El ejercicio con una pelota que recomienda una doctora para activar la circulación y no tener las manos frías

La mayoría de veces tenemos las manos frías porque la sangre se ha dirigido sobre todo a calentar los órganos vitales internos. Si activamos la circulación en las extremidades volveremos a entrar en calor. Una doctora nos explica un sencillo y rápido ejercicio para conseguirlo.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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chica en invierno

Las manos suelen ser una de las partes del cuerpo que se enfría con más facilidad.

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El dicho popular “manos frías corazón caliente” tiene su origen en la creencia de que las personas que tienen las manos frías suelen ser afectuosas y cálidas. Es una forma poética sin el más mínimo rigor científico que busca expresar que no nos dejemos llevar por las apariencias. Una persona puede parecer distante por timidez y luego ser cálida y llena de amor.

El tener las manos frías no es nada agradable y puede tener varios motivos, básicamente relacionados con una mala circulación de la sangre o la bajada brusca de la temperatura.

No esperes mucho a notarlas fríos o te costará más calentarlas. Por fortuna hay maneras sencillas de activar la circulación y la llegada de la sangre a las extremidades.

Por qué tenemos las manos frías

Las manos y los pies son las zonas del cuerpo que más fácilmente se enfrían. Es lógico porque también son las más alejadas al corazón. A la sangre le cuesta más llegar a ellas. Las manos además son una de las zonas más expuestas a la intemperie.

El resultado es que las manos no reciben suficiente sangre para que las caliente y por tanto se quedan más frías. Si tenemos algún problema de circulación, por vasos sanguíneos más estrechos por colesterol, envejecimiento de las arterias o que el corazón no empuja con la misma fuerza, la sensación de frío se agrava.

De todas formas, la mala circulación es la causa más común de manos frías, pero no la única. Los otros motivos más comunes son:

  • Estrés. La hormona del estrés, el cortisol, hace que se contraigan los vasos sanguíneos y se reduzca el flujo sanguíneo.
  • Hipotiroidismo: las tiroides son unas glándulas en el cuello que producen unas hormonas, las hormonas tiroideas, que actúan regulando el metabolismo. Eso incluye el ritmo cardiaco y la temperatura corporal. Una tiroides poco activa provoca un desajuste de la temperatura y las manos son las primeras en notarlo.
  • Enfermedad de Raynaud: esta enfermedad estrecha en exceso los vasos sanguíneos en respuesta al frío. Las manos y pies fríos son uno de los síntomas más evidentes. Es común sobre todo en mujeres de entre 20 y 40 años. Suele dejar marcas blancas y azuladas en la piel afectada.

Ejercicio para una buena circulación

Sea cual sea el problema, todo confluye en una peor circulación de la sangre. Para poder entrar rápidamente en calor basta con reactivar esa llegada de la sangre. La doctora Blanca Rodríguez Ayala nos aconseja seguir este sencillo ejercicio.

Necesitarás una pelota de goma, algo más blanda que las de tenis. También puedes usar una crema hidratante para el masaje si quieres que te resulte más fácil la fricción.

  • Aprieta la pelota durante un minuto con una mano. Repite lo mismo con la otra mano.
  • Con los dedos índice y pulgar de una mano ve haciendo masajes, como amasando, cada uno de los dedos de la mano contraria. Comienza por la punta y dirige ligeramente la piel hacia la mano. Cuando termines con una mano, empieza con la otra.
  • Junta los dedos de una mano y realiza sobre ella el mismo amasamiento. Esta vez utiliza todos los dedos de la mano que masajea para abarcar toda el área. Siempre en la misma dirección: desde la punta hasta el nudillo. No te quedes solo en la mano, alarga el movimiento por el antebrazo y llega hasta el codo.

Por qué se me enfrían en la cama

Un caso más puntual es que se te enfríen las manos y/o los pies cuando estás en la cama. Podría parecer extraño justo cuando estás más tapado. No lo es. Tiene una explicación muy sencilla y no debes preocuparte si te ocurre.

Al entrar en la cama, normalmente hemos cambiado de vestuario. Nos hemos quitado la ropa de abrigo y nos ponemos una nueva, el pijama. En ocasiones, ni eso: preferimos dormir desnudos.

En ese momento el cuerpo cambia la temperatura y se ha de aclimatar. La cama también está fría. Aunque te tapes tu cuerpo está perdiendo calor. Nuestro organismo, que es sabio, se concentra en llevar la sangre y dar calor a la parte central donde están los órganos vitales. Es por ello por lo que puedes notar ese súbito bajón de temperatura en pies y manos.

A veces nos despertamos de madrugada y notamos que tenemos las manos y los pies fríos. Aquí también hay una explicación similar. Durante el sueño todo el organismo se enlentece. La circulación de la sangre disminuye y baja la temperatura corporal. De nuevo, la sangre se concentra en los órganos internos y puede reducir la de las extremidades.