Vinagre: el probiótico natural que mejora la microbiota

Prácticamente cada día aparecen nuevos estudios que relacionan una microbiota sana con un estado de salud óptimo. Por ello, contar con una colonia de microorganismos equilibrada es clave. Este alimento te puede ayudar a conseguirlo.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

MICROBIOTA

Una microbiota saludable tiene un impacto positivo en el estado de ánimo.

Si eres un adulto de unos 70 kg de peso, quizá te sorprenda saber que en tu intestino habitan más de 100 billones de microorganismos. Una cantidad que en la báscula pesa unos 200 g, lo que equivale a un mango mediano, por ejemplo. La riqueza, la diversidad y la estabilidad de estos seres microscópicos son factores clave para tener un microbioma intestinal sano.

Ahora bien, ¿por qué es importante tener un microbioma intestinal sano (suficiente, variado y equilibrado)? Cada vez hay más estudios que confirman una y otra vez la firme, clara y estrecha relación que hay entre la microbiota y el buen funcionamiento de muchos de los órganos y procesos fisiológicos del ser humano. Entre ellos, el sistema inmunológico, la absorción de determinados nutrientes, e incluso, se sabe que su equilibrio influye en el desarrollo de trastornos mentales como la depresión o la ansiedad. 

Ese equilibrio de la colonia bacteriana que habita en nuestro intestino depende de infinidad de factores, unos los podemos controlar y otros, como los genéticos, el modo de nacimiento o la edad, se nos escapan de las manos. Entre los que sí podemos manejar está la dieta y nuestro modo de vida.

alimentos probióticos

Esos microorganismos vivos a los que hacíamos referencia no solo se encuentran en el aparato digestivo, también viven de manera natural en muchos alimentos fermentados. Según los Institutos Nacionales de Salud de Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés), cuando una persona come o bebe suficientes probióticos, estos le ayudan a proteger el aparato digestivo de microorganismos nocivos, a mejorar la digestión y la función intestinal y además podrían proporcionar otros beneficios para la salud.

Algunos de los alimentos más ricos en probióticos son el yogur, el kéfir, la manzana, la kombucha, el chucrut, los pepinillos encurtidos, el ajo, el queso o el vinagre de manzana.

El vinagre de manzana, sin pasteurizar

Uno de los probióticos más conocidos es el yogur, y en el extremo opuesto encontramos el vinagre de manzana, un alimento habitual e imprescindible en la mayoría de los hogares de nuestro país. Eso sí, probablemente entre sus propiedades más conocidas no esté la de cuidar de la microbiota intestinal. Y, sin embargo, ahí está.

Por tanto, el vinagre de manzana se considera un producto probiótico. Ahora bien, según los expertos, esto es así solo en el caso del vinagre sin procesar, ya que contiene bacterias vivas que ayudan a mantener el intestino dentro de unos parámetros saludables. Y es que es imprescindible que el vinagre de manzana no se haya pasteurizado, ya que, de esta manera todavía incluirá las bacterias vivas que proporcionan equilibrio a la colonia de microorganismos vivos que habitan en el intestino. 

Prebióticos ficha

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Por otro lado, además de probiótico, también es un alimento prebiótico. Esto significa que las sustancias que forman parte de su composición "alimentan" las bacterias del intestino. En concreto, en el vinagre de manzana encontramos un compuesto llamado pectina, una fibra prebiótica que se encuentra en la manzana fermentada y que promueve la buena digestión al eliminar el exceso de colesterol en el intestino. 

Ahora bien, si de lo que se trata es de tomar alimentos con pectina, lo cierto es que, según los expertos sería mucho más eficiente comerse una manzana, ya que beber vinagre sin más, no parece ser una opción muy atractiva por ser demasiado ácido, además de dañar el esófago y los dientes. Si se quiere beber, se debe diluir primero en agua.

Por tanto, a pesar que es positivo para el equilibrio de la microbiota intestinal el consumo de vinagre, lo cierto es que parece que lo más recomendable es integrarlo en la dieta con medida. 

mil maneras de incluir vinagre de manzana en tus menús

Sin duda, la principal manera de integrar el vinagre de manzana en la mesa es con el tradicional chorrito en la ensalada. Ahora bien, ni de lejos es la única manera de integrar el vinagre de manzana en la alimentación diaria. 

Aquí van algunas sugerencias que aportan sabor y salud a tus menús:

  • Puedes añadirlo a cualquier salsa, no solo para darte un giro a su sabor, también sirve para corregir la sal o incluso para evitar echarle este condimento, algo que beneficia a la salud cardiovascular. 
  • Cuando prepares unos huevos escalfados, una buena idea es añadir un poco de vinagre de manzana al agua hirviendo para que la yema quede líquida. 
  • En los postres también tiene cabida el vinagre de manzana. Al añadirle un chorrito a los bizcochos, también estarás potenciando su esponjosidad. 
  • También puedes emplearlo para marinar la carne.
  • La preparación de encurtidos vegetales también requiere vinagre de manzana.

Por tanto, contar con vinagre de manzana en la despensa de tu cocina es sinónimo de tener una inesperada fuente de probióticos y prebióticos, o dicho de otro modo, de salud intestinal.