La doctora Ángela Quintana aclara en qué fijarte cuando te haces una analítica: “Son tus 5 básicos”

Los análisis de sangre pueden ser un galimatías para el común de los mortales. Una doctora nos aclara qué cinco aspectos son los que debemos tener más en cuenta y cuando hemos de vigilar y consultar a un especialista.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Analítica

Hay cinco aspectos que son los fundamentales de nuestro análisis de sangre.

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Las revisiones periódicas que los médicos nos recomiendan hacernos una vez al año son una excelente manera de ir más tranquilos por la vida. Es como la revisión del coche. Y a partir de cierta edad no es solo un trámite. Es una manera de puesta a punto y confirmar que podemos seguir haciendo kilómetros sin problemas.

En toda revisión hay una conversación con el médico, que le ayudarán a captar posibles aspectos que hay que vigilar especialmente. Por ejemplo, si tienes trabajo de oficina, asegurarse de que no mantenemos una vida excesivamente sedentaria o que una mala postura afecta a la columna.

La revisión suele incluir un análisis de orina y de sangre. Este es el aspecto que nos puede plantear más problemas. Sobre todo cuando nos dan los resultados y no hay prevista una nueva visita al médico.

Lo que tenemos son un montón de datos incomprensibles y algunas llamadas de atención por cifras alteradas respecto a la media, que suelen crear más ansiedad que otra cosa. Tranquilos. Vamos a aclararlas.

Lo importante de una analítica

La doctora Ángela Quintas, experta en nutrición y metabolismo, ha compartido cuáles son los cinco valores que deberíamos de mirar siempre en una analítica:

  • La glucosa en ayunas. Es decir la cantidad de azúcar que hay en la sangre fuera de las horas de comidas. “Para hacerla debemos haber estado sin comer entre 8 y 12 horas”, recuerda la doctora.

Los valores recomendables son entre 70 y 100. “Es verdad que el mejor valor sería 85”, apunta.

  • Hemoglobina glicosilada. Refleja el promedio de azúcar en sangre en los últimos meses. “¿Qué es lo que nos va a medir? Las posibilidades que tengo de tener una diabetes tipo 2”, explica.

El valor recomendable es siempre por debajo del 5,7%.

  • Vitamina D. “Es muy importante para el tema de la osteoporosis, pero también para ver cómo está funcionando nuestro sistema inmune”, explica la doctora Quintana.

Los valores recomendables son entre 20 y 50. “Yo siempre sugiero que estemos lo más cerca del valor superior”, añade.

  • Proteína C reactiva. Esta proteína es un indicador de si tengo inflamación en mi cuerpo.

Este valor debería de ser siempre inferior a uno.

Cuidado con las grasas

Por último pero no lo último, la doctora recalca que el quinto aspecto es el del perfil lipídico.  Es decir, son todos los valores que miden los niveles de grasas que circulan por nuestro torrente sanguíneo.

Es uno de los aspectos más importantes puesto que, como bien sabes, son fundamentales para tener una idea de nuestro riesgo cardiovascular. Nos pueden alertar de enfermedades del corazón y problemas en las arterias. Hay tres valores básicos:

  • Los triglicéridos. Son un tipo de grasa que nuestro cuerpo almacena como reserva de energía.

Tienen que ser menores a 100”, señala la doctora Quintas.

  • LDL. El colesterol malo se conoce por sus siglas en inglés. Significa colesterol de baja densidad. Significa que son como pelotas grandes. Al ser grandes es más fácil que bloqueen el paso de la sangre y provoquen un infarto o un ictus.

Debería de ser también inferior a 100”, aconseja.

  • HDL. El colesterol “bueno” significa colesterol de alta densidad. En este caso las pelotitas son muchas y pequeñas. Es más fácil que se dispersen y no provoquen bloqueos.

 “Debería de ser superior a 60”, dice.

Por qué no hay que asustarse

Está claro que si nos ha salido unas cifras muy elevadas, deberíamos hacer caso al médico de la revisión y consultar con un especialistas para que nos haga una nueva analítica que los confirme o analice mejor las posibles causas.

Cuando las cifras son solo un poco superiores a la media, muchas veces no tiene importancia. A veces hay factores que no se pueden controlar bien. Por ejemplo, si hemos pasado una enfermedad recientemente, algunos datos pueden estar descompensados.

Factores individuales, como la edad, el sexo o el estilo de vida pueden hacer que los valores normales difieran.

El tema más polémico es el de las grasas. El debate sobre las cifras “normales” surge porque hay países y criterios médicos diferentes. Algunos médicos aceptan valores de colesterol malo y de triglicéridos de hasta 130.

Hay expertos que aducen que las cifras se bajaron por presión de las farmacéuticas para poder vender más medicamentos. Lo cierto es que tener colesterol no es bueno. Ni siquiera el colesterol “bueno”. Niveles altos de HDL (más de 80 o 90) también están siendo estudiados por posibles efectos negativos.