Dormir bien es todo un arte. No basta con meterse en la cama y cerrar los ojos: hay muchos factoresque influyen en la calidad del sueño y que impactan en cómo nos sentimos al despertar.
Si te pasa algunas veces que te levantas cansado, sin energía o con poca concentración, todo ello puede tener su origen en malos hábitos que pueden parecer inofensivos, pero que impactan en como duermes.
Un exceso de pantallas, lo que comes antes de dormir, el ambiente de la habitación o el estrés son solo algunos de los factores que pueden sabotear tu descanso y afectar tu salud física y emocional.
El sueño no se puede recuperar
La falta de sueñono es solo una molestia temporal; sus efectos a largo plazo son mucho más graves. Aunque solemos pensar que podemos "recuperarlo" durmiendo más al día siguiente, la realidad es que eso no es posible. Si dormimos poco, estamos poniendo en riesgo uno de los pilares fundamentales de nuestro bienestar.
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Los especialistas en sueño nos lo recuerdan constantemente: para dormir bien y mantener una salud óptima, es esencial seguir ciertos hábitos saludables. Y eso significa que hay muchas cosas que debemos dejar de hacer.
Tal y como explica el Dr. Carlos Egea, especialista en trastornos del sueño de Quirónsalud, muchos de los hábitos que adoptamos sin ser conscientes pueden afectar gravemente la calidad de nuestro descanso. Si quieres saber qué hábitos son los que los doctores especialistas en sueño quieren que dejes de hacer para mejorar tu descanso, sigue leyendo.
1. No mantener horarios regulares de sueño
El Dr. Carlos Egea resalta que no dormir a la misma hora todos los días altera los ritmos circadianos, lo que puede perjudicar la salud.
Por eso, hay que mantener un horario constante: irse a dormir siempre a la misma hora, incluso los fines de semana, es clave para una buena calidad de descanso.
2. Usar dispositivos electrónicos antes de dormir
El uso de dispositivos como tablets y teléfonos inteligentes antes de dormir interfiere con la sincronización del sueño. La luz azul que emiten las pantallas dificulta la producción de melatonina, la hormona que regula el sueño.
Según el Dr. Egea, hay que evitar estos dispositivos al menos una hora antes de acostarse para favorecer un descanso reparador. Además, esta exposición aumenta los niveles de cortisol, lo que dificulta la relajación.
3. Dormir menos de 7 horas al día
El Dr. Egea explica que dormir entre 7 y 9 horas es crucial para el bienestar físico y mental. De hecho, un estudio de la Universidad de Pennsylvania publicado en 2016 demostró que dormir solo 6 horas es prácticamente lo mismo que no dormir.
La falta de sueño afecta áreas clave como la atención, la memoria, la concentración, el aprendizaje y la forma de procesar las emociones.
4. Comer mal
La dieta también influye en la calidad del sueño. Según Alicia Aguilar, experta en salud y nutrición de la UOC, las personas que duermen poco suelen tener hábitos alimentarios poco saludables, como consumir más alimentos ricos en grasas y azúcares simples.
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Además, la falta de sueño está vinculada a trastornos metabólicos y un mayor riesgo de obesidad. Consumir alimentos ricos en triptófano, como las proteínas, favorece la producción de serotonina, que ayuda a la relajación y al sueño.
5. Creer que puedes recuperar el sueño perdido
El Dr. Egea advierte que dormir más el fin de semana no compensa los déficits de sueño durante la semana.
La irregularidad en los hábitos de descanso tiene efectos a largo plazo en la salud cardiovascular y metabólica, lo que puede tener consecuencias graves para la salud.
6. No tratar trastornos como la apnea
La apnea del sueño, una de las patologías más comunes y que menos se diagnostican, no debe ser ignorada. El Dr. Egea subraya que dejarla sin tratamiento puede derivar en problemas graves como hipertensión o infartos.
Cuando aparecen síntomas como ronquidos muy fuertes o somnolencia excesiva durante el día, es fundamental consultar con el médico.
7. Descuidar la higiene del sueño
El Dr. Egea también enfatiza la importancia de crear un ambiente adecuado para dormir. Esto incluye mantener una temperatura fresca en la habitación, evitar comidas pesadas antes de acostarse y no hacer ejercicio intenso justo antes de dormir.
Estos pequeños ajustes pueden marcar una gran diferencia en la calidad del descanso.