Los psicólogos se ponen de acuerdo: el fracaso no conduce al éxito como siempre se ha dicho

“Se aprende de los fracasos y de los errores, no de los éxitos.” Esta frase mil veces dicha puede no ser tan cierta. Una investigación de la Asociación Americana de Psicología la ha echado por tierra.

Pablo Cubí
Pablo Cubí del Amo

Periodista

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El error del pasado no nos asegura que hayamos aprendido la lección.

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La vida nos da palos y una de las habilidades más importantes que hemos de aprender es a sobreponernos y seguir adelante. No nos podemos dejar llevar por la negatividad porque no nos dejará avanzar y conseguir logros.

Por eso nos gusta saber que hay gente que ha fracasado antes de triunfar a lo grande. Es el caso de Walt Disney, que fue rechazado como dibujante al principio de su carrera. O de la presentadora más famosa en Estados Unidos, Oprah Winfrey. La despidieron por ser demasiado emocional en sus entrevistas.

A J. K. Rowling, la autora de Harry Potter, la rechazaron todas las editoriales. De Albert Einstein dijeron que no valía para estudiar. Jack Ma, el propietario de la tienda online Alibaba, suspendió tres veces la selectividad. Podríamos seguir. Los ejemplos son infinitos.

Lo que no nos aclara ninguno es si triunfaron “gracias a” estos rechazos o fue “a pesar de” ellos. Mucho se ha hablado y escrito sobre el aprendizaje del fracaso, aunque poco con rigor científico. Ahora los psicólogos se han puesto de acuerdo para poner algo de luz.

Qué se aprende del fracaso

"He fallado una vez tras otra en mi vida. Y es por eso por lo que he triunfado". Es un frase de Michael Jordan. El famoso jugador de baloncesto y seguramente uno de los deportistas más admirados de la historia la suele repetir. Y seguramente está convencido de ello.

Detrás de esta frase y otras similares hay toda una corriente de pensamiento, muy del estilo norteamericano y de las sociedades que incentivan al éxito a toda costa, a base de esfuerzo y resiliencia.

Hay un dicho popular que ha calado en nuestra cultura. “El hombre es el único animal que tropieza dos veces en la misma piedra”. El espíritu emprendedor lucha para desmentir este tipo de frases. Se puede y se debe aprender del fracaso. Cuando las cosas van bien, te acomodas. Sigue avanzando aunque vuelvas a tropezar y fíjate para que no sea en lo mismo.

Vale, ya has tropezado. Pero… ¿he aprendido? Y qué pasa si alguien te hubiera enseñado la piedra primero y la evitas? ¿Eso no es mucho más útil?

El fracaso no siempre conduce al éxito

La Asociación Americana de Psicología ha realizado un estudio y ha concluido que el tópico de que el fracaso conduce al éxito no es exacto. Puedes creer que aprendes de un fracaso, pero no siempre es así. Y ese aprendizaje no te garantiza que al final des con la llave del éxito.

Los psicólogos dicen más. Apuntan que esa mentalidad tan cacareada por los gurús emprendedores puede incluso ser perjudicial para la sociedad.

"Las personas deberían prestar atención y aprender del fracaso, pero a menudo no lo hacen porque el fracaso es desmotivador y amenaza el ego", explica la profesora Lauren Eskreis-Winkler, de la Universidad Northwestern, en Illinois, y directora del estudio.

La gente espera que tras fallar vendrá el acierto con mucha más asiduidad de lo que de verdad ocurre. La realidad es que un comportamiento pasado suele anunciar otro futuro. Si eres malo en matemáticas en primero, seguramente lo serás en segundo. Pero en la vida, sorprendentemente, pensamos lo contrario. Como hemos fracasado, vamos a triunfar.

Por qué esa idea perjudica a la sociedad

Para llegar a sus conclusiones, los investigadores hicieron una serie de experimentos en que implicaron a cerca de 2.000 participantes. Eran voluntarios de diversos ámbitos profesionales.

Les hicieron test sobre predicciones a partir de lo que habían aprendido en el pasado. Una gran mayoría fracasó en esas predicciones. Los resultados no reflejaron los éxitos previstos.

Decirle a la gente que tendráéxito después del fracaso puede hacer que se sientan mejor, pero esa mentalidad puede tener consecuencias dañinas en el mundo real, apunta la psicóloga Eskreis-Winkler.

Estas consecuencias son cuanto menos curiosas. Por ejemplo:

  • Este tipo de mentalidad de éxito hace que la gente que ha tenido problemas cardiovasculares se cuide menos de lo que cree.
  • Los psicólogos también apuntan que hace que sean menos empáticas y colaboren menos en ayudar a personas necesitadas. “Como la gente aprende de sus errores, ya se espabilarán”, se dicen.

El conocimiento nos hace mejores

Podemos aprender de este error. Esa es la gran lección que nos da este estudio. Los investigadores comprobaron que cuando se informa a las personas de las posibilidades reales, con estadísticas en la mano, de las opciones que hay de éxito y fracaso, la gente predice mejor qué pasará en el futuro.

El conocimiento siempre nos hace mejores. Volvamos a la piedra en el camino. Conocer que está nos ayudará a evitarla y quizá triunfemos. Pero no nos garantiza el triunfo. Tropezar nos enseñará que está y que nos fijemos más en el camino. Pero no nos garantiza el triunfo. Solo son pasos en la buena dirección.

Saber que no hay tantas posibilidades de que triunfemos, nos hará ser más realistas y empáticos con los que tropiezan en el camino.

Después de los experimentos, los psicólogos explicaron que algunos de los voluntarios empezaron a dar más ayudas a organizaciones que luchan por la rehabilitación de los drogadictos o reinserción de presos.

Ten presente a quién estás imitando

Lo que no debes hacer es dejarte llevar por las ideas de empresarios multimillonarios sin analizar bien las circunstancias. Jeff Bezos triunfó a lo grande con Amazon. Y fracasó a lo grande con varias compañías que supusieron enormes riesgos, como una nueva telefonía.

Si Bezos arriesgó mucho es porque disponía de mucho dinero para arriesgar. No iba a arruinarse por ello. Este empresario tiene una particular mentalidad del riesgo. Considera que las grandes fortunas salen de abrir caminos inexplorados con mucho riesgo.

Corriendo riesgos importantes se consigue vivir experiencias, aunque su resultado es incierto y a menudo están condenadas al fracaso por naturaleza”, ha admitido Bezos. Nuestra situación no es la misma.