Arthur Brooks revela los hábitos que le ayudan a ser feliz: "Hago una hora de ejercicio al día, no para tener bíceps sino para gestionar la infelicidad"

Arthur Brooks es catedrático de Harvard y uno de los investigadores de la felicidad más reputados del mundo. Saber lo que hace cada día para mejorar el bienestar emocional es una lección de vida que todos podemos aplicar.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

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ISTOCK

Una de las maneras más efectivas de transmitir conocimientos a los demás es predicando con el ejemplo. Del mismo modo que la vía más rápida para adquirirlos es a través de la observación directa y, sobre todo, de la experiencia. 

Partiendo de esta idea, y en el marco de las técnicas, estrategias y herramientas empleadas para alcanzar y disfrutar de la felicidad, tomamos un día en la vida de Arthur C. Brooks, científico social, profesor en la Harvard Business School y experto en todo lo que a felicidad se refiere, lo diseccionamos y lo analizamos con la intención de que sirva de guía para aprender a ser un poco más felices.

La plataforma CNBC publica la agenda del profesor donde describe a grandes rasgos las principales actividades de su día a día, así como las razones por las que hace o deja de hacer cada cosa.

Un día en la vida del mayor experto en felicidad

Vaya por delante que ser una eminencia en lo concerniente a felicidad, no implica ser la persona más feliz del mundo. Y es que, este estado de bienestar emocional depende de infinidad de variables (unas más controlables que otras), además de exigir tiempo, constancia y dedicación. 

Dejando a un lado esta cuestión, repasamos las principales actividades que jalonan una jornada tipo en la vida del profesor y conferenciante.

1. Hacer ejercicio intenso. Todos los días, de cinco a seis de la mañana, Brooks hace algún tipo de actividad física. "He estado haciendo ejercicio 60 minutos al día durante literalmente décadas. Lo hago, no porque esté intentando tener bíceps sino porque estoy intentando gestionar la infelicidad. Luego me ducho, me visto y voy a la iglesia", describe.

Sin duda, un hábito saludable tanto para la mente, como para el cuerpo. Está demostrado que la práctica regular de ejercicio está relacionada con la liberación de las hormonas dopamina, serotonina, oxitocina y endorfinas, también llamadas "hormonas de la felicidad", denominación que han tomado debido a que ayudan a tener un estado de ánimo positivo.

para Empezar el día

2. Ir a la Iglesia. Tal y como él mismo explica: "Todos los días, voy a misa desde las 6:50 de la mañana hasta las 7:20 aproximadamente". Para el investigador es importante incluir en el día a día unos minutos a la contemplación. No es necesario que ese diálogo interior tenga lugar en una iglesia, basta con que enfocarse unos minutos y dedicarlos a la meditación o a un recogimiento sereno.

3. Trabajar y tomar un café. Mantener la concentración es clave para aprovechar al máximo nuestras capacidades y obtener así los mejores resultados profesionales. Para ello, el profesor tiene por costumbre no atender llamadas de Zoom antes del mediodía, "porque esas son mis horas de máxima dopamina, que es el neurotransmisor del deseo y la anticipación de la recompensa, y también de la creatividad y la concentración".

Además, para aumentar su capacidad de concentración, no solo hace ejercicio, también toma café. Todo suma y ayuda mejorar el rendimiento, así como su confianza y, en última instancia, su bienestar emocional.

Más allá del trabajo

4. Fijar objetivos. Elaborar una lista de prioridades en el ámbito laboral es, según Brooks, otra vía más hacia la felicidad. En su caso, tiene cuatro reglas básicas que trata de cumplir siguiendo un orden de prioridad: servir a Dios, a los demás, vivir una aventura y ganarse la vida. "Ganarse la vida tiene que ser lo último, y esa es una posición muy privilegiada, ¿no? Quiero decir, no todo el mundo puede poner 'ganarse la vida' en el número cuatro. Y lo cierto es que en determinados momentos de mi vida, no podría haberlo hecho. Pero ahora puedo".

5. Reservar tiempo a la familia. El equilibrio entre lo profesional y lo personal es fundamental para recorrer el camino hacia la felicidad. Eso es algo que defiende el profesor y que consigue tomando ciertas medidas como no viajar los fines de semana o rechazar invitaciones que no le permitirían pasar tiempo con su mujer y sus hijos. "Cuando estoy en Boston, nunca salgo a cenar porque quiero estar en casa con mi esposa y luego ver a mis hijos y a mi nieto tanto como sea posible. Para mí es muy importante hacer eso.

6. Priorizar las amistades. Fuera del entorno laboral, no solo está la familia, también están los amigos, una piedra angular en la construcción de la felicidad. En el caso de Brooks, sus amigos están dispersos, así que "me aseguro de hacer una llamada telefónica al menos una vez a la semana a mi mejor amigo, porque no quiero dejarlo al azar. Con esta llamada trato de ponerme al día sobre lo que está pasando. Es un compromiso que ambos tenemos que asumir. Pienso que es necesario reservar tiempo para eso".