¿Te ha pasado alguna vez que, tras una caminata, vuelves a casa con la parte interna de los muslos casi en carne viva? Es algo muy habitual, pues la piel del interior de los muslos es bastante sensible y con la fricción (con los propios muslos o con la ropa) puede irritarse. Además, situaciones como las temperaturas elevadas, la humedad o practicar determinados tipos de ejercicio lo favorecen.
La irritación de la cara interna de los muslos puede llegar a ser muy molesta y dolorosa y, además de enrojecimiento y ardor en la piel, puede llegar a provocar ampollas. Afortunadamente, es mucho lo que puedes hacer por tu cuenta para evitar o aliviar esta situación. Te damos todas las claves.
Qué factores influyen en la aparición de rozaduras en los muslos
Las rozaduras entre los muslos son algo muy frecuente, tanto en hombres como en mujeres, que ocurre aun más en verano, cuando hace mucho calor o el ambiente es más húmedo, puesto que el sudor favorece la irritación en la zona. Otros factores que influyen en su aparición incluyen:
- Practicar ejercicio, en especial el que implica una fricción repetida entre los muslos, como correr o caminar.
- Usar ropa fina o que no se ajuste bien al cuerpo (ya sea porque queda demasiado apretada o muy holgada), pues aumenta el roce.
- Usar poca ropa, como ocurre en los meses de verano en los que el calor hace que llevemos prendas más cortas como los shorts, las minifaldas o los bañadores, que dejan la cara interna de los muslos al descubierto y permiten el roce la piel desnuda, algo que hace más probable la irritación.
- Tener sobrepeso u obesidad hace que las rozaduras en los muslos sean más frecuentes porque hay más contacto y fricción entre los piernas, aunque es algo que puede ocurrir en personas con cualquier tipo de cuerpo.
- Tener la piel seca o sensible, o alguna enfermedad que afecte a la barrera cutánea, favorece también la irritación de la piel.
Aunque los muslos son la parte del cuerpo donde suelen ocurrir las rozaduras con más frecuencia, no son las únicas. Pueden ocurrir en cualquier zona, en especial en las ingles, las axilas y los pezones.
Cómo evitar las rozaduras entre los muslos
Para evitar la irritación de la piel de los muslos, la clave está en disminuir la fricción sobre la zona y lo puedes conseguir siguiendo algunas recomendaciones, como estas que propone la Dra. Debra Jaliman, renombrada dermatóloga estadounidense:
- Usa polvos de talco: mantener la piel seca es fundamental, pues un ambiente húmedo favorece y empeora la irritación. Antes de salir a caminar, aplícate polvos de talco entre los muslos para eliminar y prevenir la humedad.
- Cámbiate de ropa: si tienes la ropa mojada de sudor, cámbiatela lo antes posible para evitar que la humedad empeore la irritación.
- Usa un lubricante: como alternativa a los polvos de talco, puedes aplicar entre los muslos un lubricante (ya sea vaselina, muy económica y fácil de encontrar, u otro producto similar) para ayudar a reducir la fricción en la piel.
- Usa la ropa adecuada: para evitar roces es fundamental que la ropa se adapte bien a tu cuerpo (que no te quede ni demasiado pequeña ni demasiado grande) y que absorba bien la humedad. La Dra. Jaliman recomienda usar pantalones de tipo ciclista (cortos, pero no demasiado, y ajustados a la piel) para reducir la irritación en los muslos.
Qué hacer si ya te ha ocurrido
Si ya tienes la irritación en los muslos, para que no vaya a más es importante, hasta que se cure, evitar aquello que lo causó. Por ejemplo, si fue algún tipo ejercicio, deberías dejar de practicarlo al menos durante unos días. También conviene limitar lo máximo posible el movimiento (es decir, caminar) durante unos días para que la piel descanse y la irritación pueda curarse.
Las rozaduras en los muslos suelen empezar provocando picor y escozor en la zona afectada. Después, ocurre el enrojecimiento de la piel y, si el roce persiste y no se protege bien la zona afectada, puede aparecer una herida o ampollas que debemos curar de manera adecuada para evitar infecciones.
Es esencial mantener la piel limpia (puedes lavarla con agua y un jabón suave) y, sobre todo, seca. Para ello, usa una toalla limpia y suave y no te frotes la zona, pues una fricción intensa empeorará la situación. Debes secar la piel dando pequeños golpes suaves con la toalla.
La vaselina, además de evitar la irritación, también puede ayudar a aliviarla si ya te ha ocurrido. Aplícate una fina capa entre los muslos cuando tengas la piel perfectamente limpia y seca.
Por otro lado, usar una crema de aloe vera o de extracto de caléndula puede ayudarte a calmar la piel irritada.
Si la irritación no desaparece pasados unos días, va a más, duele, tienes la piel hinchada o te sangra, consulta a tu médico o dermatólogo para que te recete el tratamiento más adecuado.