Nadie puede negar que la llegada de internet fue un paso muy importante en la mejora de nuestras vidas. Tenemos el saber de las universidades en una pantalla de la zona más remota del planeta. Nos permite interconectarnos rápidamente e incluso realizar operaciones a distancia. Un herramienta que está perfeccionándose más con la llegada de la inteligencia artificial.
Pero internet también puede ser una herramienta arriesgada. La infinita información que ofrece no significa que podamos sustituirla por una carrera de seis años, como es la medicina. A pesar de ellos, son muchos los que confían en tener un primer diagnóstico de su enfermedad a través de Google y los otros buscadores.
Lo ha puesto en evidencia el VII Estudio Salud y Vida de la aseguradora Aegon, que acaba de actualizar los hábitos de los españoles al respecto. Destaca que sigue creciendo el número de personas que recurren a las plataformas digitales para obtener respuestas rápidas a de todo tipo sobre su estado de salud.
Quién consulta más su salud en internet
Según los datos del informe este 2024 había ya un 53,6% de españoles buscando datos sobre sus síntomas en internet. Supone un 1,5% más que el año anterior.
Segmentando por perfiles, entre las mujeres hay más predisposición a informarse en internet sobre síntomas y enfermedades que entre los hombres (57,2% frente al 49,7%).
Por grupos de edad, las diferencias son muy grandes. Los jóvenes de entre 18 a 25 años son los que más confían en la red para descubrir el origen de sus dolencias. Lo hacen el 70,7%.
El porcentaje baja gradualmente a medida de aumenta la edad: entre los 26 y 40 años (62,1%), de 41 a 55 años (60,8%), de 56 a 65 (47,4%). Entre los de más de 65 años solo consulta el 33%.
Asimismo, quienes trabajan (59,7%) y quienes no tienen hijos (58,3%) buscan en mayor medida los síntomas en internet.
Los que más se autodiagnostican
No es ninguna sorpresa que los que más consultan son también los que tienen menos objeciones para autodiagnosticarse y automedicarse. Las personas que se han bajado aplicaciones de salud y bienestar se automedican en un 67,8% de los casos.
Si se analizan cuáles son las dolencias que llevan a los españoles a acudir a internet a buscar información, destacan:
- Los dolores ocasionales de cabeza, estómago o espalda cuyo dato asciende hasta el 55,8%.
- Las enfermedades leves o puntuales como pueden ser los catarros, conjuntivitis, candidiasis o herpes que son consultadas por uno de cada dos españoles (50,6%)
- Las enfermedades crónicas o recurrentes ya solo reciben el 31,1% de las consultas.
- Los trastornos psicológicos bajan ligeramente y se sitúan en el cuarto puesto, con un 30,7%.
Los riesgos de autodiagnosticarse
Los médicos recuerdan que si pones cualquier síntoma al lado de la palabra cáncer, seguro que te van a salir opciones. Es una forma fácil e innecesaria de estresarse. La información de internet no viene siempre bien segmentada ni aparecen siempre las opciones más fiables primero.
Para empezar, hay sitios en la web que pagan para aparecer en los primeros puestos ante una determinada búsqueda. No olvides que los buscadores son un negocio.
Tampoco es la única fuente de información que preocupa a los médicos, aunque los buscadores son la opción más utilizada (44%). Por detrás están las redes sociales que es una vía que ha ido ganando adeptos.
Sin embargo, este año, las críticas constantes a plataformas como X (antes Twitter) por su deriva y la negativa a eliminar los contenidos falsos le está haciendo perder peso. Si el año pasado la consultaba más del 10% de población, ahora ya solo lo hace el 9,6%.
Las revistas especializadas en salud ocupamos la tercera posición en cuanto a consultas, con cerca de un 7%. También somos las que más insistimos en no autodiagnosticarse y evitar dar respuestas tajantes ante un cuadro de síntomas.
Por último, el informe constata que son los extremeños y canarios, con más del 61%, los más proclives a consultar y autodiagnosticarse. Les siguen los riojanos y gallegos. En cambio, los castellano manchegos (42,9%), asturianos y cántabros son los que menos confían en internet para averiguar sus síntomas.