La psiquiatra Marian Rojas revela los 7 miedos que nos impiden ser felices

Para ser feliz en la vida, una de las condiciones más importantes, sino la que más, es ser libre. Una libertad que debe entenderse como la que todo ser humano tiene en esencia, es decir, esa con la que todos nacemos y que podemos desarrollar a lo largo de la vida, o no. 

Partiendo de esta idea, para poder sentirnos libres es imprescindible no tener ningún miedo que coarte esa libertad originaria. Y es que poder elegir lo que queremos en la vida, así como el modo para alcanzarlo, siempre debería estar impulsado por un sentimiento completamente libre de cargas, sin miedo.

Sin embargo, no tener ningún temor es prácticamente imposible. Los miedos están ahí, en la mente de todos. Muchos de ellos se "fabrican" en la infancia y los desarrollamos (o no) en la edad adulta, siendo todo esto, la mayoría de las veces, algo inconsciente. 

Un sentimiento que resta 

La psiquiatra y escritora, Marian Rojas Estapé, en su libro Recupera tu mente, reconquista tu vida (Espasa, 2024), profundiza en cómo gestionamos actualmente las emociones y proporciona herramientas para tomar de nuevo las riendas de la vida. La experta nos habla del aburrimiento, la recompensa, la capacidad de atención y de concentración, entre otros asuntos. Pero también dedica una parte del libro al miedo, "ese látigo que se instala en nuestro interior y nos golpea y nos quita la paz".

Ese factor limitante adquiere numerosas formas. Así, la experta menciona diferentes tipos de miedo y describe el tipo de persona que lo experimenta, así como los motivos que lo causan. Además, nos recuerda que los miedos y la ansiedad no se deben tratar únicamente desde la medicación y la farmacología. "Esta última es un apoyo, la grúa para salir del agujero, pero es fundamental comprender el componente emocional, ya que es este el que nos puede sanar de forma profunda".

A continuación, recogemos los 7 miedos que la psiquiatra destaca en su obra:

1. Miedo a causar decepción

Según la psiquiatra, este tipo de temor es el que procede de una infancia caracterizada por conflictos y, por lo tanto, uno no quiere causar problemas ni enfrentamientos. Quien lo sufre es excesivamente complaciente y es capaz de aceptar situaciones injustas para ganarse la confianza o el cariño de los demás, de pasar por cosas por las que no debe con tal de no llevar la contraria. 

2. Miedo a perder el control

Las personas que sufren esta clase de miedo tienden a ser posesivas y perfeccionistas, "siempre llevan el freno de mano puesto". Suelen tener una historia en la que les hicieron daño y no quieren volverse a poner en una situación de vulnerabilidad. Dejan de confiar y solo desean controlar. Ese estado de alerta les impide disfrutar plenamente de las alegrías y los logros. 

3. Miedo a no ser perfecto

Desde que las redes sociales gobiernan nuestras vidas, el miedo a no ser perfecto ha cogido fuerza. Esto es así porque, según argumenta la experta en su libro, "las redes sociales son un espejo en el que nos inducen a que nos miremos para compararnos, para equipararnos. Nos recuerdan que no somos suficientes y nos producen un carácter inseguro y, a la larga, un estado de vacío".

Y es que, tal y como dice el refranero, las comparaciones son odiosas. Y, si esas comparaciones se hacen en la infancia, suele llevar a "buscar en el presente metas inalcanzables para intentar que esto no vuelva a suceder". 

De hecho, al final, es una cuestión de sentirnos queridos, ya que, "uno acaba creyendo que, o todo lo hace bien, o no le van a aceptar y validar".

4. Miedo a sufrir

Puede haber muchos motivos por los que una persona sienta miedo al dolor. Bien porque ya lo experimentó en la infancia, o bien porque lo ha visto en otras personas. Además, cuando alguien no quiere pasarlo mal, busca vías de escape. ¿Y cómo lo hace? "Si uno quiere evitar sentirse solo, se evade en las redes sociales. Si uno quiere evitar el sufrimiento, se atiborra de placeres fáciles e inmediatos como la comida rápida, el alcohol o las drogas", explica Rojas. 

5. Miedo a que no me quieran 

En la mayoría de los casos, el origen de este temor lo encontramos unos años atrás, en la infancia. Lo más probable es que la persona con este miedo sufriera un abandono, rechazo o humillación. Este dolor es una pena social que se alimenta de la sensación de sentirse excluido. El problema añadido es que esto acaba afectando a nuestra esencia, a la identidad. "Algunas personas buscan ser el centro de atención para sentir que los demás perciben algo interesante y para no sentirnos menos", escribe en su libro la psiquiatra.

6. Miedo a la enfermedad

Es habitual que este sentimiento aflore después de haber sido testigos de cómo una enfermedad ha hecho mella en una persona. En ocasiones, llevado al extremo, este temor puede llegar a convertir a la persona en hipocondríaca (persona que se preocupa excesivamente por tener o poder contraer una enfermedad grave).

7. Miedo a no ser importante

Seguro que conoces a alguien que cuando habla de sí misma suele hacer referencia a otras personas a quienes considera más relevantes que ella misma. Es lo que se conoce como name-dropping. Además, "se hacen el fuerte y suelen tener una coraza para evitar sufrir". Estas personas, con miedo a no ser importantes, "pueden desarrollar rasgos narcisistas de personalidad y hablan de sus éxitos y logros con mucha intensidad".