A veces nos olvidamos del famoso dicho ‘mens sana in corpore sano’. No hay una cosa sin la otra. “El ser humano es un tapiz de tres colores: el cuerpo, la mente y el alma y muchos problemas mentales se resuelven meditando”, nos recuerda el doctor Mario Alonso Puig, divulgador y experto en técnicas mentales.
Hay mucha gente que considera que lo de la meditación va unido inevitablemente al budismo o alguna otra práctica espiritual oriental. El desconocimiento incluso lo relaciona con algún tipo de sectarismo. Nada más lejos de la realidad.
Es cierto que la práctica de la meditación es un elemento importante de muchas escuelas orientales de pensamiento. Pero es una herramienta muy versátil y útil para la salud mental.
Por qué aporta salud mental
“La meditación no es algo esotérico. La meditación es aprender a estar en el aquí y el ahora”, aclara el doctor Puig en una entrevista de Saber Vivir. Se sabe perfectamente el porqué de sus beneficios mentales.
Hay una red que se llama red neuronal por defecto, que nos domina. Esa red es la responsable de que a veces no podamos evitar rememorar cosas del pasado para lamentarnos o pensar en las incertezas del futuro y angustiarnos. Y eso a pesar de que los estudios confirman que en el 90% de los casos, esas preocupaciones de futuro habrán sido inútiles, ya que esos temores no se cumplirán.
“Al estar en el aquí y el ahora se activa una red neuronal distinta, la red ejecutiva central”, explica el doctor Puig. Esa red actúa en los tres planos que comentaba el doctor: el físico, el mental y el espiritual.
Entre los beneficios físicos de tener activada esta red está una mejora del sistema inmune. Nuestras defensas van a funcionar mejor.
Desde el punto de vista mental, nos va a quitar estrés. Va a reducir los pensamientos repetitivos e inútiles por cosas del pasado y los miedos por las preocupaciones futuros.
Desde el punto de vista espiritual, “todos sabemos que un paseo por la naturaleza, un ejercicio de gratitud, un gesto de sencilla amabilidad y ternura hacia otra persona tiene un impacto incluso a nivel de los cromosomas”, explica el doctor. Hace que los genes se activen o no dentro de la célula. Este impacto sugiere que podría llegar a mejorar la longevidad.
Puedes meditar en cualquier sitio
Volvamos a desmontar tópicos. Para meditar no es necesario que estés en una clase de yoga, delante de un altar de Buda o que te pongas una ropa cómoda.
Todos estos elementos, igual que el repetirse un mantra para concentrarse puede ayudar a conseguir una mejor meditación. También hay muchos grados de meditación. Todo depende de qué estás buscando tú con esa práctica.
Para conseguir equilibrio mental, no hace falta nada de eso. “Se puede estar perfectamente en el aquí y el ahora haciendo un plato de cocina, haciendo ejercicio físico o escuchando música”, nos dice el doctor Puig.
Si quieres ahondar un poco más, este experto es un gran defensor de la práctica del mindfulness, que consiste en prestar atención plena al momento presente. Estudiando técnicas del mindfulness puede meditar mejor y más fácilmente.
La meditación guiada puede serte útil si estás comenzando y necesitas orientación. Nos proporcionará herramientas para que el pensamiento no se nos vaya a otras cosas y nos concentremos en el presente.
Qué beneficios concretos proporciona
Al hablar de problemas mentales, podemos resultar muy genéricos. Estamos hablando de iniciar o empeorar problemas profundos, como una depresión o un ataque de ansiedad. También pueden ser problemas más comunes y no tan graves, como un estrés crónico, un malestar continuo, un miedo que nos inhabilita para avanzar en nuestra vida y ser más felices.
El doctor Puig establece cuatro beneficios concretos de la meditación que, a su vez, redundarán en esa estabilidad mental:
- Reduce el estrés. Centrarse en el presente es eliminar miedos y ansiedades pasados y futuros.
- Mejora la concentración. Practicar la meditación regularmente nos ayudará a prestar más atención a lo que hacemos y ser más productivos tanto a nivel personal como profesional.
- Da estabilidad emocional. Nos ayuda a relativizar las emociones extremas, ya sean positivas o negativas y tener mejor perspectiva. Los extremos son malos. En el equilibrio se consigue un mayor bienestar.
- Mejora la conexión interior. Permite que te conozcas mejor y promueve la aceptación. Estar bien con nosotros mismos, perdonarnos y aceptarnos son pasos de salud mental fundamentales.