Científicos de la Universidad Edith Cowan demuestran que viajar ralentiza el envejecimiento de las células

Nuestro reloj biológico, la edad real de nuestras células, varía por diferentes motivos. Un estudio ha descubierto que una de las mejores formas para ayudar a frenarlo y evitar el envejecimiento prematuro es hacer las maletas y viajar.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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chica de viaje

Viajar puede ser una forma de ralentizar el envejecimiento celular.

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El tiempo es relativo. Ya lo dijo Albert Einstein. Y lo que funciona para la física también funciona para la biología. Se multiplican las evidencias científicas que reflejan que los años cronológicos, el tiempo desde nuestro nacimiento, no son una herramienta útil para saber la edad real y las perspectivas de vida que tenemos.

La edad biológica, que se define como el estado de nuestro organismo a nivel celular y molecular, es la verdadera forma de saber el deterioro que sufrimos. Esa edad no siempre coincide con la cronológica. Hay factores hereditario y, sobre todo, hábitos de vida que la determinan mucho más.

Científicos de la Universidad Edith Cowan, en Australia, han llevado a cabo por primera vez un estudio interdisciplinario que ha analizado qué efectos podría tener el viajar en la salud y su repercusión en la edad biológica. La conclusión es que es una actividad no solo positiva, sino que incluso puede ralentizar esos signos de envejecimiento.

 

importancia de las experiencias en la salud

"El envejecimiento, como proceso, es irreversible. Si bien no se puede detener, se puede ralentizar", explicaba la profesora Fangli Hu, de la Facultad de Ciencias Médicas y de la Salud y primera autora del estudio. La base de esta investigación es aplicar la teoría de la entropía.

Esta teoría estable que todo se orienta hacia la decadencia, la muerte y el caos. Es decir, plantea un hecho que nos parece evidente: las cosas no se regeneran permanentemente, sino que van desgastando. Sin embargo, hay factores que pueden ayudar a que ese deterioro sea más lento. Uno de esos factores son las experiencias positivas.

Los investigadores, médicos, filósofos y expertos en economía y turismo, han combinado sus conocimientos para analizar el impacto que tiene el viajar. Hay pros y contras. Lo que han deducido es que, en el computo global, los efectos positivos para la salud son mucho mejores.

El turismo no es únicamente ocio y diversión; también puede contribuir a la salud física y mental de las personas”, ha explicado la profesora Hu.

Cómo retrasa el turismo el reloj biológico

Hay varios factores que pueden explicar el efecto positivo que tiene en nuestro organismo el viajar. Es una especie de terapia que actúa en diferentes frentes:

  • Mejora el metabolismo. Cuando viajamos estimulamos la curiosidad en un entorno de actividades relajantes. Nuestro cerebro percibe estos dos impulsos positivamente. Mejora las capacidades de autoorganización de nuestro cuerpo. Hay mejor equilibrio metabólico.
  • Mejoran las defensas. El contexto del viaje también puede hacer que nuestro sistema inmune reaccione y se adapte. Mejora la capacidad de percibir y defenderse. “El sistema de autodefensa se vuelve más resistente”, aseguran los autores del estudio.
  • El cuerpo se regenera. El mismo mecanismo que actúa en el sistema inmune también activa la regeneración celular. “Las hormonas que conducen a la reparación y regeneración de tejidos se liberan”, asegura la profesora Hu.
  • Hay menos desgaste. El estado de relajación y disfrute del viaje contrasta con el estrés que solemos sufrir a diario. El estrés provoca tensión y fatiga de músculos y articulaciones. Cuando viajamos nos involucramos en actividades divertidas que evitan provocan el efecto contrario.
  • Mejor respuesta física. Los viajes suelen implicar menos sedentarismo. Tenemos ganas de ir a sitio y ver cosas. Un ejercicio que mejorar la circulación y activar el organismo para que deseche toxinas. “El ejercicio moderado es beneficioso para los músculos, los huesos y frenar la oxidación celular”, añadía la experta.

Los aspectos negativos del viaje

Hay que hacer notar que todos estos beneficios se extraen de la conclusión de que el viaje es una experiencia buscada y placentera, que ha salido como esperábamos. Desde el momento en que el mero hecho de hacer la maleta te suponga un ataque de nervios y tengas que coger un avión, cuando tienes pavor a volar, toda esta teoría se invalida.

Un viaje puede tener algunos momentos puntuales de estrés, pero ha de ser mayoritariamente agradable. Si los momentos de ansiedad o enfado son la norma, lo que ocurrirá es que el cortisol (la hormona del estrés) provocará una aceleración en el desgaste celular.

Otros aspectos que remarcan los investigadores es que el turismo y la globalización también supone retos como entrar en contacto con enfermedades infecciosas, lesiones, trastornos digestivos que obviamente no suponen ningún beneficio para la salud.

El turismo puede implicar experiencias negativas que lleven a un problema de salud. Un ejemplo fue la crisis de salud pública que supuso la covid”, recuerda la profesora Hu.