¿Hace tiempo que te sientes agotada y por más que descanses no recuperas tu bienestar? Multitud de fármacos pueden provocar cansancio crónico como efecto secundario.
No solo ocurre, como cabría esperar, con los que inducen el sueño o están diseñados para “tranquilizarnos”. Muchos otros pueden arrebatarte tu energía sin que sospeches de ello.
Las estatinas pueden influir
Según la prestigiosa Clínica Mayo (EE. UU.), una de las quejas más habituales entre quienes toman estatinas contra el colesterol es el cansancio.
Los fármacos para bajar el colesterol afectan a los músculos
De hecho, se ha comprobado que el 15% de quienes las toman dicen sentirse así. Y es que favorecen una inflamación de la fibra muscular que provoca debilidad.
Además, estos mismos científicos vieron que en este caso el agotamiento puede tardar en aparecer. Así, es posible percibir el síntoma cuando ya hace algún tiempo que se están tomando las estatinas.
¿Y si es por los antiácidos?
A menudo las personas recurren al omeprazol para tratar las digestiones pesadas. Sin embargo, este fármaco reduce la producción de ácido del estómago, necesario para absorber el calcio.
Abusar del omeprazol provoca agotamiento
El abuso de este medicamento lleva a una reducción gradual del calcio que hay en el organismo y una de las señales de esta carencia es precisamente la aparición de cansancio, debilidad y falta de energía.
Quizá es por el antihipertensivo
Muchas personas dicen sentirse agotadas tras empezar a tomar betabloqueantes contra la hipertensión arterial.
Y hay una razón lógica que explica esta realidad: este tipo de antihipertensivo anula el efecto de la adrenalina con la intención de desacelerar el ritmo cardiaco. Esta hormona es estimulante y al estar “bloqueada” deja de actuar.
Betabloqueantes y diuréticos pueden causar abatimiento
Los diuréticos, que también se utilizan para regular la tensión, pueden asimismo causar un desequilibrio en los minerales del organismo que acabe generando fatiga.
- Si te ocurre a ti. Esto no significa que debas dejar la medicación por tu cuenta y riesgo. Simplemente, informa a tu médico sobre la aparición de este síntoma. A veces es posible reducir un poco la dosis para evitar este molesto efecto.
Así afectan los antihistamínicos
Bloquean la histamina (un neurotransmisor responsable de los síntomas que provoca una alergia) deprimiendo el sistema nervioso central. Como consecuencia, ejercen un gran efecto sedante.
Hoy en día se comercializan antihistamínicos de segunda generación, los conocidos como “no sedantes”, que a pesar de su nombre y de que no afectan de forma tan aguda al sistema nervioso central, sí tienen cierto efecto relajante y en algunos casos pueden hacer que te sientas más cansada de lo habitual.
- Si te ocurre a ti. En caso de sufrir alergia, por ejemplo al polen, y te los recetan, conviene que los tomes justo antes de acostarte para que la somnolencia no repercuta en tu vida diaria.
Los fármacos para LA DEPRESIÓN “roban” energía
Algunas personas, al ser tratadas con medicamentos para mejorar el estado de ánimo, se sienten igualmente cansadas. Puede ser un efecto secundario.
- Los antidepresivos. Los fármacos que se recetan para mejorar el estado del ánimo interfieren directamente en la producción de serotonina, una hormona estrechamente relacionada con el sentimiento de felicidad pero que, a su vez, interviene en los procesos del sueño. Por eso pueden provocar cierto abatimiento.
Regulan ciertas sustancias químicas del cerebro y eso puede llevar al cansancio
- Los ansiolíticos. El cansancio y la somnolencia son (entre otros) dos de los efectos secundarios más habituales de los ansiolíticos. Ocurre porque actúan promoviendo que el cerebro libere un químico (GABA) que da la “orden” al cuerpo de relajarse. Entre todos ellos, el lorazepam es el que mayor efecto sedante tiene.
Todos, en exceso, te “fatigan”
El abuso de fármacos puede suponer una carga para el hígado, que se ocupa de filtrar los residuos que estos vierten al organismo para que esté “limpio”.
Cuanto más dura un tratamiento, más riesgo hay de cansancio
El hígado también realiza funciones metabólicas. Por ello, el proceso de obtención de energía depende directamente de su salud.
Cuando está “ocupado” durante mucho tiempo filtrando los restos de los fármacos, no puede realizar tan eficientemente su función metabólica y es normal que se presente malestar general y cansancio.
Es más fácil que esto ocurra si se toman muchos a la vez, durante mucho tiempo y en mayores dosis. Si detectas este síntoma, informa a tu médico sobre la situación.