Mantener la misma postura durante mucho tiempo, ya sea sentado o de pie, definitivamente, no es un hábito recomendable. El problema es que la mayoría de las personas, por culpa del tipo de trabajo que desempeñamos, nos vemos obligadas a permanecer demasiadas horas sin cambiar de posición.
Como consecuencia, lo habitual es que cada día aparezcan molestias musculares que si se repiten jornada tras jornada, acaban perpetuándose siendo la antesala de numerosas enfermedades.
En este contexto, y con la intención de prevenir estos dolores musculares, Pablo Iglesias, osteópata, entrenador personal y divulgador de la salud muscular, ha ideado una guía que ha llamado el Método R-Evolución Postural, con el que asegura es posible mejorar la salud física y mental a través de la corrección de las posturas.
El experto, a raíz de una experiencia personal, decidió estudiar el cuerpo humano con el fin de poner remedio a su propio dolor. Fruto de este episodio vital, Iglesias preparó y publicó recientemente Muévete para vivir (Zenith, 2025), donde recoge un plan de acción diario con ejercicios breves de tan solo 15 minutos.
el poder de la postura
Saber Vivir ha hablado con Pablo Iglesias acerca de la influencia de las posturas en la aparición de dolor muscular, de lesiones musculares, los errores más comunes que los provocan y las soluciones que propone para tratarlos, entre otras cuestiones.
¿Cuál fue su inspiración para crear el Método R-Evolución Postural?
Básicamente la necesidad que tengo de compartir mis conocimientos. Se trata de un impulso, que calificaría de terapéutico. Y es que, siempre me ha gustado la comunicación. Es más, me considero un auténtico apasionado de mi campo, el wellness y de la divulgación.
Su método se basa en tres pilares: Reconocer, Reacondicionar y Reconstruir. ¿En qué consiste cada uno?
En primer lugar, dentro del método, lo que se busca es la alineación corporal, ya que se sabe que cuando estamos en verticalidad se produce un desgaste articular y de todas las estructuras.
A medida que vamos a perdiendo verticalidad, fruto de las malas posturas y de los desequilibrios musculares, empezamos a perder alineación. Y al perder alineación, ¿qué ocurre? Que aumenta el desgaste en las estructuras y se aceleran procesos degenerativos que en muchas ocasiones dan como resultado síntomas relacionados con el dolor como puede ser la cervicalgia, el dolor cervical, la rectificación cervical, la protusión discal, la hernia discal, la ciática, la lumbosiática o la ciatalgia.
Pablo Iglesias, osteópata y entrenador personal.
Pero, volviendo a tu pregunta. El método se basa en tres aspectos: en primer lugar, el reconocimiento. En esta fase, ofrezco conocimiento acerca de cómo funciona el cuerpo para entender qué son las cadenas musculares, las fascias, los ligamentos, los tendones, las articulaciones móviles, las estables...
En segundo punto es el acondicionamiento físico. Este apartado solo es posible si hemos entendido bien todo lo anterior, ya que es fundamental entender muy bien cómo funciona nuestro cuerpo, para después realizar correctamente ejercicios de movilidad y de control postural.
Por último, reconstruir. En este punto, la idea es tomar conciencia corporal y aprender a realizar actividades diarias cotidianas con el menor impacto negativo posible. Esto es muy importante.
Además de mejorar la postura, ¿podemos esperar otros beneficios de este programa?
Cuando mejoramos nuestra postura, no solo nos vemos mejor, también la gente de nuestro entorno nos percibe con otros ojos. Además, vamos a ganar en autonomía y en longevidad funcional. No hay que olvidar que una vida sin dolor es una vida totalmente diferente si la comparamos con una persona que está sufriendo dolor. La calidad de vida se ve disparada.
Una persona que esté sufriendo dolor constantemente, está rumiando acerca de su dolor, e incluso, en muchas ocasiones esa rumiación, ese diálogo interno que tiene consigo mismo, le impide prestar atención o llevar su foco a otras cosas, ya que constantemente está llevándolo a su dolor y buscando alternativas y soluciones.
Por ello, es importante entender que la postura no es algo exclusivamente estético, ya que puede cambiar nuestra calidad de vida por completo.
¿Cuáles son los errores posturales más comunes que observa en sus pacientes?
Muchos de los casos que trato presentan hipercifosis, un poquito de la jorobita, el adelantamiento de la cabeza, el cuello adelantado, la rectificación cervical y problemas de espalda asociados a veces a la pérdida de la curvatura lordótica, fisiológica y natural que tiene nuestra región lumbar.
Estas posturas se deben, en primer lugar, a que permanecemos demasiado tiempo sentados; y en segundo lugar, porque abusamos mucho de la tecnología. Y es que, cuando usamos el móvil, normalmente estamos adelantando la cabeza y llevando el mentón hacia el pecho. Esto hace que estemos constantemente rectificando la curvatura cervical, la ordótica y fomentando así la deshidratación de los discos, porque no hay que olvidar que las curvas en nuestra columna vertebral están diseñadas para distribuir las cargas de peso a través de los discos intervertebrales. Si yo elimino, poco a poco, con el paso del tiempo y el propio peso de la gravedad, estas curvas, y además, se van instalando en mi cuerpo desequilibrios musculares que las perpetúan, el cuerpo va a empezar a manifestar dolor, va a empezar a quejarse, y va a empezar a intentar llamar tu atención.
Por último, ¿qué papel juega la alimentación en el ámbito del dolor articular?
La nutrición juega un papel importante. En primer lugar, no hay que olvidar que la hidratación es fundamental. El 97% de los discos intervertebrales es tejido acuoso. Además, la vitamina D es ultra necesaria para una correcta función hormonal.
Una alimentación antiinflamatoria y rica en antioxidantes, como ocurre con la dieta de low carb, reduce la inflamación crónica de bajo grado, que se produce cuando consumimos muchos carbohidratos refinados, azúcares, lácteos... Esto puede llevarnos a un sistema nervioso hipersensibilizado que, a su vez, genera una mayor percepción del dolor.
Por lo tanto, cuando sufrimos dolor, si al mismo tiempo estamos llevando una dieta proinflamatoria, el dolor se va a ver incrementado. Mientras que una alimentación antiinflamatoria, como la low carb, va a hacer que tengamos menos dolor y podamos realizar ejercicios de control postural con menos molestias, lo que revertirá en un aumento de la calidad de vida.