de células del cerebro: las neuronas que producen dopamina, conocidas como neuronas dopaminérgicas.

Estas neuronas, situadas en una región del cerebro llamada sustancia negra, son fundamentales para el control del movimiento. Eso hizo que el párkinson se relacionara sobre todo con la imagen de personas que no paran de temblar. Aunque también puede provocar el efecto contrario, rigidez en las extremidades o daños en órganos internos.

A día de hoy es una enfermedad incurable, solo hay medicamentos que frenan su progresión. Medicamentos que provocan tics y otros serios efectos secundarios.

En los últimos años, la terapia con células madre ha emergido como una prometedora estrategia para tratar el párkinson. Y acaban de aparecer dos estudios paralelos con nuevos y prometedores resultados.

Qué es la terapia con células madre

Esta terapia con células madre busca reemplazar las neuronas perdidas que producen dopamina, restaurando así la función motora y mejorando los síntomas de la enfermedad.

Como bien sabes, la dopamina es una hormona fundamental en nuestro bienestar. Este neurotransmisor es conocido en los ámbitos psicológico y psiquiátrico como la hormona de la motivación, porque interviene en el sistema de recompensa y satisfacción.

Menos conocido es que también tiene un importante papel en la concentración, la memoria y sobre todo el control del movimiento. Con el trasplante de células madre se pretende que se especialicen para producir dopamina.

En dos investigaciones que acaba de publicar la revista Nature, se ha demostrado que aplicar estas células es seguro y que proporciona un tratamiento con menos efectos adversos que los medicamentos actuales.

En qué consisten estos dos ensayos

En los estudios no se han utilizado el mismo tipo de células, sino de dos orígenes diferentes. La buena noticia es que un método y otro se han confirmado que son adecuados. Los dos tipos de células son:

  • Células madre embrionarias: tienen la capacidad de convertirse en cualquier tipo celular, incluidas las neuronas dopaminérgicas. Sin embargo, como son células que implican la destrucción de embriones recién fecundados, hay consideraciones éticas que frenan su uso.
  • Células madre pluripotentes: son células extraídas del paciente y que se reprograman para que vuelvan al estado inicial en el que podían transformarse en cualquier célula del cuerpo. Al ser propias del paciente reducen el riesgo de rechazo.

El primer ensayo lo ha hecho un grupo americano. Es pequeño, de siete pacientes. El estudio de células pluripotenciales lo ha hecho un equipo japonés con doce pacientes.

Ambos equipos tienen mucho prestigio en este tipo de investigación que los avala. Pero es necesario ampliar los grupos de pacientes para confirmar los resultados, como ellos mismos admiten.

Qué beneficios presenta el nuevo tratamiento

“Son estudios muy bien ejecutados y muy informativos, sobre todo el japonés por la evaluación de la progresión de parámetros inflamatorios y de proliferación celular”, ha señalado la profesora Rosario Sánchez Pernaute, del Molecular Brain Lab, del País Vasco.

Entre los efectos positivos, destaca que no se produjeron movimientos involuntarios graves como efecto secundario del trasplante, algo que sí ocurrió en investigaciones anteriores.

Además, este tratamiento evitaría los efectos adversos de los tratamientos actuales. Hoy se utiliza un fármaco, la levodopa, que ayuda a aumentar los niveles de dopamina, pero que provoca tics y sacudidas involuntarias, vómitos iniciales, y además con el tiempo pierden eficacia.

Analizando los resultados de ambos estudios, en declaraciones a la agencia SMC España, la profesora Sánchez ha dicho que “son positivos y permiten ser optimistas pero condicionados a los resultados a tiempos algo más prolongados”. Los pacientes apenas fueron seguidos durante un año y medio.

Además, los resultados son aún pobres. El efecto en la dopamina fue limitado. Todo indica que hay que aumentar el número de células trasplantadas. Pero es un paso en la buena dirección.