Científicos demuestran que el agua con gas ayuda a adelgazar

Algunos estudios apuntaban que el agua con gas era más adecuada en una dieta de adelgazamiento porque ayudaba a tener sensación de saciedad. Sin embargo sus resultados no eran concluyentes. Una nueva investigación ha aportado nuevas evidencias de los beneficios del agua carbonatada para mantener la línea o incluso perder peso.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

Actualizado a

Mujer y agua con gas

El agua con gas puede actuar en el metabolismo evitando acumular grasas.

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El agua carbonatada, más conocida como agua con gas, ha sido recomendada con frecuencia como una bebida alternativa para las personas que se “aburren” bebiendo solo agua. Da sensación de que bebes un refresco sin llegar a serlo.

El gas no aporta ningún otro nutriente distinto al agua natural. Ese gas, que puede ser añadido o provenir de manantiales naturales, se creía hasta ahora que se eliminaba en el sistema digestivo, sin que el cuerpo absorba nada. Eso llevó a algunos nutricionistas a empezar a recomendarlo dentro de las dietas de adelgazamiento.

Ese efecto de “engaño” para no consumir refrescos azucarados es uno de los motivos por los que se creía que podían resultar efectivas en este tipo de dietas. Otra razón estudiada era que podría aumentar la sensación de saciedad.

El gas puede llenar el estómago y mandar señales de saciedad. Sin embargo, los estudios no fueron concluyentes. No todos las personas experimentaban la misma sensación.

El gas impacta también en el metabolismo

Un nuevo estudio, realizado por científicos del Hospital de Neurocirugía Tesseikai, en Japón, han aportado otras explicaciones científicas que pueden corroborar la conveniencia de tomar agua con gas si se quiere perder peso.

Los investigadores comprobaron que el agua con gas aumenta la absorción del azúcar en sangre por parte de los glóbulos rojos. Este estudio sostiene que el dióxido de carbono presente en el agua sí realiza una función en el organismo: se absorbe y se convierte en bicarbonato. Esto hace que se reduzca la acidez de la sangre y facilita la absorción de la glucosa (el azúcar).

Si los glóbulos rojos absorben la glucosa más rápidamente significa que la glucosa se utiliza de manera más efectiva como fuente de energía, en lugar de almacenarse como grasa.

Además, un mejor control de los niveles de glucosa en sangre puede ayudar a prevenir picos de insulina, que están asociados con el almacenamiento de grasa y el aumento de peso. Todo esto ha llevado a los investigadores ha proponer el agua con gas como ayuda en el control de peso.

No es una solución muy efectiva

De todas formas, antes de que nos lancemos todos a tomar agua con gas en todas las comidas, hay que precisar que los propios autores del estudio han admitido ciertas limitaciones en su descubrimiento.

Los efectos que han observado consideran que son concluyentes, aunque tan pequeños que no puede considerarse que el agua gasificada sea en sí un método de adelgazar. Solo es una pequeña ayuda.

No se conocen los efectos a largo plazo de beber grandes cantidades de agua carbonatada y no podemos establecer si los beneficios superan a los inconvenientes”, han matizado los autores del estudio.

Tampoco todos los expertos están de acuerdo sobre este hallazgo. El profesor Keith Frayn, de la Universidad de Oxford, expresaba su escepticismo, en un artículo del diario The Times. Apunta que aportan suficientes datos que lo respalden y cree poco probable que el resultado suponga pérdida real de peso.

Qué otros beneficios aporta el agua con gas

Por si fuera poco, hay otras estudios, también con una evidencia relativa, que sostienen que las bebidas carbonatadas estimulan la grelina, la hormona del apetito. Así, el efecto sería el contrario. Beber agua con gas nos animaría a comer más.

Eso no debería desanimarnos a recurrir al agua con gas. Sigue siendo una buena opción de ayuda en las dietas. No bebas solo agua con gas, pero siempre es mejor que un refresco azucarado. Además, se han observado otros beneficios para la salud:

  • Mejora la capacidad de tragar en personas sanas e incluso en pacientes con disfagia.
  • También puede aliviar la dispepsia o malestar estomacal.
  • Si es agua mineral natural, aporta nutrientes. Puede contribuir a la cantidad diaria de minerales esenciales como calcio y magnesio que necesita el organismo.

Pero recuerda que estos nutrientes varían según la fuente de procedencia. Y no olvides que hay aguas gasificadas de manera artificial y no tienen tantos minerales.

Hay falso mitos, como que daña los dientes (tendría que estar mucho rato en contacto con el esmalte) o que daña a los riñones (al contrario, el agua ayuda a su buen funcionamiento), que han estado descartados por la ciencia.

Por último, es importante tener en cuenta que algunas personas pueden experimentar distensión abdominal o molestias gástricas debido al gas, por lo que su consumo tampoco es recomendado para todos.