En muchos casos, el infarto se podría evitar con unos hábitos de alimentación y ejercicio saludables y abandonando el tabaco, porque se evitarían los principales factores de riesgo de que ocurra: la hipertensión, unos niveles elevados de colesterol o triglicéridos, y la diabetes.
Además de evitar los factores de riesgo, en caso de que haya un infarto es clave saber reconocer rápidamente los síntomas y buscar atención médica de forma inmediata para no tener consecuencias fatales.
Por qué ocurre el infarto
El infarto ocurre cuando se bloquea el flujo de sangre (y el oxígeno que esta transporta) a una parte del corazón, lo que daña este órgano y puede tener graves consecuencias, incluso la muerte.
La causa más habitual de este bloqueo es la enfermedad de las arterias coronarias, que sucede cuando se acumula placa en las arterias, que las estrecha y reduce el flujo sanguíneo. Cuando la placa en una arteria se rompe, puede formar un coágulo sanguíneo que bloquee el flujo sanguíneo al músculo cardíaco.
El bloqueo del flujo de sangre priva al corazón de oxígeno y nutrientes y, si no se reestablece de forma rápida, la zona del corazón afectada comienza a morir. Cuanto más tiempo dure el bloqueo, más daño se producirá al corazón.
Los principales factores de riesgo del infarto son el colesterol alto y la hipertensión. De hecho, se calcula que un 50,5% de las personas adultas tiene el colesterol alto en España y que se producen unos 72.000 accidentes cardiovasculares debido a la hipercolesterolemia.
Síntomas del infarto
El principal síntoma del infarto, tanto en hombres como en mujeres, es un dolor opresivo en la zona del esternón, en medio del pecho, que puede irradiarse a la mandíbula, espalda, brazo izquierdo (o derecho). También puede subir hacia el cuello y provocar un fuerte dolor de cabeza, acompañado de ganas de vomitar.
El dolor puede ir acompañado de sudor intenso, frío, problemas para respirar y mareos.
Aunque los principales síntomas son iguales para ambos sexos, en las mujeres suelen haber más síntomas adicionales como mareos, vómitos y malestar general, que pueden confundir con otras patologías.
El infarto cuesta más de diagnosticar en las mujeres
Las mujeres tienden más a desestimar sus síntomas o atribuirlos a trastornos menos graves, como la ansiedad o el estrés. Además, se suele pensar que el infarto es más frecuente en los hombres, con lo que nos suelen pensar que las señales de alerta puedan deberse a ello.
Además, en algunos casos (en especial en las personas con diabetes) el infarto no provoca síntomas y se nota únicamente como un corte de digestión.
Todo ello lleva a que las mujeres tarden unos 139 minutos más en llegar a Urgencias que los hombres.
Conviene estar atento a los signos raros y nuevos, que nunca hayas experimentado, y buscar ayuda médica ante cualquier duda.
Qué hacer en caso de infarto
Actuar rápido hará que las consecuencias del infarto sean menores y aumentará las probabilidades de sobrevivir. Hay que tener en cuenta que la mayoría de las muertes ocurre en la primera hora desde que se notan los primeros síntomas, así que no hay que perder tiempo.
En un 75% de los casos, el infarto ocurre en casa y lo primero que hay que hacer es llamar al 112, donde pondrán en marcha el llamado “Código Infarto” y te trasladarán al hospital cercano que mejor pueda atenderte.
Hay que escuchar atentamente las indicaciones de los profesionales del 112 y seguir los pasos que te digan, ya sea esperar a que llegue la ambulancia o, en caso de que estés en la calle y esté muy cerca, ir al hospital.