El coxis, es un pequeño hueso en forma triangular situado en la parte inferior de la columna vertebral, formado por la fusión de cuatro vértebras. Popularmente, y en conjunto con el hueso sacro, esta zona es conocida como rabadilla.
Funciona como soporte cuando estamos sentados y ayuda a distribuir el peso del cuerpo y mantener el equilibrio y es parte integral de la pelvis. Es, además, el sitio donde se unen varios músculos, ligamentos y tendones, incluidos los del suelo pélvico.
Dolor en el coxis
El dolor en la parte baja de la columna es lo que se conoce como coxigodinia. Cualquier traumatismo directo en el coxis puede desencadenar un dolor que incluso puede hacer que resulte imposible permanecer sentado. No obstante, en ocasiones el dolor surge espontáneamente, sin golpe previo, debido muchas veces a movimientos repetitivos que afectan localmente a la zona, como el simple hecho de montar en bicicleta.
También hay que tener en cuenta que, al tener las caderas más anchas que los hombres, el coxis de las mujeres queda más expuesto, por lo que son más susceptibles de lesionarse.
¿Cómo saber si un golpe en el coxis es grave?
El dolor es el síntoma principal que provoca un golpe en el coxis. Si es muy intenso e insoportable y aparece tanto al caminar como en reposo, es muy probable que el golpe te haya provocado algún daño.
Si es extremo e impide sentarse, incluso en un sitio muy blando, se acompaña de un gran hematoma, o se nota como un bulto al tocar, es posible que haya una fractura o una luxación (cuando el coxis se desplaza hacia atrás). En estos casos, la consulta médica es imprescindible.
¿Cómo actuar paso a paso si nos damos un golpe en el coxis?
Inmediatamente al golpe, la persona puede hasta marearse por el gran impacto y el intenso dolor y puede resultar imposible levantarse. Por ello, lo mejor es quedarse en el suelo y colocarse tumbado de lado para que las nalgas no apoyen y así liberar la presión de la zona, que solo empeoraría la situación.
Lo ideal es poner un almohadón entre las piernas para descargar el peso de las mismas. Una vez recuperado del mareo, hay que levantarse muy despacio, apoyándose en algo firme, o ayudado por alguien, para evitar una nueva caída.
La respiración juega un papel importante, aliviando las molestias si se controla mediante la realización de inspiraciones y espiraciones lentas y profundas. Coger aire llenando los pulmones, mantenerlo dentro durante unos segundos y expulsarlo por completo es una técnica que tiene buen resultado si se repite 3 o 4 veces tras el impacto.
Ya más tranquilos, es bueno aplicar hielo en la zona para evitar que se inflame demasiado. Lo ideal es hacerlo 3 o 4 veces al día por un período de tiempo no superior a 20 minutos, utilizando una bolsa moldeable, como la de guisantes congelados, nunca poniendo el hielo directamente sobre la piel.
No hay que moverse demasiado, lo mejor es descansar todo lo que se pueda sentándose en un almohadón o cojín, si el dolor es soportable, o sobre un flotador infantil redondo con agujero en medio para no apoyar la zona dañada, sólo los muslos.
La mejor postura para dejar la zona libre de presión es mantenerse ligeramente inclinado hacia adelante mientras se permanece sentado.
Aun siendo diagnosticado de una fractura, el tratamiento es el mismo que en un golpe convencional, si bien este último tardará mucho menos en sanar. El descanso y la toma de analgésicos y antiinflamatorios convencionales, tipo paracetamol e ibuprofeno, ayudan a sobrellevar el dolor y disminuir la inflamación.
Beber mucha agua al cabo del día y consumir alimentos ricos en fibra, como frutas, verduras, legumbres y cereales integrales, es fundamental para evitar el estreñimiento. Toda presión que se ejerza sobre el ano va a provocar más dolor.
¿Cuánto tarda en desaparecer el dolor en el coxis?
El problema de las lesiones de coxis es que son muy molestas y dolorosas y tardan mucho en recuperarse, a veces hasta meses, pero en la mayoría de las ocasiones curan sin secuelas.
Las molestias terminan por desaparecer del todo si se hace reposo y se evitan actividades en las que esté implicada la espalda en su parte más baja, como ocurre al montar a caballo o durante las relaciones sexuales, por ejemplo.
En lesiones más graves, puede ser necesaria la cirugía, y en una minoría de casos, el dolor no desaparece nunca por completo.