Sabemos que la tensión arterial es uno de los principales indicadores de nuestro estado de salud. Así, unos niveles por encima de los recomendados por la Fundación Española del Corazón (120 mmHg y 80 mmHg) ponen en riesgo la salud cardiovascular de las personas, del mismo modo que mantenerse en los valores aconsejados se convierte en un escudo protector frente a las enfermedades de origen cardiovascular.
Por todo ello, los expertos recomiendan tomarse la tensión con cierta regularidad, o al menos, una o dos veces al año, con el fin de detectar si existe un problema de hipertensión y actuar a tiempo. En todas las farmacias es posible realizar estas mediciones de forma sencilla. Si las cifras son elevadas, el médico puede considerar que necesitamos medicación, pero incluso aunque así sea, para controlar la tensión es muy importante llevar un estilo de vida saludable.
Dentro de ese estilo de vida saludable, la dieta y el ejercicio ejercen el papel de protagonista. En esta ocasión, pondremos el foco en un tipo de ejercicio concreto, los estiramientos. Su eficacia ha quedado demostrada por numerosos estudios, entre ellos, el impulsado por la Universidad de Saskatchewan. Sus autores destacan que los estiramientos son más eficaces para reducir la tensión que solo caminar. Así que, además de disfrutar de paseos, no olvides incluir algunos estiramientos en tu rutina diaria para mantener tu presión arterial en niveles óptimos (120/80 mm Hg) y cuidar de tu salud cardiovascular.
¿Por qué bajan la tensión?
Practicar estiramientos debería forma parte del plan de actividad física de todos aquellos que luchan contra la hipertensión. El Dr. Phil Chilibeck, profesor de kinesiología de la Universidad de Saskatchewan y coautor del estudio, explica la razón: "Cuando practicas un estiramiento no solo estiras los músculos como suele creerse. También estás estirando todos los vasos sanguíneos que alimentan el músculo, incluidas todas las arterias. Y si se reduce la rigidez en las arterias, la sangre fluye más fácilmente, con lo que se disminuye la presión arterial".
En España, la prevalencia de la hipertensión arterial en la población adulta oscila entre el 33 y el 43%. Este problema de salud implica, entre otras cosas, que el corazón tiene que hacer más esfuerzo del necesario para bombear la sangre. Algo que, a la larga, puede dañar los vasos sanguíneos.
Aunque estudios anteriores ya habían demostrado que el estiramiento reduce la presión arterial, la novedad de esta investigación canadiense es que es la primera que lo compara con caminar.
¿Qué es mejor, caminar o estirar?
Para llegar a la conclusión de que estirar tiene más efecto sobre la presión sanguínea que caminar, los autores del trabajo estudiaron a 40 hombres y mujeres (61 años de promedio) con la presión arterial elevada (hipertensión en etapa 1) durante 8 semanas.
Parte del grupo realizó una rutina de estiramiento de todo el cuerpo durante 30 minutos al día, 5 días a la semana. El resto caminó rápidamente también media hora al día, 5 días a la semana.
Antes y después del estudio se midió la presión arterial de los participantes (sentados, tumbados y durante 24 horas utilizando un medidor portátil) y se comprobó que la reducción era mayor (en los tres tipos de mediciones) en el grupo que había hecho estiramientos. Eso sí, perdieron más grasa los que habían realizado la caminata enérgica.
Por tanto, las personas que caminan para reducir su presión arterial deben seguir haciéndolo, pero deben añadir sesiones de estiramientos a su rutina diaria.
Además, no hay que olvidar que la obesidad es un factor de riesgo de hipertensión. Solo bajando de peso ya mejoran las cifras de presión arterial.
"No queremos que a raíz de nuestra investigación la gente piense que no debería hacer algún tipo de actividad aeróbica. Cosas como caminar, ir en bicicleta o esquiar tienen un efecto en la grasa corporal, los niveles de colesterol y el azúcar el sangre", asegura Chilibeck.
cuándo y cómo hacer estiramientos
El estudio canadiense se hizo con una rutina de media hora de estiramientos de todo cuerpo, pero los autores aseguran que podrían obtenerse los mismos beneficios con:
- Sesiones más cortas que se centren en trabajar los grupos de músculos más grandes en las piernas, sobre todos los cuádriceps y los isquiotibiales.
- Sesiones de yoga. Esta disciplina es una muy buena opción cuando el objetivo es estirar la musculatura, aseguran los investigadores.
"Lo bueno del estiramiento es que resulta muy fácil de incorporar a la rutina diaria de una persona. No está a merced del clima y pueden practicarlo personas con osteoartritis porque es suave para las articulaciones. Y no implica mucho tiempo", reconoce Chilibeck.
"Cuando te relajas por la noche, en lugar de sentarte en el sofá, puedes sentarte en el suelo y estirarte mientras miras la televisión", concluye.