Sobre el agua del grifo hay un sinfín de noticias falsas o mal explicadas. La inmensa mayoría del agua de nuestras ciudades es potable y perfectamente consumible. Uno de los bulos, por ejemplo, es que se añade flúor por un supuesto efecto tranquilizante para controlar a la población. Algo absolutamente falso.
Durante muchos años se añadió flúor porque mejoraba la higiene dental de la población. Hoy se ha dejado de hacer en casi toda España porque el que contiene la pasta de dientes ya hay suficiente.
Sí es cierto que el agua varía y mucho de una localidad a otra. Y el gran comercio del agua embotellada ha vendido sus excelencias frente al agua corriente por una cuestión sobre todo de marketing. ¿Es realmente mucho mejor beber agua embotellada?
La mejor opción de agua para beber
El doctor Alexandre Olmos, experto en epigenética, ha compartido en redes sociales algunos consejos sobre qué agua beber. “El agua del grifo no es tan sana, puede contener microplásticos y metales pesados, como el plomo y el mercurio”, advierte.
Son metales que pueden arrastrarse tanto desde el origen de los ríos o que se arrastran en su paso por las tuberías. Por eso si tomas agua del grifo se aconseja no beber del grifo de agua caliente (que pasa por más tubos) y dejar correr un poco si hace mucho que no abrimos el grifo.
La mejor solución debería ser entonces pasarse al agua embotellada. Algo que este médico tampoco aconseja. “El agua embotellada libera químicos nocivos, como el BPA, cuando está expuesta al calor”, dice. Estos tóxicos afectan especialmente a la salud hormonal.
Como lógicamente no podemos dejar de beber agua, que es la bebida más sana que podemos tomar, este especialista propone que nos protejamos de estos problemas usando filtros de agua. Eso sí, que sean filtros certificados. O que optemos por botellas de vidrio.
Pon limón y sal al agua
Otro consejo que da el doctor Olmos es que no dejemos de poner una pizca de sal y algo de limón al agua para darle mejor sabor. “También equilibra los electrolitos (los minerales como el potasio, sodio, calcio y magnesio), ayudando a tu hidratación celular”, asegura.
El tema de la sal puede crear cierta sorpresa. Siempre se ha dicho que mucha sal es contraproducente para la salud cardiovascular. Y tomar sal nos provoca más sed. El doctor aclara que está hablando de añadir una pizca en una botella de litro, no de salpimentar como si fuera un plato.
“No sirve cualquier sal -añade-. Ha de ser sal natural, sin refinar, como la del Himalaya o la sal marina.” Especifica que este sencillo hábito puede mejorar varios aspectos de nuestra salud.
- El equilibrio de electrolitos mejora la hidratación y la eficacia muscular. Sobre todo si haces ejercicio o vives en climas calurosos. Cuando sudamos perdemos electrolitos que se han de reponer.
- Beneficia al sistema digestivo, estimulando la producción de ácidos gástricos y favoreciendo una absorción correcta de nutrientes.
- “Es una aliado de la función adrenal”, añade el doctor. Se refiere a las glándulas ubicadas sobre los riñones. Son glándulas que producen hormonas, entre ellas el cortisol. Así, esta combinación ayuda a controlar el estrés.
Cómo hemos de beber el agua
Finalmente, el doctor da un último consejos en otro de sus vídeos referido a un error habitual que cometemos: beber mucha agua de golpe. No es lo mejor para hidratarnos.
El agua se ha de beber poco a poco en sorbos. Si bebes gran cantidad de golpe, el cuerpo no tiene tiempo de absorberla toda. Parte del agua va directamente hacia los riñones y se expulsa con la orina, sin que nos haya servido de hidratación.
No todos los expertos son tan críticos con el agua del grifo. Un estudio que elaboró la OCU hace unos años señaló que la mayoría de aguas, un 89%, eran buenas o muy buenas. La peor calidad se encontró en Palma de Mallorca, Ciudad Real y Barcelona. Aun así, todas son aguas potables.
¿Influye que el agua sea dura o blanda? Si es un agua que viene de rocas calizas es más pesada o dura. Son aguas que al lavar hacen menos espuma, por eso avisan los detergentes que pongas más cantidad de producto. Eso no le da peor calidad. Las aguas que pasan por granito o gneis son más blandas, porque tienen menos calcio y sales disueltas.
Todas las aguas corrientes tienen además cloro, que es un ingrediente para potabilizarla: elimina los microorganismos. Si tienes interés por saber más cosas sobre la calidad del agua, el Ministerio de Sanidad lo gestiona a través del Sistema de Información Nacional de Agua de Consumo.