El truco para evitar que te hagan daño las tiras de las sandalias

Con el calor se inaugura la temporada de sandalias y es fácil que aparezcan rozaduras en los pies, pero hay trucos que ayudan a evitarlo.

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Eva Carnero

Periodista especializada en bienestar y nutrición

Actualizado a

Pies con chanclas

Las chanclas de dedo suelen producir rozaduras y ampollas.

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¡Cómo sufren nuestros pobres pies con la llegada del verano! Sobre todo, los primeros días de calor. Por estas fechas, de un día para otro, liberamos nuestros pies del calzado de invierno, y sin previo aviso, sustituimos los zapatos cerrados por las sandalias de tiras con la intención de ir más fresquitas y evitar esa incómoda sensación de tener los pies cocidos. 

Nos ponemos las sandalias y nuestros pies tan fresquitos como esperábamos. Sobre todo, si hemos elegido un par del año pasado, ya que están adaptadas a la forma del pie. El problema suele aparecer cuando son sandalias flip flops (o más conocidas como chanclas de dedo). Y si además, las estrenamos, lo más probable es que subamos al nivel de pesadilla.

En esos casos, la mayoría coincidiremos en que, en cuestión de segundos, pasamos de la ilusión por ver lo bien que nos quedan a "¡Oh, dios mío! No puedo dar un paso más". Y es que, es muy habitual que este tipo de sandalias nos produzcan rozaduras las primeras veces que nos las ponemos. 

De hecho, lo habitual es que pasemos de una rojez moderada a una dolorosa ampolla, sin apenas darnos cuenta.

Evitar las temidas rozaduras

Muchas veces, la solución a las rozaduras en los pies es cuestión de tiempo, y asombrosamente, al cabo de 4 o 5 veces de habérnoslas puesto, ya no nos hacen daño. Ahora bien, no hay por qué pasar por ese calvario. Existen numerosos trucos que pululan por las redes y que prometen evitar el daño de las tiras de las sandalias, o al menos reducirlo. Sería difícil quedarse con uno, ya que puede ocurrir que lo que le funciona a una, a otra no le sirva para nada, así que hemos recopilado algunos para que pruebes y te quedes con el que a ti sí te funciona. 

No las uses todo el día

Para que las sandalias se adapten a tus pies es imprescindibles que te las pongas. Ahora bien, si te rozan, es mejor que dosifiques el tiempo que vas a llevarlas puestas, dándoles un respiro a tus pies. Es más, cuando notes que te hacen daño, mejor deja pasar dos o tres días antes de volver a ponértelas. Y, cuando lo hagas, emplea alguna de las medidas que te aconsejamos a continuación. 

Utiliza almohadillas y gel antiampollas

ampollas

En verano, es habitual que las sandalias produzcan rozaduras.

No es necesario que llegues al punto de que te rocen las sandalias o a que te salga una ampolla. De hecho, es mucho mejor que te adelantes y prevengas su aparición poniéndote una almohadilla de gel o aplicándote el gel antiampollas en la zona donde notas las primeras molestias.

Las almohadillas funcionarán como una barrera protectora y evitarán la fricción excesiva, la cual es la principal causante de ampollas y heridas en los pies.

El gel puedes utilizarlo en cualquier zona del pie, incluso entre los dedos, lo cual puede resultar de lo más práctico, ya que muchas veces, las almohadillas no se adaptan bien a la zona que hay que proteger de la fricción. 

Cubre las tiras con un producto antifricción

Otra solución es aplicar una solución antifricción a las sandalias en lugar de hacerlo en el piel. Hay muchos productos en el mercado que crean una barrera de protección entre la piel y las chanclas o sandalias. 

Una solución de este tipo es la vaselina. Prueba a aplicar una pequeña cantidad en la parte de la sandalia que te interesa. Notarás cómo se vuelve más dúctil y suave. Propiedades que puede ir perdiendo a medida que pasen las horas. Si es así, repite la aplicación siempre que lo creas necesario.

Remedios caseros 

Algo más peculiar es el truco de aplicar desodorante a las tiras de la sandalia. Parece que el desodorante actuará como lubricante, reduciendo así el riesgo de que la tira roce constantemente en medio de tus dedos y genere una ampolla. No pierdes nada probando.

Otra de las posibles formas para evitar las dolorosas ampollas es espolvoreando un poco de polvos talco en los pies. Tendrás que hacerlo repetidamente, ya que, en cuestión de horas, el talco irá desapareciendo. 

También puedes aplicar almidón de maíz, también conocido como maicena. Es fácil que tengas este producto en la despensa. La razón por la que puede ayudar a evitar las ampollas es que posee propiedades absorbentes que mantendrán los dedos secos. Y, si no hay humedad, es más difícil que se produzca la fricción, la rozadura y la ampolla. De hecho, por eso, una de las recomendaciones generales para evitar las rozaduras es mantener los pies secos. 

Llévalas a un zapatero

Si a pesar de llevar a cabo todos los trucos que te hemos propuesto, te siguen produciendo rozadura, siempre te queda la opción de llevarlas a un zapatero. Ellos son los únicos que sabrán qué hacer para adaptar tu sandalia y que deje de hacerte daño.