Se estima que un 74% de las mujeres sufren una fatiga anormal (no provocada por un desgaste físico) en algun momento de su vida, algo que el endocrinólogo J. Esteban Velasco describía como "un cansancio físico de tal magnitud que es difícil de sobrellevar (y de describir) y que, como es incomprendido, te hace sentir culpable”.
Notar un cansancio constante sin causa aparente no tiene por qué convertirse el algo a lo que nos resignamos: hallar la causa es el primer paso para encontrar una solución.
Por qué puedes sentirte más agotada
En general, se considera que el cansancio al final del día está provocado por la actividad o el estrés, pero si aparece ya a primera hora de la mañana, antes de haber hecho ninguna actividad, se hace necesario buscar otras causas que la provoquen.
- La edad influye en el cansancio. Cuando descansamos, el cuerpo “carga las pilas” y repara los tejidos. Pero con el paso de los años el propio desgaste del organismo hace que este proceso sea menos efectivo. Así, es lógico que a medida que la edad aumenta, nos cueste más recuperar la energía durante el reposo.
- Tu mente puede estar engañándote. Si tienes muchas responsabilidades, puede que te despiertes pensando ya en lo duro que va a ser tu día. Pero ten en cuenta que, según la Universidad de Zurich (Suiza), si el cerebro detecta un sobreesfuerzo envía señales al cuerpo para que reduzca el rendimiento y ahorre energía. Así, tu propia percepción de sobrecarga puede hacer que tu mente dé la orden de sentirte fatigada.
- El cansancio puede indicar un trastorno de salud. A medida que pasan los años aumenta el riesgo de sufrir dolencias y el excesivo cansancio podría alertarte de que esto está ocurriendo.
Trastornos que pueden estar tras el cansancio
Es normal que te sientas cansada tras realizar una intensa actividad física, pero si esta falta de energía es constante o no responde a un esfuerzo real es muy posible que se deba a alguna alteración del organismo.
Lo primero que hay que descartar es un hipotiroidismo oculto, que es la causa más frecuente del cansancio, y para confirmarlo hay que realizar un análisis del perfil tiroideo. Se confirma este trastorno si en la analítica la hormona TSH está por debajo de 2,5. De lo contrario, hay que seguir buscando qué causa la fatiga.
A continuación, te mostramos algunos de los múltiples trastornos que pueden provocar cansancio y los síntomas asociados:
Pérdida de sangre o mala circulación
Una pequeña pérdida de sangre (por una gastritis, una úlcera gastroduodenal, hemorroides, una menstruación demasiado abundante...) dificulta la llegada de oxígeno a los músculos, lo que provoca cansancio.
Ese mismo efecto se produce si la sangre no se distribuye bien debido a una función cardiaca insuficiente o incluso a la presencia de colesterol (que favorece la arteriosclerosis) o a una alteración de la tensión.
Mala calidad del sueño
Es durante el sueño cuando los tejidos “se reparan” y tu cuerpo reduce su metabolismo para ahorrar energía. No obstante, a veces no es el dormir poco lo que causa el cansancio, sino el dormir mal.
Las apneas del sueño impiden o dificultan que el oxígeno llegue a los pulmones durante el sueño y eso hace que no funcionen del todo bien por lo que tu descanso no es reparador.
En este caso se suele padecer también hipertensión, somnolencia durante el día y, en algunas ocasiones, también dolor de cabeza. Asimismo son habituales los problemas de memoria.
El problema es que te falta el aire
La falta de oxigenación del organismo es un motivo habitual, aunque poco conocido, del cansancio. Se sabe que los fumadores son más propensos a padecer fatiga, aunque también el respirar mal puede dificultar la llegada de oxígeno a los pulmones, por lo que todo tu organismo funciona mal y te fatigas.
Las personas con sobrepeso u obesidad suelen tener tendencia a padecer problemas de oxigenación, ya que se oprime el pulmón, limitando su movimiento.
En este caso aparece sensación de ahogo. Los silbidos alertan de una mala respiración y la halitosis ocurre en personas que respiran por la boca.
Déficit de alguna vitamina
Las vitaminas se encargan deregular muchos de los procesos biológicos y por eso su disminución te impide estar al cien por cien. Puede que tu alimentación no sea del todo equilibrada, aunque también un problema en el proceso de absorción intestinal podría ocasionar que no obtengas las vitaminas necesarias.
