La salud de nuestra boca incide directamente en la del resto del cuerpo. De hecho, la falta de ella puede estar detrás de trastornos muy variados, algunos de ellos muy serios. Ser conscientes de esta realidad nos ofrece una estupenda oportunidad para reducir la posibilidad de enfermar si incorporamos en nuestro día a día una serie de hábitos, muy sencillos, que refuerzan la salud de dientes y encías.
Las responsables de la aparición de las caries o de una periodontitis o piorrea (que daña las encías) son bacterias patógenas que crecen más de la cuenta, alterando el imprescindible equilibrio entre las que “son buenas” y las que no lo son tanto.
Una bacteria pacífica en la boca, aunque llegue a otras partes del cuerpo, no dará problemas. Pero una bacteria patógena, mala, que en la boca provoca periodontitis o caries, fuera de ella puede favorecer que se genere una enfermedad seria.
De dónde salen las bacterias de la boca
Cómo nacimos (si fue con parto vaginal o por cesárea) o el hecho de que nos dieran pecho o biberón determina en buena medida el tipo de bacterias que tenemos de adultos, pero debes saber que cada vez que comemos y nos limpiamos los dientes se da una nueva oportunidad de moldearlas.
Nada más terminar de comer se van depositando restos de comida, bacterias y sus desechos metabólicos sobre el diente, lo que llamamos placa o biofilm dental.
Cuando se acumula mucha placa, se pierde el equilibrio entre las bacterias que nos ayudan y las que son más peligrosas, que salen beneficiadas. Algunas de estas pérdidas de equilibrio (disbiosis) provocarán caries; otras darán lugar a la enfermedad periodontal.
Así llegan al resto de órganos
Cualquier rasguño que causa, por ejemplo algo crujiente, provoca una pequeña herida por la que las bacterias pasan a las arterias y las venas conectadas con el resto del cuerpo. De esa forma, colonizan rápido otros tejidos.
Otra vía es la enfermedad periodontal la cual hace que las células de la encía estén estiradas, distendidas, en “modo colador”. Técnicamente se conoce como leaky gum o encía permeable, y las bacterias aprovechan esos espacios intercelulares para pasar al resto del cuerpo.
Por último, las bacterias que tragamos deberían morir en el ácido estomacal. El problema es que hoy en día no tenemos suficiente ácido clorhídrico en el estómago (a veces por abusar de los mal llamados protectores gástricos), y algunas bacterias llegan al intestino. Además, hay bacterias bucales que producen lipopolisacáridos, unas moléculas que pueden atravesar la barrera hematoencefálica que protege el cerebro.
Todo lo que ganas cuando se equilibran
La evidencia científica ya ha demostrado la relación entre el desequilibrio entre las bacterias de la boca y la aparición de numerosas enfermedades. Por eso, si ayudas a que no se produzca…
- El riesgo de neumonía se reduce. Un estudio llevado a cabo en la Universidad de Virginia (EE. UU.) concluye que quienes no acuden al dentista tienen un 86 % más de opciones de sufrirla. Dormir con la dentadura postiza puesta también aumenta el riesgo de tener esta infección respiratoria, según otro informe. Y quienes sufren periodontitis (se calcula que les ocurre a 3 de cada 4 adultos) tienen más opciones de contraer neumonía en el hospital cuando están ingresados.
- Refuerzas la salud cerebrovascular. Una de las bacterias que encontramos en la periodontitis, la Porphyromonas gingivalis, es capaz de adherirse a la pared de los vasos sanguíneos y contribuir a la formación de las placas de ateroma que los estrechan, aumentando el riesgo de infarto o de ictus. También se ha relacionado con la neuroinflamación asociada al alzhéimer. Por otro lado, un estudio publicado en Frontiers in Phisiology ha revelado una relación estadísticamente significativa entre la enfermedad periodontal y el riesgo de sufrir insuficiencia cardiaca. Y el uso habitual de enjuagues bucales con clorhexidina, una sustancia muy utilizada por su acción antiséptica, también aumenta la vasoconstricción de las venas. Utilízalos solo si te lo prescribe tu dentista.
- Proteges el buen estado de tus defensas. Las enfermedades de las encías, como la periodontitis, son patologías crónicas inflamatorias que afectan a los tejidos que hay alrededor del diente. Y esta inflamación puede sumarse a otras del cuerpo (por ejemplo, la inflamación crónica de bajo grado con la que ya convive un porcentaje muy elevado de la población), debilitando aún más nuestro sistema inmunitario. Cuando esto ocurre, los agentes de seguridad de las defensas se tienen que repartir. Imagínate al cuerpo como una ciudad. Cada barrio (órgano o parte del cuerpo) tiene su dotación de seguridad. Si hay barrios que permanecen tranquilos, sus agentes pueden ayudar a otros. Pero si todos los barrios están sufriendo conflictos, los policías se tendrán que dividir y no podrán disponer de una ayuda extra.
