Qué caminar ayuda a bajar los niveles de azúcar en sangre es bien sabido y las razones son varias. El ejercicio regular puede aumentar la sensibilidad del cuerpo a la insulina. Esto significa que las células absorben la glucosa de manera más eficiente, lo que ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre. Durante el ejercicio, los músculos en movimiento utilizan la glucosa como fuente de energía, de manera que se acumula menos en el torrente sanguíneo.
Además, caminar también es un gran aliado para reducir el estrés y esto tiene un impacto positivo en los niveles de azúcar en sangre porque el estrés libera hormonas como el cortisol que interfieren con la capacidad del cuerpo para regular la glucosa. En resumen, caminar es una forma efectiva de controlar los niveles de azúcar en sangre. Y si además lo haces a una hora concreta resulta aún más efectivo.
La hora perfecta
Un estudio realizado por investigadores de la Universidad de Limerick, en Irlanda, ha demostrado que caminar justo después de comer ayuda a reducir los niveles de azúcar en sangre. Lo interesante es que no se necesita un esfuerzo extenuante, ¡ni siquiera se trata de hacer ejercicio! Simplemente levántate de la silla y da un paseo a un ritmo moderado entre dos y cinco minutos. Entre una hora y hora y media después de comer, los niveles de azúcar en sangre tienden a subir. Evitar picos altos en estos niveles es esencial para reducir el riesgo de diabetes y problemas cardiovasculares.
Así que, la próxima vez que termines tu comida, en lugar de acomodarte en el sofá o quedarte sentado en tu silla, considera dar un pequeño paseo. Ha de ser a buen ritmo (“intensidad ligera”), lo que no quiere decir correr. Simplemente que no sea lento ni con paradas.
Levantarse de la mesa ya ayuda
Te lo ponemos más fácil. El estudio constató que el simple gesto de dejar de estar sentado y levantarse ya aporta mejoras para el organismo y nuestra salud. Y no es solo porque dejarás de picar y comer dulces, que es lo que suele pasar en las sobremesas largas.
Es mejor estar de pie que pasar de la mesa al sofá. "El levantarse después de las comidas redujo la glucosa un promedio de 9,5% frente a los niveles de las personas que siguieron sentadas”, explicaba el coautor del estudio Aidan Buffey, del Health Research Institute.
Tampoco nos engañemos. Es mucho mejor el paseo. Si nos levantamos ya mejoramos los niveles de azúcar. Y si además caminamos obtenemos más beneficios: los niveles de glucosa suben y bajan más gradualmente; también conseguimos unos niveles más estables de insulina, la hormona que permite convertir el azúcar en energía para el cuerpo.
Procura hacer ejercicio intermitente
Por si te ha pasado desapercibido, fíjate que el estudio no habla de que des un paseo al día y ya está. Dice que nos levantemos después de cada comida. Lo que han analizado es el beneficio acumulativo.
Los investigadores buscaban sobre todo comprobar los beneficios de no estar demasiado rato sentados a lo largo de toda la jornada. Por eso pidieron a los voluntarios que intentaran hacer estos pequeños paseos. “Al final del día habían acumulado aproximadamente unos 28 minutos caminando”, relata el profesor Buffey.
Es un pequeño sacrificio para los que no quieren o pueden hacer un ejercicio más intenso y prolongado. Y vale la pena. “Los paseos intermitentes de intensidad ligera durante todo el día consiguieron una reducción de la glucosa, en un promedio del 17% respecto a los sedentarios”, concluye Buffey.
Se habla mucho del ayuno intermitente y poco de este efectivo consejo. Haz ejercicio intermitente. No estés horas seguidas sentado. Levántate de vez en cuando. Sube escaleras o haz sentadillas o muévete por el pasillo.
“Las personas que son físicamente activas más de 20 minutos al día reducen en un tercio el riesgo de morir respecto a las personas inactivas”. Así de claro lo dejan los médicos estadounidenses en un informe.