El café es una de las bebidas estimulantes más consumidas en todo el mundo. Cuando lo tomamos, su efecto positivo más evidente es que nos energiza y nos ayuda a sentirnos mejor y más despiertos. Y es que su consumo moderado, además de ser aceptado y seguro, hay cada vez más estudios que lo consideran beneficioso para la salud. Aun así, se trata de una droga psicoactiva, ya que puede también ser contraproducente cuando ese consumo se hace excesivo y obsesivo (más de 5 tazas).
Hay quienes prefieren tomarlo solo por la mañana, después de comer o a lo largo del día. Existen personas especialmente sensibles a la cafeína y que muestran algún tipo de efecto secundario cuando lo consumen. A pesar de esto, son síntomas que se manifiestan tanto cuando lo toman en ayunas como después de comer. Lo lógico en estos casos es no tomar café. Ahora bien, en circunstancias normales, ¿es realmente importante la hora del día en la que se toma? Una reciente investigación del European Heart Journal ha dado con la respuesta.
¿ES BUENO TOMAR CAFÉ EN AYUNAS?
Uno los aspectos con los que se ha relacionado el tomar café en ayunas es con los niveles del cortisol, la hormona relacionada con el estrés. El cortisol interviene en la presión sanguínea y ayuda a regular los niveles de azúcar en la sangre. Un exceso de cortisol durante un largo periodo puede aumentar el riesgo de diabetes tipo 2, presión arterial alta o problemas cardiacos.
El cortisol sube de manera natural a primera hora de la mañana. Como el café incentiva la producción de cortisol, los expertos se plantean si es realmente saludable aumentar el cortisol aún más. Sin embargo, se han hecho varias investigaciones relacionadas y se ha demostrado que el cortisol no aumenta más de lo normal en las personas que toman café de manera habitual. Tampoco hay evidencia de que los niveles de cortisol cambien mucho si se toma con el estómago vacío o lleno.
En el caso de que se produzca un aumento en los niveles de cortisol, este pico hormonal es breve. Según un estudio de la Universidad de Oklahoma, los niveles vuelven a bajar, por lo que no parece que pueda tener una afectación en la salud.
¿CUÁL ES EL MEJOR MOMENTO DEL DÍA PARA TOMAR CAFÉ?
Un estudio publicado en el European Heart Journal ha analizado por primera vez la relación entre los horarios de consumo de café y sus efectos en la salud. Lu Qi, profesor de la Universidad de Tulane (Nueva Orleans), sugiere que no solo importa la cantidad de café que se consume, sino también el momento del día en que se toma. No es la primera vez que se demuestra que los horarios pueden tener un impacto importante en la salud. Por la mañana, la actividad del sistema nervioso aumenta de forma natural, un efecto que disminuye a lo largo del día y es mínimo durante el sueño.
Los investigadores destacan que tomar café por la tarde o noche podría alterar el ritmo circadiano del sistema nervioso, pudiendo derivar en problemas a la hora de dormir. Esto se debe en parte a que el café podría suprimir la melatonina, una hormona clave para estimular el sueño. Por ello, se recomienda que el consumo de café durante la mañana como la opción más beneficiosa para la salud.
Para el estudio se recogieron datos de 40.000 adultos estadounidenses durante 19 años, que permitieron relacionar los patrones de consumo con los registros de mortalidad. Se identificaron tres grupos principales: quienes tomaban café solo por la mañana, quienes lo consumían durante todo el día y quienes no lo bebían.
El estudio encontró que, a lo largo de un período de nueve a diez años, el 36% de los participantes bebían café principalmente en la mañana, el 16% lo consumía durante todo el día, y el 48% no tomaba café. Al comparar estos grupos, se observó que los consumidores de café matutino tenían un 16% menos de riesgo de morir por diferentes causas y un 31% menos de fallecer por enfermedades cardiovasculares, en comparación con quienes no tomaban café.
Por otro lado, quienes bebían café a lo largo de todo el día no mostraron una reducción significativa en el riesgo de mortalidad frente a los no consumidores. Los mayores beneficios en la reducción de riesgos se asociaron con el consumo matutino, independientemente de si se trataba de bebedores moderados, dos o tres tazas, o frecuentes con más de tres tazas. Se incluye también a los que tomaban solo una taza por la mañana, aunque esta reducción del riesgo es menor en comparación con los anteriores.