El cáncer de pene es un tumor maligno relativamente poco frecuente. De media, hay un caso por cada cien mil habitantes. Hay varios tipos de cánceres de pene, aunque nos estamos refiriendo casi siempre al tumor escamoso, que es con diferencia el más habitual.
Al no ser uno de los de mayor incidencia los hombres desconocen bastante su existencia. No está de más hacer una revisión de vez en cuando puesto que una vez aparece puede ser muy agresivo.
Hay varios tipos de tumores, dependiendo de la causa, y los que se suelen detectar en los países desarrollados como España son precisamente los más peligrosos de todos.
El cáncer de pene varía entre países
Si miráramos un mapa de la incidencia del cáncer de pene nos sorprendería. La zona de América Latina, India y el África subsahariana hay una presencia mucho mayor que en el resto. España, como toda Europa, y los otros países desarrollados están en una zona intermedia.
Eso se debe a que este tipo de cáncer tiene unos factores de riesgo muy concretos: la falta de higiene, una enfermedad inflamatoria de origen desconocido llamada el liquen escleroso, y sobre todo, el virus del papiloma humano (VHP). Todos estos riesgos son más habituales en estas zonas del mundo.
La causa más común es el VHP. Seguro que te suena porque este virus está relacionado también con el cáncer de cuello de útero y vagina. Por eso mismo se han iniciado campañas para vacunar y erradicar el virus. Y de modo colateral ha ayuda a bajar la incidencia de este tipo de cáncer de pene en España.
Sin embargo, hay otros orígenes por los que puede aparecer cáncer de pene que no sean el VHP y además, cuando el origen no es este virus resulta que el tumor suele ser mucho más agresivo. Por eso en nuestro país hay poco, pero el que hay es peor.
Afecta más entre los 50 y 70 años
Hay más diferencias significativas. Los cánceres de Latinoamérica e India, relacionados con el virus del papiloma, son más comunes entre los 40 y 50 años. Los tumores con otros orígenes que se dan en España tienen mayor incidencia entre los hombre de 50 a 70 años.
Una reciente estudio, presentado por investigadores de ISGlobal, demostraba que si un ge, el p53, puede ser un importante factor para predecir la evolución del cáncer de pene.
“Demostramos que la presencia de un p53 anormal pronosticaba un comportamiento más agresivo del cáncer y prácticamente todas las muertes por este tipo de cáncer se producían en este tipo de pacientes”, explicaba la doctora Natalia Rakislova, cirujana del Hospital Clínic de Barcelona y una de las autoras del estudio.
La recomendación que hacían es que en cuanto se detecte un cáncer de pene que no sea por VHP se haga un análisis genético. Si este gen está alterado indicará que “hay que aplicar tratamientos más intensivos”, aconsejaban.
Cómo detectar el cáncer de pene
Como en cualquier tumor, uno de los factores importantes es detectarlo lo antes posible. La ventaja del cáncer de pene es que hay varios síntomas que nos pueden ayudar a un rápido diagnóstico.
En el caso del carcinoma escamoso, que como hemos comentado es el tipo más común, los síntomas específicos más habituales son:
- Aparición de un bulto rojo.
- Una llaga en el glande (la parte ancha del final) o el prepucio (la piel que lo cubre) y que no causa dolor
- Hinchazón e irritación en el glande.
- Verrugas o ampollas.
- Sangrado en el pene o bajo el prepucio.
- Piel más gruesa en el prepucio y cuesta más retirar la piel.
- Ganglios inflamados en la ingle, que pueden ser dolorosos.
Cómo se trata este tipo de cáncer
El tratamiento y el pronóstico depende siempre del tipo de cáncer y lo avanzado que se encuentre. Si se detecta a tiempo las tasas de curación son altas. La supervivencia diez años después de que se haya detectado el cáncer está en un 76% de pacientes.
La manera más efectiva de hacer frente a este tipo de tumor, el carcinoma escamoso, es la cirugía. Es extirpar el tumor, lo que implica la extirpación total o parcial del pene.
En los casos menos avanzados y con lesiones superficiales, no es necesario ser tan drásticos. Se puede eliminar el tumor con un láser y aplicar medicamentos tópicos. Pero se ha de estar vigilantes, puesto que hasta un 30% evolucionan a una forma más invasiva.
La quimioterapia y la radioterapia son menos habituales y para los casos muy avanzados y que ya han provocado metástasis.