La medicina preventiva es básica para la salud en general, y también para la oftalmológica. Gracias a ella, y a pequeños gestos cotidianos como los que muestro a continuación, podemos hacer mucho por cuidar nuestros ojos y preservar nuestra vista.
Qué hacer si fijas la vista durante horas
Cuando fijamos la vista en el ordenador, el televisor, el móvil o un libro, solemos olvidarnos de parpadear y la superficie del ojo se seca, produciendo molestias como enrojecimiento, dolor y lagrimeo. Hay que tener en cuenta que cada vez que parpadeamos los ojos reciben una serie de sustancias, entre ellas agua y aceites, que evitan que el globo ocular se seque.
- Lubricarlos con un colirio de lágrimas artificiales, preferemente sin conservantes, ayuda a mantenerlos siempre bien hidratados. Debes recurrir a él, también, cuando estás en ambientes secos (como ocurre en estancias con aires acondicionados) o cargados de humo.
- El ojo seco puede estar causado, además, por trastornos autoinmunes, por la disminución de hormonas femeninas en la menopausia o por otras alteraciones oculares como la inflamación de los párpados (blefaritis). Es otra situación que hay que tener en cuenta a la hora de evaluar cada caso.
Frotarse los ojos no alivia y puede dañarlos
Muchas veces nos frotamos los ojos de forma automática, como un gesto reflejo ante alguna molestia. Si tiendes a hacerlo, intenta frenar ese impulso (es mucho mejor, como acabo de recomendar, el uso de lágrimas artificiales) porque puede generar daños en la superficie ocular.
Hacerlo a menudo favorece el queratocono, que provoca que la córnea se afine y se deforme. Aunque esta enfermedad tiene un componente genético, se ha visto que también está muy relacionada con ese gesto instintivo.
Puede provocar infecciones oculares (conjuntivitis, blefaritis...) o incluso lesiones, sobre todo si ha entrado algún cuerpo extraño en el ojo. En estos casos lo que recomendamos, antes de acudir al oftalmólogo, es un lavado inmediato de la zona con abundante agua limpia.
Corregir la vista cansada a tiempo
La presbicia o vista cansada suele aparecer entre los 40 y 50 años, y lo adecuado es empezar a usar gafas de lectura cuando nos cuesta enfocar las letras.
- Se puede operar pero no siempre hace falta. El cristalino se puede sustituir por una lente intraocular multifocal, pero yo no recomiendo hacerlo si la visión de lejos sin corrección de gafas es buena. Con esta intervención el paciente suele ganar mucha visión próxima; sin embargo, la calidad de la lejana nunca será la misma que la que tiene con su cristalino natural. ¡A nadie se le ocurriría ponerse una prótesis de cadera sin tener la cadera rota o muy dañada!
Visitar al oftalmólogo una vez al año
No saltarse las revisiones periódicas con el o!almólogo es otro aspecto fundamental. La detección precoz es clave para evitar o frenar la evolución de muchos problemas oftalmológicos, como el glaucoma (que no suele mostrar síntomas hasta que está avanzado) o la degeneración macular (que puede reducir enormemente la visión central).
Las pruebas que hacemos en consulta permiten identificar estos y otros posibles daños de forma precoz, cuando aún no han generado síntomas. A partir de los 40 años es conveniente medir la presión intraocular una vez al año para prevenir el daño en el nervio óptico. Y a partir de los 70 o en pacientes diabéticos, se recomienda examinar anualmente el fondo de ojo para detectar precozmente una posible retinopatía diabética o una degeneración macular.
Creo que los españoles somos cumplidores, y lo digo basándome en mi experiencia profesional. La mayoría de mis pacientes, aunque se encuentren bien, vienen a que les controle la vista cada año.
Cambiar el enfoque a menudo combate la fatiga ocular
- Hazlo cada 15-20 minutos, sobre todo si pasas mucho tiempo mirando a un objeto cercano (libro, pantalla...). Retira la vista y mira a lo lejos unos pocos segundos, entre 10 y 15. Gracias a este parón, logras que las estructuras oculares responsables de que podamos enfocar bien se relajen y ganen eficacia.
- Trabajar con una buena iluminación ayuda igualmente a combatir la fatiga visual. Si estás leyendo un libro o una revista, la fuente de luz debe estar detrás de ti, enfocada en lo que lees. Y al trabajar con el ordenador o mirar la televisión, hay que evitar que se produzcan reflejos sobre la pantalla.
- Usa gafas de sol incluso en días nublados, para impedir que los rayos dañen tus ojos. Elígelas siempre homologadas y con filtro ultravioleta (UV). Las que lo son tienen una etiqueta identificativa