El consumo excesivo de sal puede estar asociado con la hipertensión en algunas personas. Y lo cierto es que algunos quesos pueden tener niveles relativamente altos de sodio, por lo que estas personas deberían tener cuidado con el tipo y la cantidad de queso que consumen.
Pero lo más importante es tener en cuenta el consumo total de sodio en la dieta, especialmente si se tiene una presión arterial alta o se es propenso a desarrollarla.
Y hay que saber que, además del sodio, otros factores dietéticos, como la ingesta de grasas saturadas y el equilibrio general de la dieta, también pueden influir en la salud cardiovascular.
¿El queso sube la tensión?
"Decir que un solo alimento, en este caso el queso, sube la presión arterial no es correcto porque nuestra dieta es una suma de alimentos. Y para un hipertenso es mucho peor comer embutidos y ultraprocesados", asegura la Dra. Anna Costa, dietista nutricionista y directora de NutriClínica.
Es por ello que el queso no estaría en la lista de alimentos desaconsejados para un hipertenso.
Sí es cierto que las variedades con menos sal afectarían menos a la presión arterial. Y las variedades con más sodio pueden consumirse en cantidades moderadas (son más calóricas) y combinadas con verduras y frutas que son ricas en potasio y ayudan al riñón a eliminar el sodio a través de la orina.
Además, incluso los quesos con mayor contenido en sal como los curados tendrían un efecto protector sobre la vasos sanguíneos por sus compuestos bioactivos.
Qué cantidad de sal lleva cada tipo de queso
"En la elaboración de la mayoría de los quesos se añade sal porque es un ingrediente conservante que atrapa las moléculas de agua y evita la multiplicación de microorganismos", explica la Dra. Costa.
"En los fermentados (curados, semicurados, tiernos, cremosos como el brie o el camembert), la sal realiza una selección natural permitiendo que proliferen unos microorganismos concretos como las bacterias de ácido láctico pero evitando otros como algunos hongos".
Cuanto menos agua y más seco sea un queso, mayor será la concentración de grasas, proteínas y sal. Por eso los quesos curados son los que contienen más sodio por 100 g de alimento:
- Queso cabrales: 888 mg.
- Queso curado tipo manchego: 790 mg.
- Gouda: 670 mg.
- Brie: 540 mg
- Edam: 440 mg.
- Burgos: 272 mg.
- Ricotta: 110 mg.
- Requesón: 84 mg.
Cómo afecta la sal a la tensión
Más del 50% de la población adulta española sufre hipertensión y pueden haber muchos casos sin diagnosticar. La hipertensión es el principal factor de riesgo de enfermedades cardiovasculares.
"El sodio es el responsable de que la sangre presione sobre las paredes de las arteriales y, por tanto, aumenta el riesgo de hipertensión", afirma Costa, doctora en biología y tecnóloga en alimentos y portavoz del Colegio de Dietistas-Nutricionistas de Catalunya (CoDiNuCat).
"Pero culpar solo a la sal de la hipertensión no sería correcto. La sal aumenta el volumen de sangre en las arterias porque el riñón necesita tiempo para eliminarla, pero en la hipertensión también es muy importante lo flexibles que están las arterias, como responden las arterias ante este volumen de sangre. Si están flexibles no habrá hipertensión, pero una alimentación rica en harinas refinadas y ultraprocesados aumenta los niveles de glucosa en sangre que se adhiere a las arterias y provoca que estén rígidas", aclara Costa.
El Embutido, peor para la tensión que el queso
De entrada no se aconseja eliminar la sal en la dieta de un hipertenso, en especial la que se utiliza para cocinar alimentos naturales.
Otra cosa son los alimentos ultraprocesados como las conservas y los embutidos que contienen niveles altos de sodio y sí conviene reducirlos. De hecho en España se consumen muchos embutidos y son la principal fuente de sal de la dieta, no el queso.
El queso tiene acción antihipertensiva
Los quesos, como otros lácteos, contienen péptidos bioactivos con acción antihipertensiva porque inhiben la enzima convertidora de la angiotensina (ECA). Esta enzima está en varios tejidos del organismo (plasma, pulmones, riñones, páncreas, corazón, huesos y músculos) y puede aumentar la presión sanguínea porque tiene efecto vasoconstrictor.
Los péptidos del queso inhiben esta enzima, evitando el estrechamiento de las arterias que favorecería la hipertensión. Y los quesos que más péptidos llevan son los curados.
el Queso en la dieta de un hipertenso
Para un hipertenso, cenar una tabla de quesos con cabrales, roquefort, manchego, brie u otros quesos ricos en sal como plato único no sería lo más recomendable, aunque si se hace puntualmente tampoco pasa nada.
Los quesos más bajos en sal como el requesón o el queso fresco pueden incluirse en la alimentación diaria de un hipertenso. Los quesos más ricos en sal pueden comerse, de forma más moderada porque son muy grasos, combinados con vegetales porque el potasio que aportan ayuda al riñón a eliminar el sodio a través de la orina, reduciendo la presión arterial.
De hecho, en un hipertenso es más importante llevar una alimentación rica en verduras, frutas, legumbres y frutos secos que aportan potasio y magnesio que no eliminar por completo la sal.