Wynne Armand, médica y profesora de Harvard: "Pasar tiempo entre árboles y espacios verdes mejora la salud y el estado de ánimo"

Reduce el estrés, baja la presión arterial, aumenta la capacidad de concentración... son algunos de los valiosos beneficios que obtenemos cuando vivimos cerca de la naturaleza. Ahora bien, eso es solo el principio de la lista.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

Familia naturaleza

El contacto con la naturaleza es fuente inagotable de beneficios para la salud.

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Una cosa es comprobar en primera persona lo agradable que es pasar un día en la montaña o practicando senderismo en el bosque, o otra que sean las voces de los científicos las que afirmen la existencia de una relación directa entre pasar un tiempo inmerso en espacios verdes y disfrutar de un estado de salud óptimo, tanto física como mental. 

Y es que, hasta ahora se sabía que los árboles mejoran la vida del planeta de diversas maneras, pero no existían demasiadas pruebas científicas de su participación en la salud de las personas. 

Entre los beneficios que podemos constatar en el medio ambiente, destacamos la reducción de los gases de efecto invernadero o de la contaminación del aire absorbiendo dióxido de carbono y liberando oxígeno. También minimizan la contaminación acústica, y reducen el riesgo de inundaciones y la erosión del suelo. Una retahíla de beneficios, a cual más importante, enmarcada en el ámbito de la ecología. 

Más allá de la ecología

Además de los beneficios con repercusión en la naturaleza, los expertos señalan otros efectos relacionados con la salud física y psicológica. Cada vez hay más estudios e investigaciones que confirman la existencia de este tipo de vínculo entre los árboles y las personas.

Una de las científicas que ha estudiado el tema en profundidad es la doctora Wynne Armand, profesora adjunta de medicina en la Facultad de Medicina de Harvard, directora asociada del Centro para el Medio Ambiente y médico en el Hospital General de Massachusetts. La experta llega a la conclusión de que pasar tiempo rodeado de árboles y espacios verdes mejora nuestra salud y nuestro estado de ánimo.

ciudades verdes

Un estudio publicado en The Lancet calculó que aumentar los árboles plantados en áreas urbanas hasta el 30% en 93 ciudades europeas podría prevenir aproximadamente cuatro de cada diez muertes prematuras relacionadas con el calor en adultos de esas ciudades. Un dato cuanto menos, sorprendente, que debería hacernos pensar y tomar conciencia real de la importancia de los árboles en la vida de las personas. 

ZONA VERDE CIUDAD

ISTOCK

Por tanto, si las autoridades competentes tomaran la decisión de "traer" la naturaleza al interior de las ciudades, estarían combatiendo la aparición y desarrollo de numerosas enfermedades relacionadas con el calor que afectan en la mayoría de los casos a trabajadores al aire libre, y especialmente a los niños y a las personas mayores.

Una de las posibles medidas que alivian el problema de las altas temperaturas en la ciudad es colocar árboles que proporcionen sombra. En consecuencia, bajarían las temperaturas y la salud de las personas no se vería perjudicada.

equilibrio emocional

Vivir cerca de los árboles, o al menos, pasar tiempo en contacto con la naturaleza, según la profesora Armand, está relacionado con múltiples beneficios para la salud, entre ellos, la experta destaca su capacidad para bajar la tensión arterial, mejorar la calidad del sueño y aliviar muchas enfermedades crónicas. Estos y otros muchos beneficios se relacionan con los adultos. 

De hecho, la presencia de estos efectos es tan evidente que ha impulsado el interés generalizado por las terapias alternativas relacionadas con la naturaleza, como la terapia forestal. Esta práctica, según la profesora, proporciona un aumento del bienestar general.

Y ¿qué pasa con los niños? Si resultan interesantes los beneficios de pasar tiempo en la naturaleza para los adultos, aún lo es más cuando el foco de atención lo ponemos en los menores. Un estudio llevado a cabo con niños de 4 a 6 años encontró que aquellos que vivían cerca de espacios verdes mostraban un comportamiento menos hiperactivo y obtenían mejores puntuaciones en pruebas de atención y memoria visual, en comparación con los que no vivían cerca.

Madre tumbada en la naturaleza con su bebé

Es más, el simple hecho de ver árboles puede tener beneficios para la salud mental. En Michigan, un estudio con niños de entre 7 y 9 años demostró que los estudiantes que podían ver árboles desde las ventanas de la escuela tenían menos problemas de conducta que aquellos que tenían una visión limitada.

Otra investigación, esta vez en Finlandia, modificó los entornos de juegos al aire libre de las guarderías para imitar la naturaleza. Estas guarderías se compararon con guarderías estándar de control y guarderías orientadas a la naturaleza donde los niños visitaban diariamente los bosques cercanos. Al cabo de 28 días, los niños de las guarderías con espacios de juego modificados en el bosque albergaban un microbioma más saludable y presentaban marcadores mejorados de sus sistemas inmunológicos en comparación con los niños del otro grupo.

menos delincuencia

Según la experta, se ha comprobado que la existencia de espacios verdes en los barrios también contribuye en gran medida al bienestar de las comunidades. En un ensayo aleatorio realizado en una ciudad de Estados Unidos se plantaron y mantuvieron árboles en terrenos que antes estaban vacíos. Los investigadores compararon estos espacios verdes con terrenos que se dejaron intactos. 

El resultado fue que en los barrios que se encuentran por debajo de la línea de pobreza, se observó una reducción de la delincuencia en las zonas con terrenos verdes en comparación con los terrenos baldíos que no habían sido intervenidos. Mientras tanto, los residentes que vivían cerca de terrenos con zonas verdes informaron que se sentían más seguros y aumentaron el uso del espacio exterior para relajarse y socializar.