En este caso es posible que observes también una paulatina pérdida de masa muscular y una mayor tendencia a padecer resfriados debido a la bajada de las defensas.
Efecto de algún fármaco
Quizá no hayas reparado en que el motivo de tu cansancio podría deberse a que estás tomando algún medicamento que puede tener entre sus efectos secundarios la somnolencia o la fatiga.
Ten en cuenta que los antihistamínicos para las alergias y los anti-hipertensivos para regular la presión arterial pueden tener estos efectos. Los sedantes y los antidepresivos, que actúan deprimiendo y retardando las funciones del cuerpo, también a veces ocasionan cansancio extremo.
Asimismo, abusar de los laxantes y los diuréticos es otra causa del agotamiento físico porque provocan deshidratación y eso afecta al rendimiento muscular.
En este caso, releer el prospecto de las medicinas que tomas habitualmente puede servirte para averiguar si alguno de ellos está causando tu fatiga. Ante la duda, consulta con tu médico y explícale tus síntomas para que pueda recomendarte otro más adecuado.
Sentir dolor también cansa
Las personas que padecen enfermedades que afectan a las articulaciones, como la artritis o la artrosis, suelen percibir cansancio habitualmente. Aunque no se sabe exactamente por qué se da esta relación, se sospecha que tiene que ver con la presencia de dolor nocturno en estas personas, que impide que descansen correctamente.
En este caso el dolor articular y las dificultades de movilidad son los síntomas predominantes en ambas enfermedades. Consulta con tu reumatólogo.
Qué sucede si la fatiga es crónica
La fibromialgia y el síndrome de fatiga crónica son dos trastornos de la salud denominados “complejos” porque en su desarrollo influyen aspectos genéticos pero también ambientales. Se trata de dos enfermedades distintas pero los síntomas que se perciben son muy similares.
La presencia de cansancio generalizado es común en ambas, debido entre otras cosas a los trastornos del sueño que provoca. En este caso la fatiga es solo uno de los síntomas que se perciben y es el dolor generalizado el que más incapacita.
Las personas con síndrome de fatiga crónica están agotadas sin causa durante meses y pueden llegar incluso a no poder levantarse de la cama o vestirse.
En el caso de la fibromialgia se presenta dolor generalizado con múltiples puntos “gatillo”, es decir, zonas localizadas muy sensibles al dolor.
El cansancio Puede ser por una anemia sin tratar
Suele darse por una hemorragia interna y provoca una disminución de la hemoglobina, una proteína de los glóbulos rojos encargada de transportar el oxígeno por todo el organismo. Como los músculos no lo reciben bien (y lo necesitan para trabajar) su rendimiento baja y aparece el cansancio.
En este caso además de la fatiga, puedes padecer dolor de cabeza, falta de aire y problemas para concentrarte.
Estar excesivamente pálida también es un síntoma de un descenso de hemoglobina.
Tu glucosa está descontrolada
La diabetes tipo 2 hace que las células sean menos capaces de utilizar la insulina, la hormona que le permite obtener la energía a partir de la glucosa. Por eso, cuando hay diabetes–y no se controla– puede aparecer la fatiga. Si la glucosa está muy baja (hipoglucemia) ocurre lo mismo ya que las células tampoco obtienen suficiente energía.
- Con la diabetes aumenta la excreción de orina, la sed, el apetito y hay pérdida de peso.
- Con la hipoglucemia se presenta ansiedad, mareos, irritabilidad o temblores.
¿Y si el origen del cansancio es un cáncer?
Cuando se desarrolla un cáncer en el cuerpo se inicia un proceso de reacciones (las células del tumor se multiplican sin control) que pueden llegar a alterar el organismo y eso en algunas ocasiones puede causar cansancio extremo.
La fatiga está especialmente relacionada con los cánceres que causan pérdida crónica de sangre, como el de colon o el de estómago. Aunque, en general, la presencia de un tumor puede provocar una reducción de glóbulos rojos, es decir, anemia.
En este caso la fatiga aparece de repente, impide realizar actividades cotidianas y empeora con el tiempo. Además, suele darse una pérdida de peso injustificada y aparecer dolor u otras señales específicas en función de la localización del cáncer