El escepticismo es una característica inherente al ser humano, un mecanismo de supervivencia que nos lleva a cuestionar aquello que escapa a nuestra lógica o carece de evidencia tangible. Eso debió sentir la exploradora, antropóloga y escritora Alexandra David-Néel cuando se encontró con el fascinante mundo del Tummo en las primeras décadas del siglo XX.
Los monjes budistas del Himalaya practicaban esta técnica milenaria en condiciones extremas, meditando en la nieve con apenas una toalla húmeda sobre sus hombros. Lo más asombroso era que, a medida que profundizaban en su meditación, su temperatura corporal aumentaba, llegando incluso a secar la toalla que los cubría, a pesar del frío ambiente.
Alexandra David-Néel, una europea con alma oriental, fue testigo directo de este fenómeno aparentemente imposible y, consciente del escepticismo que podría generar, decidió documentar sus observaciones en el libro Magia y misterio en Tibet, con el objetivo de proporcionar evidencia de lo que había presenciado.
El Tummo: de práctica milenaria a técnica moderna
El Tummo, también conocido como "calor interno", tiene sus raíces en las tradiciones budistas tibetanas y se cree que fue desarrollado hace más de mil años. Esta técnica combina la respiración profunda con visualizaciones específicas, y permite a los practicantes generar calor corporal y soportar temperaturas extremadamente bajas.
Décadas después de las observaciones de David-Néel, el médico Herbert Benson corroboró la eficacia del Tummo en un estudio publicado en la revista Nature en 1981, lo que abrió las puertas para que el Tummo se convirtiera en una práctica ampliamente estudiada y aplicada para el control del estrés y la mejora de la concentración.
Beneficios para la salud del Tummo
El Tummo se basa en la idea de que, a través de un patrón controlado de inhalación y exhalación, se puede alcanzar un estado de calma profunda. Numerosos estudios han demostrado que esta práctica ofrece múltiples beneficios para la salud mental y emocional:
- Control de pensamientos intrusivos.
- Mejora de la concentración.
- Aumento de la claridad mental.
- Sensación general de bienestar.
- Reducción del riesgo de insomnio.
El Tummo y la salud del corazón
Los cardiólogos recomiendan el Tummo como una técnica efectiva para reducir el riesgo de problemas cardíacos asociados con la ansiedad y el estrés. Se cree que su práctica regular puede disminuir la frecuencia cardíaca, lo que contribuye a una mejor salud cardiovascular.
Sin embargo, es importante tener en cuenta que, al igual que otras formas de meditación, el dominio completo del Tummo requiere una gran dedicación. La verdadera maestría en esta técnica, especialmente en lo que respecta al control de la temperatura corporal como lo hacen los monjes del Himalaya, es un objetivo a largo plazo que requiere años de práctica intensa y disciplinada.
De hecho, los expertos subrayan que la capacidad de regular la temperatura corporal a voluntad, una habilidad asombrosa demostrada por los monjes tibetanos, representa un nivel avanzado de la práctica que va más allá de los beneficios inmediatos para el manejo del estrés.
No obstante, incluso sin alcanzar ese nivel de dominio, la práctica regular del Tummo puede ofrecer beneficios significativos para la salud cardíaca y el bienestar general. Los principiantes pueden experimentar mejoras en su capacidad para gestionar el estrés y regular sus respuestas fisiológicas con una práctica constante y dedicada, así como sentar las bases para un progreso continuo en esta antigua y poderosa técnica de meditación.
Cómo practicar el Tummo
Aunque, como hemos dicho, dominar completamente el Tummo requiere años de experiencia, especialmente para controlar la temperatura corporal, es posible disfrutar de algunos de los beneficios de esta técnica siguiendo algunos pasos básicos:
- Adopta una postura cómoda y relajada.
- Inclina ligeramente la espalda hacia atrás al inhalar por la nariz.
- Exhala por la boca mientras vuelves a la posición inicial.
- Repite el proceso hasta que se automatice y tengas la mente en blanco, sin contar las respiraciones ni prestar atención a los movimientos.
- Una vez automatizado, imagina que tu temperatura corporal aumenta.
Esta práctica ayuda a la mente a concentrarse, evita los pensamientos intrusivos y reduce el ritmo cardíaco y respiratorio, lo que contribuye a liberar el estrés.
El Tummo ha evolucionado desde una práctica tradicional y misteriosa hasta convertirse en una técnica reconocida y recomendada por cardiólogos y otros profesionales de la salud para controlar el estrés y mejorar el bienestar general. Su historia es un testimonio de cómo el conocimiento ancestral puede encontrar validación y aplicación en el mundo contemporáneo.