Apnea del sueño: soluciones para un trastorno común con graves riesgos para salud

La apnea provoca un sueño interrumpido y una disminución de los niveles de oxígeno en la sangre y, si no se trata, puede aumentar el riesgo de diversas enfermedades.

Diana Llorens
Diana Llorens

Redactora especializada en salud, nutrición y bienestar

Dr. Francisco Marin
Dr. Francisco Marín

Médico de Atención Primaria

Actualizado a

apnea del sueño

La somnolencia diurna y el cansancio son señales de alerta de la apnea del sueño. 

iStock

Los ronquidos y tener mucho sueño durante el día son dos de las principales señales de alerta de la apnea del sueño, un trastorno mucho más habitual de lo que pensamos y que, si no se trata, puede tener graves consecuencias para la salud.

Los casos de apnea obstructiva del sueño han aumentado de forma alarmante en los últimos años, más de un 45% en la última década, y a día de hoy más de siete millones de españoles que lo sufren este trastorno, de acuerdo con la Sociedad Española de Otorrrinolaringología y Cirugía de Cabeza y Cuello (SEORL-CCC).

Pese a ser la segunda enfermedad respiratoria más frecuente y el segundo trastorno del sueño más prevalente, se estima que cerca de dos millones de casos están sin diagnosticar.

Qué es la apnea obstructiva del sueño

La apnea del sueño es un trastorno respiratorio que se caracteriza por interrupciones en la respiración durante el sueño, que pueden durar unos segundos o hasta un minuto y pueden ocurrir varias veces durante la noche. Esto tiene como consecuencia un sueño interrumpido y una disminución de los niveles de oxígeno en la sangre.

Hay dos tipos principales de apnea del sueño:

  • La apnea obstructiva del sueño es la forma más frecuente y ocurre cuando los músculos de la garganta se relajan demasiado durante el sueño y bloquean las vías respiratorias.
  • La apnea central del sueño es algo mucho más raro que ocurre cuando el cerebro no envía las señales adecuadas a los músculos que controlan la respiración, con lo que esta se detiene.

La apnea es mucho más habitual en los hombres que en las mujeres (entre 2 y 3 veces más) y puede variar en intensidad (leve, moderada o severa) en función de la duración y la frecuencia de las interrupciones de la respiración.

Riesgos de la apnea del sueño

Apnea del sueño ficha

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Si no se trata, la apnea del sueño puede comportar graves consecuencias para la salud. A medio y largo plazo puede provocar cambios en la presión sanguínea y aumenta el riesgo de sufrir hipertensión (según datos del Instituto del sueño, más del 40% de las personas con apnea sufren hipertensión). Las personas con apnea tienen también más riesgo de infarto, ictus, diabetes y muchas otras enfermedades crónicas.

Además, puede acelerar el proceso de envejecimiento biológico, según un estudio de 2022 de la Universidad de Missouri-Columbia. Esto significa que acelera el envejecimiento de las células, lo que se relaciona con la mortalidad en general y con las enfermedades crónicas.

"El envejecimiento biológico es un deterioro complejo. La apnea obstructiva del sueño conduce a la activación y propagación del estrés oxidativo y las vías inflamatorias sistémicas, imitando esencialmente el envejecimiento biológico acelerado", explicó a Saber Vivir el profesor Rene Cortese, primer firmante del estudio.

Síntomas de la apnea del sueño

La obstrucción de las vías respiratorias provoca fuertes ronquidos seguidos de silencios (las apneas) durante la noche, que interrumpen el sueño y pueden ser el primer signo de alerta de que hay un problema para las personas que comparten cama con el afectado.

Otros síntomas frecuentes son:

  • La somnolencia y el cansancio durante el día, debido a la falta de un descanso reparador.
  • Dolores de cabeza durante la mañana.
  • Dificultad para concentrarse.
  • Cambios de humor.

    Factores de riesgo de la apnea obstructiva del sueño

    La obesidad es el principal factor de riesgo de la apnea del sueño. De hecho, 7 de cada 10 pacientes con apnea del sueño sufren obesidad, según datos de la Sociedad Española del Sueño, y se calcula que un aumento del 10% en el peso corporal multiplica por 5 las probabilidades de desarrollar apnea obstructiva del sueño de moderada a severa.

    Del mismo modo que la obesidad es el primer factor de riesgo de la apnea, perder peso podría ser la mejor solución. Así lo afirma un estudio del Hospital de Bellvitge de Barcelona que demostró que adelgazar puede conseguir que 3 de cada 10 pacientes con apnea puedan dejar de llevar mascarilla para dormir (CPAP), el principal tratamiento para este trastorno, y reducir la gravedad de la apnea en el 60% de los casos.

    Otros factores de riego de la apnea del sueño incluyen:

    • Alteraciones anatómicas de las vías respiratorias altas que dificultan la respiración al dormir
    • El tabaco: se estima que los fumadores tienen 3 veces más posibilidades de sufrir apnea del sueño que las personas que no fuman.
    • La edad: mientras que se calcula que entre un 6% y un 8% de la población sufre apnea del sueño, la cifra asciende hasta el 20% en los mayores de 65 años.
    • El sedentarismo: un estudio de 2021 publicado en el European Respiratory Journal observó que las personas que pasan más de cuatro horas al día sentadas viendo televisión tenían un 78% más de riesgo de apnea obstructiva que las menos sedentarias.

      La apnea se puede tratar

      La apnea del sueño puede ser difícil de detectar si la persona duerme sola y nadie le alerta de que ronca o tiene interrupciones en la respiración durante el sueño, pero una vez diagnosticada se puede tratar.

      El tratamiento estándar es mediante la CPAP (presión positiva continua en las vías respiratorias), un dispositivo que suministra aire a través de una máscara y que se usa mientras la persona duerme para evitar las interrupciones en la respiración.

      También hay férulas que ayudan a reposicionan la mandíbula y la lengua para mantener abiertas las vías respiratorias, y en los últimos años existe también la opción de implantar un chip neuroestimulador que actúa sobre el nervio que controla el movimiento de la lengua y evita que bloquee el paso del aire durante el sueño.

      Sin embargo, no hay que olvidar que seguir unos hábitos saludables, que incluyan una alimentación correcta, la práctica regular de ejercicio, mantener un peso adecuado y evitar el tabaco y el alcohol pueden hacer mucho para evitar o revertir las apneas.

      En los casos más graves, se puede valorar la opción quirúrgica para eliminar el tejido que bloquea las vías respiratorias o para corregir problemas estructurales.