Investigadores españoles hallan dos proteínas que potencian el deseo de hacer deporte

El descubrimiento podría ser un buen punto de partida para la impulsar de manera mucho más efectiva la promoción de la actividad física entre la población y para el tratamiento de la obesidad.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

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Descubren las proteínas que potencian las ganas de hacer deporte.

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El hallazgo podría mejorar (y mucho) el diseño y la eficacia de los entrenamientos deportivos. Y es que el trabajo publicado en Science Advances aborda y resuelve cuestiones tan relevantes como por qué tenemos ganas de hacer deporte, ya sea, correr, pedalear, nadar, o levantar pesas, por ejemplo. 

En general, las personas que hacen deporte de forma regular conocen la sensación inicial de pereza cuando comienzas un sesión de cualquier disciplina. Una barrera que pasados unos minutos se rompe sin problemas. Bien, pues la razón por la que seguimos corriendo, nadando o pedaleando con ganas está en dos proteínas que están en nuestros músculos y que Guadalupe Sabio, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO), y su equipo, han descubierto cómo se comportan y qué efectos provocan en el organismo. 

Proteínas que despiertan las ganas de correr

"Hemos descubierto una vía de señalización molecular entre músculo y cerebro que controla que, cuando hacemos ejercicio, tengamos ese impulso de hacer todavía más", describe Guadalupe Sabio, investigadora del Centro Nacional de Investigaciones Oncológicas (CNIO).

El trabajo saca a la luz cómo durante el ejercicio se activan proteínas que incitan a estar más activos. Y viceversa, esto es que "las proteínas que produce el músculo con el ejercicio se regulan entre sí, para evitar que el deseo de ejercitarse acabe perjudicando al organismo".

Además, este hallazgo es especialmente interesante en un contexto de obesidad, ya que, "en las personas obesas hay una inhibición de las proteínas. Lo que nos lleva a justificar de forma orgánica porqué les cuesta más ponerse en activo".

cae el riesgo de enfermedades metabólicas

El Grupo de Interacción entre Órganos en las Enfermedades Metabólicas que lidera Sabio ha observado que cuando los músculos se contraen de manera repetida e intensa, debido al ejercicio, se activan dos proteínas de una misma familia, llamadas p38a y p38.

La investigación, cuyas dos primeras autoras son Leticia Herrera y Cintia Folgueira, muestra que ambas proteínas se regulan entre sí, de manera que el interés por realizar actividad física es mayor o menor dependiendo de cuánto se activa cada una.

Además, hay una tercera proteína implicada: la interleuquina 15 (IL-15). Así explica Sabio su funcionamiento: "La activación de p38 a causa del ejercicio conduce a la producción de IL-15". Esta proteína tiene un efecto directo sobre la parte de la corteza cerebral que controla el movimiento, el córtex motor. "El aumento de interleuquina 15 en sangre funciona como una señal al cerebro para potenciar la actividad motora, lo que impulsa a los animales a estar más activos de forma voluntaria".

El estudio muestra además que, cuando los animales se ejercitan de manera inducida y constante, la activación de p38 también es mayor que la de p38. Eso lleva a pensar que con el entrenamiento, las ganas de hacer ejercicio permanecen. En animales con dieta alta en grasas y obesidad, ese ejercicio constante mostró beneficios: mejoró el metabolismo y disminuyó su tendencia a la diabetes y a la acumulación de grasas, especialmente en el hígado.

de ratones a humanos

"Gracias a María Ángeles Moro, jefa del Grupo de Fisiopatología Neurovascular del CNIC, pudimos ver esto en los ratones y con ayuda del laboratorio de José Antonio López Calbet de la Universidad de Las Palmas de Gran Canaria, dimos el paso para intentar entender si en los humanos se activaban estas vías. También agradecemos a Miguel Marcos, de la Universidad y Hospital de Salamanca su ayuda con las muestras de personas con obesidad, y en proteómica a Jesús Vázquez del CNIC para identificar a la IL-15".

Como escriben las autoras en Science Advances: "En este estudio desvelamos que la activación de p38 muscular inducida por el ejercicio conduce a la producción de IL-15, que posteriormente aumenta la actividad física espontánea. También hallamos este eje p38/IL-15 en humanos después del ejercicio, lo que subraya su relevancia clínica a la hora de promover el ejercicio entre la población".

posible BIOMARCADOR SANGUÍNEO PARA EL EJERCICIO FÍSICO

La investigación confirmó que en humanos las dos proteínas p38 se activan en músculos que se ejercitan con una actividad de intensidad creciente. También se constató un aumento de interleuquina 15, y que las personas obesas tienen valores más bajos en sangre de esta proteína.

A partir de los resultados obtenidos, Sabio considera que el siguiente paso sería la confirmación de que la proteína IL-15 es un marcador sanguíneo que "nos revela las ganas de hacer ejercicio".

A continuación, una vez confirmado este punto, la científica cree que sería interesante "estudiar si distintos tipos de ejercicios (pesas, correr, crossfit...) estimulan más o menos, y también si tienen el mismo efecto en una persona obesa que en una no obesa. Eso puede ayudar a entrenadoras y entrenadores a diseñar sus programas con mayor eficiencia".