Casi siempre atribuimos el dolor de cabeza a causas hormonales, pero también existen otros factores estrechamente ligados con la alimentación.
Si te digo “histamina o tirosina”, a lo mejor no te suena. Si te digo “aminas biógenas” puede que tampoco. Pero ¿y si te digo vino, queso curado, cerveza o chocolate? Entonces caes en la cuenta que, por ejemplo, tomar chocolate y tener dolor de cabeza pueden estar relacionados, que no es una manía. Esto sucede porque algunos alimentos fermentados, como los que acabo de mencionar, desarrollan durante su elaboración unas sustancias llamadas aminas biógenas.
Cuando las aminas entran en nuestro cuerpo pasan por una "oficina" que regula su labor en el organismo, la denominamos DAO. El caso es que el DAO decide dónde van estas aminas para que se degraden y puedan eliminarse.
Sin embargo, hay veces que esta oficina reguladora, o DAO, no funciona bien y estas aminas se comienzan a acumular, en concreto la histamina. Esto puede dar lugar a la aparición de dolor de cabeza.
Es una explicación simplificada, claro, pero espero que te haya servido para entender que, si reduces la ingesta de vinos, quesos curados, cervezas y chocolates, es muy probable que te sientas mejor.
Los alimentos que ayudan a reducirlo o prevenirlo
Existen alimentos que nos dan un “empujoncito” para cuidar nuestro cerebro, reducir la inflamación y, con ello, prevenir la aparición de dolor de cabeza.
- Toma pescado azul y frutos secos. Contienen omega 3 a raudales que tiene un efecto antiinflamatorio, crucial para reducir el dolor de cabeza. Para cumplir con las ingestas recomendadas de este nutriente, deberíamos comer una ración diaria de frutos secos (un puñadito) y dos raciones de pescado azul a la semana.
- Come las uvas sin pelar. El resveratrol que contienen, un polifenol antioxidante que protege al cuerpo y al cerebro, se concentra en el hollejo en gran cantidad. También está en las moras y en los cacahuetes.
- Incorpora cúrcuma y jengibre a tus infusiones, zumos, aliños y cremas. Ambos aromáticos contienen principios activos, curcumina y gingerol, que son potentes antiinflamatorios, además de antioxidantes.
Come endorfinas, popularmente conocidas como la hormona de la felicidad (son sustancias que reducen el estrés y el dolor físico). Cuando digo comer, no lo digo en sentido literal, porque es imposible; me refiero a comer alimentos con proteínas que animen a nuestro cerebro a generarlas.
El triptófano es un aminoácido –te recuerdo que un aminoácido es la parte mínima las proteínas– que es vital para la producción de serotonina, un neurotransmisor que influye en la regulación del estado de ánimo. Por ello, incorporar alimentos en nuestra dieta que contengan triptófano nos ayudarán. Entre los alimentos que incluyen un alto contenido en triptófano se encuentran la carne magra, el pescado, las legumbres y las nueces.
Si no incorporamos estos alimentos en nuestra dieta, el cerebro nos pedirá “consoladores” porque le falta dopamina, buscando el placer rápido en los alimentos ultraprocesados cargados de azúcar y grasas palatables. Algo que no necesitamos.
- Hidrátate y haz ejercicio. Además de liberar endorfinas, mejorarás la salud cardiovascular y regularás la circulación, mejorando los dolores de cabeza.