El elixir de la eterna juventud no existe, todavía, y por eso a medida que cumplimos años no nos queda otra que preguntarnos qué podemos hacer para mantenernos más jóvenes. Para muchos, es una cuestión de estética. Un cuerpo en forma y una piel luminosa son los ingredientes esenciales de la juventud. Para otros, sentirse jóvenes va mucho más allá del físico.
Para estas personas que desean tener la vitalidad que tenían años atrás, el hábito del que vamos a hablar hoy es fundamental. Porque no solo consigue hacerte sentir que tienes menos años de los que realmente tienes, sino que además es esencial para tener una buena salud física y mental. ¿Preparada para descubrir el verdadero elixir de la juventud?
Un hábito que puede quitarte 10 años de encima
Recientemente, la Universidad de Estocolmo ha realizado un estudio que buscaba abordar una pregunta que la humanidad lleva siglos haciéndose. ¿Qué hacer para sentirse más joven? Parte de su investigación pasaba por detectar qué elementos hacían sentir mayor a la gente, y cuáles les hacía sentir más jóvenes.
Los resultados son claros. Hay un hábito sencillo, pero a la vez esencial para la salud, que puede quitarte 10 años de golpe. No hablamos del aspecto de la piel o de la forma física, áreas en las que también tiene cierta influencia, sino de la sensación de juventud. De la vitalidad y la energía que creemos perder a medida que crecemos.
Y ese hábito es, sencillamente, dormir bien. Durante la investigación, los datos obtenidos revelaron que las personas que duermen mal, de media se sienten 6 años más mayores de lo que son. Y, sin embargo, cuando han conseguido un sueño reparador, se sienten 4 años más jóvenes.
Si haces las cuentas, te sale el número del milagro. Dormir bien puede hacer que te sientas, de media, 10 años más joven.
¿Por qué es tan importante dormir bien?
Todos hemos escuchado hablar de lo importante que es dormir 8 horas al día, hacerlo en las circunstancias adecuadas y conseguir un sueño reparador. Pero ¿por qué es tan importante?
En realidad, lo que ha descubierto este estudio de la Universidad de Estocolmo tiene mucho sentido. Al dormir bien nos sentimos 10 años más jóvenes porque todo nuestro cuerpo funciona mejor cuando hemos descansado.
Para empezar, durante el sueño, nuestro cuerpo se repara y regenera. Se producen las hormonas que ayudan a reparar los tejidos dañados, se fortalece el sistema inmunológico y se recaptan neurotransmisores tan importantes como la serotonina, que es la hormona encargada de nuestro bienestar emocional (entre otras funciones).
El sueño también es esencial para un buen funcionamiento cerebral. Nos ayuda a concentrarnos, a procesar la información y a tomar decisiones de forma efectiva. La ausencia de un descanso reparador por las noches, por el contrario, puede reducir nuestro rendimiento cognitivo y afecta de forma negativa a la memoria y a la capacidad de aprendizaje.
Y eso no es todo. La falta de sueño también puede aumentar el riesgo de sufrir enfermedades cardíacas y presión arterial alta, según revela recientes estudios. Y es que, durante el sueño, el cuerpo también regula la producción de ciertas sustancias químicas relacionadas con el sistema cardiovascular.
Dormir mal afecta también al metabolismo, afectando de forma negativa al control del peso, y puede reducir la efectividad de nuestro sistema inmunológico. Es durante las horas en las que dormimos cuando nuestro organismo produce las proteínas capaces de hacer frente a las infecciones y a las enfermedades.
Consejos para mantener un buen ciclo de sueño
Lo primero que debes saber es cuántas horas debes dormir al día. Para los adultos, lo habitual suele ser dormir entre 7 y 9 horas diarias, pero en adolescentes y niños la cantidad debe aumentar. Mientras que los primeros deben descansar entre 8 y 10 horas, los segundos oscilan entre las 9 y las 13 horas diarias. Los bebés y los más pequeños de la familia, necesitan más de 12 horas diarias.
Pero lo más importante, en realidad, es que escuches a tu cuerpo. Presta atención a sus señales, lleva un buen control de las horas que descansas, y acabarás averiguando cuál es el número perfecto para ti.
Una vez que sepas cuántas horas necesitas dormir para sentirte descansada, es hora de aplicar otra serie de consejos esenciales para tener un buen ciclo de sueño:
- Establece una rutina. El cuerpo funciona como un reloj. Si te acostumbras a acostarte y levantarte todos los días a la misma hora, incluidos los findes de semana, conseguirás regular tu reloj biológico, y descansarás mejor.
- Crea el mejor ambiente para dormir. Debes intentar que tu habitación esté fresca, oscura y silenciosa. Los tapones para los oídos, los antifaces, las máquinas de ruido blanco y unas cortinas opacas pueden ser tus mejores aliados a la hora de descansar.
- Evita los estimulantes antes de dormir. Aunque hay quienes aseguran poder descansar incluso habiendo tomado un café a las nueve de la noche, no es lo más habitual, ni lo más aconsejable. Durante las últimas horas de la tarde, evita tomar este tipo de bebidas que son estimulantes.
- Practica técnicas de relajación. La respiración consciente, la meditación e incluso el yoga pueden ser algunas buenas técnicas de relajación que utilizar justo antes de ir a dormir.
- Limita las siestas. Aunque no hay nada mejor que una siesta al mediodía para rendir el resto del día, debes intentar reducirla a unos 20 o 30 minutos. Más de una siesta al día, o de mayor duración, puede afectar de forma negativo a tu ciclo de sueño.