La versión sana de los "huevos tontos": una receta de aprovechamiento para chuparse los dedos

Esta receta tradicional te encantará por su sencillez y sabor. ¡Nos encantan las recetas tradicionales! Y le hemos añadido un truco al final para que sea más saludable.

Irene Marsal Blasco
Irene Marsal Blasco

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

huevos tontos

La deliciosa receta de huevos tontos 

Cocina Fácil | RBA

Hay recetas tradicionales que nunca pasan de moda. Los "huevos tontos" son una de ellas, y si algo nos enseñó nuestra abuela, es a no tirar nada de comida. Sí, incluso el pan duro. Ya sea en torrijas o en picatostes, la realidad es que este tiene grandes posibilidades. La tradición española nos ha dejado muchas ideas para que lo aprovechemos al máximo, e incluso, ¡que tengamos ganas de que se ponga duro para cocinarlas!

Como nos encanta innovar, hoy, desde la redacción de Saber Vivir, vamos a enseñarte una receta típica de la zona de Aragón con un toque de imaginación. Su resultado quizás te recuerde a unas croquetas o, incluso, a unos buñuelos, pero no, son huevos tontos. Me encantan para hacerlos un día que no tengo mucho tiempo y quiero sorprender a mi familia con algo diferente. Si te gusta el pan con ajo y perejil, y amas las recetas tradicionales, esta que te contaremos a continuación te encantará. Solo necesitas, pan duro, ajo, perejil y huevos. ¡Todo ingredientes típicos en nuestra despensa y nevera!

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La receta tradicional de los huevos tontos

¿Sabías que como cocinamos los "huevos tontos" en la actualidad no es la forma tradicional de hacerlo? El plato es típico de la región de Jiloca, en Teruel, y su forma original de hacerlos era hervir huevos y, en una sartén con manteca de vaca, se ponía harina, leche y clara de huevo con un poco de bacalao. De esta forma, se dejaba espesar la masa con miga de pan y se rebozaban los huevos duros en la masa para freírlos en la sartén. Ahora, en la actualidad, el proceso conlleva menos tiempo y esfuerzo, sobre todo porque podemos acudir a aparatos electrónicos que nos ayuden a triturar todos los ingredientes de los "huevos tontos". Hoy te contaremos una versión de la receta original para que la hagas de forma rápida en tus fogones. Lo importante es que tiene el mismo objetivo que la creada hace decenas de años: el aprovechamiento del pan duro. 

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La versión moderna de los "huevos tontos"

Personalmente, me encanta coger recetas tradicionales que mis familiares me han dado en herencia para transformarlas en nuevos conceptos. Con los "huevos tontos" no iba a ser distinto, y ya tengo mi forma infalible de aprovechamiento. Lo mejor es que puedes añadirle los ingredientes que quieras para que tenga aún más nutrientes. Con jamón o pollo queda también delicioso. 

Ingredientes (para 4 personas)

  • 200 gramos de pan duro
  • 2 o 3 huevos 
  • 2 dientes de ajo
  • 120ml de leche entera
  • Sal y pimienta

Preparación 

  • El primer paso es dejar listo el ingrediente principal: el pan duro. Córtalo en trozos pequeños y remójalos en un bol con la leche para que reblandezcan. 
  • Después, en el mismo recipiente, pon los huevos (2 o 3 según su tamaño), el ajo picado y el perejil al pan bien remojado. Mézclalo todo bien hasta que quede todo perfectamente integrado y ponlo en una batidora. Tritúralo hasta que quede una masa compacta donde no haya trozos grandes de pan. Verás que la textura se parecerá a la clásica de buñuelos. A la masa puedes añadirle los ingredientes que tú quieras para que tenga un sabor extra. Como hemos dicho antes, con jamón quedan deliciosos y este es mi truco infalible para reinventar la receta (la tradicional solo lleva los ingredientes básicos).
  • El siguiente paso es uno de los más complejos: darles forma. Ayúdate de 2 cucharas para hacer a la masa forma de croquetas y así no ensuciarte tanto las manos. Si prefieres hacerlo tú mismo, un consejo de abuela es que te mojes los dedos para que la masa no se pegue tanto. 
  • En una sartén con aceite caliente, pon los "huevos tontos" y fríelos. Recuerda que no tiene que estar muy caliente para que no se quemen. Sácalos con una espumadera y déjalos sobre papel de cocina para que expulsen el aceite. Y si quieres reducir las calorías del plato y convertirlo en una opción más ligera y sana, hazlos con la freidora de aire.