- Otros trastornos que se relacionan con el desequilibrio de las bacterias de la boca son algunos de tipo gástrico, la diabetes, la artritis, el párkinson y el cáncer de colon. Y aunque es cierto que son muchos los factores que pueden influir en que una enfermedad se produzca, también lo es que una buena salud bucodental puede ser un freno.
cepillarse los dientes tres veces al día
Es un consejo que conoce todo el mundo, lo que tal vez no se sabe tanto es por qué nos conviene hacerlo.
- Las bacterias que se pegan al diente en las primeras 8 horas después de comer son buenas y amistosas, ya que producen vitaminas y cumplen otras funciones beneficiosas. Sin embargo, a partir de ese momento, la cosa cambia y empiezan a acercarse otras bacterias más peligrosas. De ahí el consejo de limpiarnos los dientes cada 8 h.
- La placa que se forma al inicio, además, es de consistencia blanda y puede eliminarse con una buena técnica de cepillado en casa. Pero si no la limpiamos cuando aún está blanda, los minerales de la saliva la convertirán en sarro, en “piedra”. Y eso irrita e inflama las encías. Para eliminarla, ya necesitaremos ir a la consulta del dentista.
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- Lee bien las etiquetas de la pasta dentífrica antes de comprarla. Algunas incluyen sustancias que, aunque sirven de conservantes, aumentan la producción de espuma o dan color, pueden acabar siendo nocivas para la salud. Si en la etiqueta ves nombres como lauril sulfato de sodio (SLS), triclosán, PEG, PPG, ingredientes acabados en eth, polietileno, parabenos o la sigla CI seguida de un número, decántate por otra opción.
- Si no puedes cepillarte los dientes tras una de las comidas principales, hay otra solución: cómete a la hora del postre un puñadito de arándanos o de frutos secos, o una manzana. Y, para beber tras la comida, mejor escoge un té verde si no tienes problemas de anemia (porque el té “roba” el hierro). Todos ellos contienen sustancias que ayudan a romper la pared de bacterias peligrosas acumuladas en los dientes.
Qué zonas debes limpiar de manera más escrupulosa
En las salidas de los conductos de las glándulas salivares hay más acúmulo de sales minerales, que harán que la suciedad se convierta en “piedra”. Por eso hay que ser especialmente cuidadoso con la higiene en esas zonas:
Una de esas salidas está en la parte interna de los incisivos inferiores (justo delante de la boca). Por esto, y porque tienen una sola raíz que no presenta mucho anclaje, suelen ser los dientes que primero se pierden en la enfermedad periodontal.
La segunda zona donde más sarro se acumula es en la parte que toca al carrillo de los primeros molares (situados atrás y arriba de la boca). Salen con 6 años y son, junto con las paletas, los dientes definitivos con una vida más larga.
Al estar más atrás y tener recovecos en su superficie, es mucho más difícil mantenerlos limpios. Por eso, estas piezas suelen tener caries con frecuencia.
¡Utiliza el hilo dental!
Un estudio alemán evaluó datos de más de 2.200 personas durante 7 años y examinó el efecto de la limpieza interdental en comparación con la limpieza dental general.
La placa entre los dientes se reduce, y mucho. Las personas que utilizaron hilo dental o cepillos interdentales mostraron una disminución de la placa de un 32 % y un 27 % respectivamente, y el uso regular de hilo dental rebajó el riesgo de pérdida de dientes en un 29 %. Desafortunadamente, el estudio también reveló que un 70 % de los participantes no realizaba la limpieza interdental.
Que no fumen delante de ti
Las diferencias entre las bacterias presentes en la boca de los fumadores en comparación con las de los no fumadores son claras. En el primer grupo, los niveles de bacterias dañinas son más altos. Y se ha visto, también, que ser fumador pasivo ya afecta negativamente a la salud bucodental, según una reciente investigación publicada en la revista Frontiers in Public Health.
Las sustancias nocivas del tabaco reducen los niveles de oxígeno de la boca y cambian el pH (nivel de acidez), impidiendo la producción adecuada de saliva. Tanto la boca seca como el oxígeno bajo permiten que las bacterias dañinas de la boca se multipliquen. Aunque puede llevar tiempo, la diversidad saludable de bacterias se puede restaurar tras dejar de fumar.