Wabi sabi: la filosofía japonesa del "nada es perfecto" que mejora tu vida

Los japoneses, tan perfeccionistas en algunas cosas, también han sabido entender la belleza en la imperfección. Tienen una filosofía, el wabi sabi, que consigue mostrarte la alegría de no querer ser perfecto. Una lección que, una vez aprendida, mejora mucho tu calidad de vida.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

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Esta filosofía te ayuda a asumir que la perfección no existe y a vivir mejor la vida.

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Se puede aprender de cualquier cultura. Todas tienen sus cosas buenas y sus cosas malas. En años recientes hemos ido mirando mucho a la cultura oriental, y especialmente a la japonesa, porque ellos mismos han sido muy efectivos en reorganizar su sociedad para ganar bienestar.

No olvidemos su evolución. Japón era un país cerrado y muy orgulloso y seguro de sus tradiciones. Tras romperse este aislamiento, hace un siglo se convirtió en una potencia muy beligerante, hasta que en la Segunda Guerra Mundial vivió la más completa de las derrotas.

Tuvieron que aprender a reinventarse como país, como sociedad. Por eso miraron a sus tradiciones culturales para buscar aquello que les podía devolver la alegría de vivir. Uno de los hallazgos más útiles fue recuperar el wabi sabi.

En qué consiste el wabi sabi

El wabi sabi es una filosofía estética que precisamente te dice que no pasa nada si has tenido un fracaso o si no has conseguido ser perfecto. Propone que vuelvas a lo esencial y que te olvides de las florituras. Que aceptes que la vida es imperfecta, que es cambio y que también hay belleza en esa imperfección.

El wabi sabi tiene una vertiente artística, donde se busca crear jardines que muestren el paso del tiempo y la estacionalidad, y edificios que se integren en esa naturaleza, a partir de materiales naturales y envejecidos. Pero lo que nos interesa es cómo la psicología ha adaptado esa filosofía a nuestra actitud.

La actitud es fundamental porque es la manera en la que nos movemos en sociedad en el mundo. Si tenemos una actitud equilibrada, sin un exceso de ambición, es más probable que también consigas un equilibrio emocional.

En los excesos está el peligro. Y la búsqueda de la perfección inalcanzable a la que nos lleva mucha veces la sociedad es el motivo de que haya tanta decepción y malestar vital.

El wabi sabi te salva de las redes

Uno de los aspectos en los que puede ser más útil esta filosofía es el de las redes sociales. Lo explica el psicólogo Tomás Navarro, autor de ‘Wabi sabi. Aprender a aceptar la imperfección’. “El wabi sabi te dice que el arte de poner en contexto es fundamental”, explica.

En las redes casi todos subimos nuestra mejor cara, nuestros mejores momentos. Por ejemplo, una imagen de un viaje espectacular. Lo que no sale son las horas de trabajo para poder pagarte el viaje o las incomodidades del vuelo. Si no ponemos el contexto, no sabemos toda la realidad.

 “La vida es imperfecta, lo que no significa que no pueda ser bella”, puntualiza Navarro. En su libro recuerda una fábula de esta filosofía en la que un anciano recomienda que “no aspires a la vida perfecta, ni a la felicidad ni al éxito. Son quimeras que nos distraen de lo realmente importante: vivir en paz y serenidad con uno mismo, disfrutando de la imperfección de nuestro andar”, concluía este anciano.

El wabi sabi abraza la imperfección. Esto no quiere decir que debamos ser conformistas. No es lo que propone. Admite que hay cosas que no podemos cambiar y hay que aceptarlas como tal. Pero en aquello que sí podemos intervenir, pongamos manos a la obra.

Y ahí está la clave de cómo nos puede ayudar el wabi sabi.

Cómo aplicar el wabi sabi en tu vida

Entre las cosas en las que podemos aplicar el wabi sabi para cambiar la actitud y que podamos tener una vida mejor, te proponemos seis:

  • Acepta la imperfección y pensar si hay alguna posibilidad de cambio y mejora. Hay gente que se autoengaña. Puede que no estés mal, pero puedes estar mejor. Pon medios para intentarlo, sabiendo que esa mejora nunca será la ideal.
  • Piensa que la felicidad no existe. Así de tajante es el psicólogo Navarro. Es un constructo poético. Explica que hay algo muy parecido y que sí es factible que es la alegría. Podemos incluir momentos alegres en nuestra vida que sí son parecidos a lo que creemos que es la felicidad.
  • Asume que las emociones son cortas. No podemos estar todo el día alegres, igual que no estamos todo el día tristes o enfadados. Se van sucediendo e incluso unas se superponen a las otras. Podemos tener la alegría de un hijo recién nacido y a la vez vivir momentos de tristeza por el cansancio o el estrés.
  • Busca motivaciones verdaderas. La motivación es un ajuste vital. Hemos de tener metas en la vida. Cosas que nos impulsen y que sea de verdad. No lo confundas con deseos. Puedes desear tener menos peso, pero si no te motiva lo suficiente, no lo harás. Harás algún sacrificio que será insuficiente para adelgazar y solo traerá insatisfacción.
  • Valora la simplicidad. El verdadero bienestar no está en la acumulación de cosas materiales o la obsesión por estar constantemente ocupado en cosas en busca de esa hipotética felicidad. Aprecia las cosas simples y los logros más modestos. A veces observar un jardín o charlar con una amistad es suficiente.
  • Olvida el control total. “Estamos preparados para convivir con las indecisiones y las incertidumbres”, señala Navarro. Igual que no existe la perfección, tampoco puedes controlarlo todo. Hay que ser conscientes en ello y saber que no puedes controlar ni ganar todas las batallas.