Lecciones cotidianas de la filosofía samurái para hacer las paces con uno mismo y ser feliz

Lejos del tópico guerrero despiadado, los samurái fueron un ejemplo moral y ético, que vivían en absoluta paz con ellos mismos. En una época de estrés y competencia despiadada, sus lecciones nos pueden abrir los ojos hacia el bienestar.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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Chica medita en el campo

Los samuráis enseñan que hay que respetar la naturaleza.

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La serie ‘Shogun’, estrenada en Disney +, ha vuelto a poner de moda la vida de los samuráis. Nos ha recordado que hubo un tiempo en Japón en el que estos soldados marcaban los estándares de ética y educación. La serie pone de relieve como hombres y mujeres se guiaban por unos principios que, inicialmente, a ojos de un occidental, pueden ser absurdos y que, sin embargo, acaban mostrándose mucho más elevados que los nuestros.

Los samuráis, para buscar un paralelismo, se han identificado con los caballeros medievales en Europa, guerreros regidos por un código estricto de fidelidad a un señor. La diferencia es que estos guerreros japoneses eran más monjes que guerreros. Y su modo de vida ha impregnado toda la cultura japonesa hasta nuestros días.

Muchas de las cosas que hoy admiramos del Japón actual y que los neurocientíficos expertos en felicidad recomiendan tienen su origen en los hábitos de vida de los samuráis.

Cuál es la historia del samurái

El shogunato, la época en la que se sitúa la serie, es la etapa en que se puso fin a la edad media nipona, a principios del siglo XVII, e iniciaba un periodo de paz bajo el gobierno del shogun Tokugawa. No nos hemos de quedar simplemente con que eran una gente que cortaba cabezas y se suicidaba clavándose su espada por cualquier deshonor.

Para empezar, a lo mejor te sorprende saber que no eran solo hombres. También hubo mujeres samurái. Y aunque no lo fueran, los valores que predicaban los samurái de ética y lealtad también los asumían.

A finales del siglo XIX, cuando Japón no pudo mantenerse aislado por más tiempo y se abrió al resto del mundo y a la cultura moderna, no hubo sitio para los samuráis y desaparecieron aunque no su espíritu. Empezó una etapa en la que los japoneses demostraron su fortaleza y se convirtieron en un imperio.

Cuando fueron derrotados en la Segunda Guerra Mundial, el gobierno de Estados Unidos pidió a una experta antropóloga, Ruth Benedict, que le explicara cómo eran esa gente que prefería suicidarse a caer prisionera. Así salió el libro ‘El crisantemo y la espada’, que ha servido a Occidente a entenderles mejor.

Las lecciones del samurái

¿Y qué lecciones nos pueden dar los samuráis en la vida actual? Es obvio que no se trata de intentar ser un guerrero medieval. Los samurái desaparecieron. Lo que hemos de aprovechar son las enseñanzas que dejaron en ética.  En Japón muchos aún las siguen, porque aportan paz y equilibrio.

  • Sé fuerte y resiliente. No luchaban sin sentido. No atacaban sin más. Lo hacían raras veces, pero se preparaban para hacerlo. Eso les hacía ser fuertes. No se culpaban ni existía el victimismo. Asumían sus acciones. Tampoco culpaban a los otros. Asumían sus errores. Y cuando las cosas no iban como querían, hacían lo posible por enmendarlas.
  • Sé disciplinado. No dejan de ser guerreros y el pilar del guerrero es ser disciplinado. Le ayudará a tener todo en orden y tener paz en su espacio. Los samuráis también sabían ser jefes, íntegros y mirando siempre por el bien común.
  • Sé leal a los tuyos. El samurái tenía sus valores que no son muy lejanos a los nuestros. Lealtad a los tuyos y defender las causas que consideres justas. Un samurái quería vivir en un mundo mejor y se involucraba si veía una injusticia. Eso ha sido la base de muchas historias, en literatura y cine.
  • No temas a la muerte. Los samuráis tienen muy claro algo que en Occidente nos da miedo reconocer: todos vamos a morir. Ellos no ocultan la muerte o la tienen como tabú. Saben que llegará y están preparados desde el primer día. Precisamente porque no temen a la muerte, viven la vida más plenamente. Disfrutan de cada amanecer. Es el miedo a morir el que paraliza.

Cómo ponerlas en práctica

El budismo zen está en la base de las lecciones de los samuráis. Siguiendo algunas de sus recomendaciones será más fácil que podamos aspirar a tener un estilo de vida similar, que aporte paz y felicidad a nuestro espíritu.

  • Lo valioso está en ti. No pienses tanto en objetos materiales. Valora la simplicidad y las pequeñas cosas. No te agobies por cosas que mañana o la semana que viene habrás olvidado.
  • Medita. La meditación es una puerta que te abrirá espacio a aspectos que ni tú conoces de ti. El zazen, como se llama la meditación, es fijarnos en un punto y concentrarnos en él mientras respiramos profundamente. Esa concentración en el punto y en la respiración no serán fáciles de mantener al principio, pero nadie dijo que el camino del samurái sea fácil.
  • Respeta la naturaleza. La filosofía zen, y el samurái, tienen un gran respeto a la naturaleza. Saben que vienen de ella, que forman parte de ella. Una práctica habitual es cuidar del jardín japonés, que da paz. Y observan el universo maravillándose de su inmensidad.

Cómo aprender más de los samuráis

Leer ‘El crisantemo y la espada’, que es un clásico que se va reeditando continuamente y que también encontrarás en bibliotecas, es una buena forma de entender mejor a los samuráis y todo lo que legaron a la cultura japonesa.

Además de la serie ‘Shogun’, en la versión actual o en la de los años ochenta, la película ‘El último samurai’, protagonizada por Tom Cruise, te ofrece la visión occidentalizada de aquel mundo.

Si quieres alguna historia explicada por los propios japoneses, cualquier película de Akira Kurosawa te ayudará a entenderles. Las de aventuras, como ‘Los siete samuráis’ (copiada en el western ‘Los siete magníficos’) y ‘Yojimbo’ (copiada en ‘La muerte tenía un precio’) muestran la ética de los ronin, que eran samuráis que deambulaban sin señor.

Si prefieres una historia basada en hechos reales, otra película: ‘La venganza de los 47 samuráis’, de otro director clásico, Kenji Mizoguchi. Explica un acontecimiento histórico. Los 47 ronins que vengaron la muerte de su señor durante el shogunato.