Los pies, que han estado bien protegidos dentro del zapato durante gran parte del año, en verano ganan protagonismo y a todos nos gusta lucirlos bonitos.
Sin embargo, la mayor exposición que tienen los pies en estos meses puede perjudicarlos de diversas formas y conviene protegerlos y cuidados para evitar lesiones o problemas en su delicada piel.
Más allá de los cuidados por parte del podólogo, que son indispensables cuando hay un problema importante, hay remedios caseros y hábitos saludables que te ayudarán tener unos pies suaves y sanos este verano.
¿Por qué tengo los pies secos?
Las grietas en los talones y las pieles secas son una de las principales preocupaciones cuando nos quitamos los zapatos cerrados y empezamos a llevar sandalias. Son diversas las razones que los favorecen:
- Con la edad perdemos humedad y elasticidad en la piel de todo el cuerpo, también en la de los pies.
- El uso de jabones agresivos o agua muy caliente, que favorece la pérdida de los aceites naturales de la piel.
- Algunas enfermedades o problemas de salud, como la diabetes o la psoriasis.
- Una mayor presión en los pies, por ejemplo, por pasar mucho tiempo de pie, por la obesidad o el sobrepeso.
Remedios caseros para unos pies suaves
Hay diversos remedios caseros muy fáciles de implementar que te ayudarán a tener unos pies más suaves.
Exfoliación de los pies
La exfoliación es, sin duda, una de las medidas más útiles, para eliminar las pieles muertas. Desde el Colegio Oficial de Podólogos de Castilla – La Mancha (COPCLM) recomiendan una exfoliación suave y regular para evitar la acumulación de células muertas, que favorece la sequedad y los talones agrietados.
Para ello aconsejan usar una piedra pómez y frotar la piel suavemente durante el baño. “Eso sí, sin pasarse, ya que una exfoliación excesiva puede empeorar el problema”, advierten.
Los pasos a seguir son:
- Primero, ablanda la piel de los pies remojándolos durante unos 10 o 15 minutos.
- A continuación, desliza la piedra pómez suavemente por el talón y las zonas secas y endurecidas del pie.
- No debes usar la piedra pómez si la piel está agrietada y recuerda que no debes compartirla con otras personas.
Hay que tener en cuenta también que las personas con diabetes, que deben prestar una especial atención a los pies, no deben usar la piedra pómez.
Hidratación de los pies
La hidratación es indispensable para que los talones estén suaves y conviene que sea diaria o muy frecuente. Los profesionales del COPCLM recomiendan aplicar crema hidratante o vaselina regularmente y el momento adecuado sería después del baño o la ducha o antes de acostarse. “Esto ayuda a retener la humedad y suavizar la piel”, explican.
Si es importante la hidratación por fuera, también lo es por dentro. “Beber al menos 2 litros de agua al día es esencial en el tiempo de calor tanto para nuestra piel como para nuestra salud general”, aseguran desde el Ilustre Colegio Profesional de Podología de la Comunidad de Madrid (ICOPOMA).
Protege los pies del sol
Solemos proteger la piel del cuerpo y la cara del sol, pero a menudo nos olvidamos de los pies. Sin embargo, la exposición de estos a los rayos solares (al ir en sandalias o al pasear descalzo por la playa) favorece el riesgo de quemaduras si no se protege bien la piel.
“Aparece en forma de enrojecimiento, edema y dolor, pero en los casos más graves pueden salir, incluso, ampollas”, explican desde el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía. Para evitarlo, hay que aplicar protección solar antes de que los pies queden expuestos al sol.
En caso de que ocurra una quemadura solar, “el tratamiento consiste en aplicar cremas hidratantes y aloe vera”, aseguran los expertos. “También se pueden emplear geles fríos para calmar la zona”. Si la quemadura es grave, hay que acudir al podólogo cuanto antes para evitar infecciones.
Higiene adecuada
A menudo no dedicamos a los pies el tiempo que requieren. Es muy habitual, al ducharnos, pasar por alto los pies y no secarlos de la forma adecuada, algo que puede favorecer la aparición de hongos entre los dedos.
Los podólogos del COPCLM recomiendan lavar los pies diariamente con agua tibia y jabón, prestando especial atención a los espacios entre los dedos, y secarlos minuciosamente.
Qué problemas afectan más a los pies en verano
Más allá de tener unos pies suaves, es importante que evitar aquellos problemas a los que se enfrentan más durante el verano, como:
- Los hongos (debido al aumento de la humedad y a que vamos más a piscinas y espacios públicos).
- Las verrugas plantares.
- Las picaduras de insectos (medusas, mosquitos…)
- La hinchazón de los pies, debido a que el calor favorece la dilatación de los vasos sanguíneos y a la acumulación de líquidos.
- Las lesiones debidas a un calzado inadecuado que no sujeta bien el pie.
Para prevenir estos y otros problemas, desde el Colegio Profesional de Podólogos de Andalucía aconsejan:
- Usa un calzado adecuado elaborado con materiales transpirables, que proporcione un buen soporte al pie. No llevar calzado cerrado durante cuando hace mucho calor, para evitar la sudoración excesiva del pie.
- Si usas calcetines, cámbiatelos a menudo y elígelos siempre de materiales que absorban la humedad, como el algodón.
- Evita caminar descalzo por suelos calientes, como el borde la piscina o la arena de la playa.
- Si tienes los pies hinchados, date baños de agua fría con sal (siempre que no tengas heridas).
- Acude al podólogo para que revise tus pies y, si lo necesitas, usa plantillas ortopédicas o diseñadas por un podólogo para distribuir mejor el peso y reducir la fricción en los pies.