Las causas pueden ser múltiples, aunque quizá las más frecuentes sean las molestias asociadas al término “dispepsia”.
¿Qué se siente en estos casos? Síntomas de predominio ácido (reflujo, acidez en epigastrio...) o síntomas motores, es decir, sentirnos llenos al poco de comenzar a comer, o la aparición de gases en la zona abdominal apenas una hora después de la ingesta de alimentos.
Lo más frecuente es que las molestias no respondan a un problema preocupante, y que puedan mejorar modificando la dieta a la par que la manera de comer, que con toda probabilidad debería ser más lenta y relajada.
Esta situación no suele ser grave, pero conviene que consultes a un médico, pues existen determinados síntomas (como la presencia de una anemia en un análisis de sangre o una pérdida de peso desproporcionada) que nos indican que, además, podríamos estar ante un trastorno más serio.